Llevo un par de años escuchando el podcast La Hora Chinaski codirigido por Raquel Sánchez y Eduardo Izquierdo y presentado por este último. Izquierdo es colaborador habitual de Ruta 66 y Efe Eme en otras publicaciones además de autor de varios libros (Aerosmith, Pearl Jam, Elvis Presley, etc..) Un escritor y periodista profesional y apasionado que se nota disfruta con lo que hace. Mi sintonía con su podcast semanal es total, sigo sus recomendaciones y a menudo, en un porcentaje muy alto coincido con sus gustos. No siempre como es lógico pero le saco tal rendimiento al podcast que no puedo dejar de escucharlo.
A lo largo de estos años he descubierto infinidad de grupos y artistas en solitario. A menudo posteriormente he leído su crítica en el Ruta 66. Uno de los más atómicos descubrimientos ha sido este mismo año, hace apenas mes y medio eligió Done And Dusted de Owen Stewart como la rodaja de la semana y llevo flotando con el amigo Owen desde entonces. Ya sólo con eso amortizado. Pero es que hay mucho más. Este mismo año otro que me ha volado la cabeza ha sido el Love & Lore de Chuck Ragan. El podcast se mueve fundamentalmente por terrenos del americana sin hacer ascos, todo lo contrario, a jugosas y muy disfrutables incursiones en el power pop, punk rock, soul o incluso pinceladas de hard rock.
Otro aspecto a resaltar es el de las colaboraciones. Las más habituales y destacadas las de Dolphin Riot (sección de blues) y Manel Celeiro (southern rock). Con el primero además de descubrir música me parto la caja. Conecto con su sentido del humor y sazona su espacio con interesantes a la par que delirantes reflexiones. A Celeiro le sigo desde que escribía en Popular 1 hace muchos años. También suelo coincidir mucho con él.
En definitiva un podcast fundamental en mi dieta semanal, una fuente continúa de gozo y diversión. Con el presentador del invento comparto además mi absoluta admiración por un disco editado ya hace ocho años que hay que reivindicar día si y día también: A Sailor´s Guide To Earth de Sturgill Simpson del que el autor escribió un excelente artículo en la web de Ruta 66 con el que estoy 100% de acuerdo. Además también hizo la reseña de Swamp Talesde Gruff en la misma web. Y esa me tocó el corazoncito. Ja. Salud!
Setenta y cinco tacos cumple hoy Tom Waits. Me imagino al de Pomona correteando junto a sus nietos en su rancho. Jugando a ser pequeño cuando siempre quiso ser mayor. Contándoles truculentas historias y otras llenas de esperanza e ilusión. De vez en cuando será interrumpido por algún asesor que le dirá que le ofrecen una pasta gansa si cede una de sus canciones a tal o cual spot publicitario. Y nunca vas a escuchar a nadie decir que no más rápido. Ja. Es evidente que Tom Waits es ya un músico retirado. Se ha ganado una reputación fabulosa entre sus compañeros de profesión y comercialmente ha terminado haciéndose un hueco muy grande. Aunque parezca mentira se han vendido millones de ejemplares de sus discos. Es algo muy loco.
En mi casa se hizo un hueco eterno. Su música me ha acompañado en todos los momentos de mi vida y es del músico que más discos me ha regalado Su. Cuando estaba terminando mis estudios sonaba a todas horas Mule Variations... La primera vez que vi un disco suyo original en casa ajena fue en la de mi primo Oscar que tenía Swordfishtrombones en cassette. Ahí es nada. Posiblemente una de las revelaciones musicales más atómicas que he tenido en mi vida fue cuando me puse a fondo con Rain Dogs... Muchos años después le cogí el gusto también a su primera época, esa en la que parecía un vagabundo que frecuentaba tugurios llenos de humo y de jazz. The Heart Of Saturday Night es mi favorito pero adoro todos. Es necesario señalar lo importante que fueron en su carrera tanto Bones Howe como Kathleen Brennan. El primero un gentleman que le produjo maravillosamente sus primeros discos, la segunda, la persona que le empujo a llevar su música más allá.
Todo lo que tenga que ver con Waits me interesa. Su faceta interpretativa esta sazonada de momentos sublimes, irresistibles, dejando su impronta de forma aplastante en El Rey Pescador, Drácula, Vidas Cruzadas o La Balada de Scruggs... En este cochambroso blog me lo suelo pasar muy bien juntando letras y dos de los post que recuerdo con más cariño son la reseña que escribí sobre la biografía que realizó Barney Hoskyns y otro que titule Tom Waits y Nueva York. Tuve la inmensa fortuna de ver con un gran amigo a Tom Waits en directo en el Kursaal de Donosti en 2008. De esas veladas que no olvidas... Resumiendo otro al que le debo pasta.
Y por estos lares me refiero a Basque Country. Que si, que ya se que por aquí no nos podemos quejar. Esto siempre depende de con quién te compares. Evidentemente con Madrid y Barcelona nada que hacer... Por allí suelen pasar casi todas las giras, las pequeñas que pasan por aquí y esas medianas de bandas o artistas que son muy grandes en otras latitudes y que cuando se acercan por aquí sólo lo hacen a la capital o a Barna. Me refiero a gente como White Buffalo, Markus King, St. Vincent, Father John Misty o Nathaniel Rateliff o algunos otros que ni siguiera pasan por las mencionadas como Chris Stapleton, Sturgill Simpson, Allison Russell o The Avett Brothers a no ser que sea en uno de esos festivales pitxirriflausticos que mezclan de todo y que para el menda quedan descartados por completo.
Hable de esto con un trabajador de la principal promotora de estos lares cuyo nombre no voy a escribir aquí. Pero el tipo me dijo que el status de ciertos artistas hace inviable que sea rentable traerles y que por otro lado a los propios managers de los músicos en cuestión no les interesa que sus pupilos actúen en recintos pequeños y que prefieren que lo hagan sólo dos fechas en salas de tamaño medio en Madrid y Barna y los que los quieran ver que se desplacen. Muchas veces esa es la única opción con lo que para los que vivimos en la periferia la cosa se complica. Hay que cuadrar fechas, que pille a ser posible fin de semana... Logística complicada. Me acuerdo que el año pasado miré iluso de mi a ver si podía conseguir entradas par ver a Stapleton en Dublín pero los tickets se agotaron echando viruta. En fin, los problemas del primer mundo. Ahí van diecisiete favoritos, prioritarios, los que más ganas tengo de ver. De esos por los que me haría un viajecito.
Chris Stapleton
El status de Chris por USA es enorme y no me lo imagino tocando por aquí ni de coña, ni siquiera en un festival. Pero haría todos los esfuerzos posibles por ver al chico de oro del country rock que tiene una voz apabullante y cuenta con varios discos espectaculares en su curriculum. Sus conciertos de este otoño por Irlanda y el Reino Unido se han saldado con sold out. El tipo esta on fire. Y encima a este iría con Unax que está todo flipado con el barbas. El otro día me viene con I´m Think I love with you, escucha aita, si parece Al Green. Que no te digo que me lo mejores, iguálamelo.
Allison Russell
Actuó el verano de 2023 en Madrid en las Noches del Botánico. Su y el menda hablamos de ir. Imposible. Una de las artistas con las que más conecto de los últimos años. Sus dos últimos discos en vena; Outside Child y The Returner. Los dos muy diferentes, ambos maravillosos. Que la traigan a la sala BBK. ¡Ese sería el lugar ideal!
John Mellecamp
No me imagino al bueno de Mellencamp cruzando el charco ni de puta coña. El único festival al que se me ocurre que podría ir sería el Azkena. El de Indiana sigue en buena forma y sólo imaginarme el setlist levito. Pongamos que viene al Azkena y tengo entrada para Springsteen en Anoeta. Renuncio a ver a Bruce por ver por primera vez a Mellencamp. Luego me veo al Bruce el 24 y arreglado. Nos ha jodido. Palabras mayores.
Ray Lamontagne And The Pariah Dogs
Sin duda uno de los músicos con los que más he gozado en los últimos años. Un descubrimiento colosal desde que un colega me regaló Gossip In the Grain y luego indagué en su inmenso legado. El tipo sigue en plena forma pero no tengo ninguna esperanza de verle por estos lares. Goza de un status alto por Estados Unidos. Y rara vez sale de allí. Seria la hostia poderle ver con la banda que grabó el ejemplar God Willin´& The Creek Don´t Riseaunque tampoco le haría ascos a la que le acompaño en Ouroboros o Part Of The Light. Se desenvuelve a menudo en parámetros folk y acústicos pero cuando se desmelena en lo eléctrico me chifla. Movería cielo y tierra por verle. Robaría. Estafaría. Cuidado ja ja.
Sturgill Simpson
En el caso de Sturgill la ocasión fue cuando presentó en Londres mi adorado A Sailor´s Guide To Earth con sección de viento y todo el cotarro. Además tenía en la banda al guitarrista Laur Joamets que estaba on fire. Sus siguientes pasos me descolocaron un poco y no disfruto tanto ni de Sound & Fury ni de los volumenes de Cutty Grass pero todo lo anterior me parece sublime así que la iba a gozar como una perra. Ha vuelto en muy buena forma con el magnífico Passage Du Desir y en directo está explosivo. Conciertos de casi tres horas, retorno de Laur Joamets, el propio Sturgill en plan guitar hero, excelente repaso a su reportorio y suculentas versiones dePrince,Allman Brothers,The DoorsoLittle Feat.
The Avett Brothers
Otra banda que no me imagino por estos lares a no ser en el marco de algún gran festival. Me flipan varios de sus discos y en directo a la vertiente folk y tranquila le añaden una actitud casi punk y unos arranques furibundos. Sus dos últimas rodajas me han dejado un poco frío pero hay al menos tres discos anteriores que son básicos en mi dieta habitual. Muchas ganas de verles en directo.
Buddy Miller
Devoción absoluta por este músico. Jamás saldrá en la portada de ninguna revista, no tiene el cuerpo lleno de tatuajes y no va a ser trendic topic. Ni puta falta que hace. Es un señor ya mayor con una clase de no te menees y que ha grabado dos de mis discos favoritos de la historia Universal United House Of Prayery Written In Chalk. Se suele juntar con fantásticos músicos y a menudo recluta a las McCrarys Sisters para que le hagan unos coros sublimes. No puedo pensar en alguien que tenga más ganas de ver en una sala tipo BBK Bilbao. Pero antes volarán los cerdos.
Jim Lauderdale
Todo lo escrito para Buddy sirve para Jim Lauderdale. Pensándolo bien a ambos les vendrían de maravilla los hermanos Dickinson, Luther y Cody ya han grabado algún disco de estudio con Lauderdale y han acompañado en directo a Buddy. Formarían un equipo invencible. Qué hostias todos juntos. Imposible ja ja al menos cerca de mi casa.
Tedeschi Trucks Band
Hace años actuaron en un festival de Blues por el sur. Esa va a ser la oportunidad perdida porque también son una banda que por sus características tiene un caché muy alto y es imposible que se vuelvan a pasar por aquí. Adoro varias de sus rodajas y en directo se lo montan muy bien. Ni que escribir tiene que me flipa como toca la guitarra Derek Trucks y bebo los vientos por la voz de Susan Tedeschi y lo bien que se lo monta también con la guitarra. Y no están solos que la banda es espectacular.
Jon Batiste
Otro cuyo status en USA es muy grande. No me canso de escuchar We Are y Unax se apunta seguro porque lo flipa con ese disco. Además es un virtuoso al piano y su faceta jazz también me mola. Pero es imposible que se acerque por aquí a no ser que le de la venada al Jazzaldia. Como un cohete para Donosti.
Nathaniel Rateliff
Todavía no he escuchado ni un disco de Nathaniel que no baje del notable. Tal vez no tenga ninguno de sobresaliente pero en conjunto me chifla su carrera. Además tiene pinta de que en directo puede ser la hostia de divertido. Voz muy chula, presencia escénica y una buena banda arropando todo el cotarro.
Celeste
Lo último que se de esta mujer es que ha presentado una nueva canción tras su disco de 2021 Not Your Muse que por supuesto me flipa. Su voz es espectacular y he chequeado varios directos en el Tubo y madre mía... ¡Cómo me gustaría verla en directo! Se mueve por terrenos soul y algo de jazz con pasmosa facilidad. A esta se apunta Maialen fijo. Va sobrada la chica...
Markus King
Un amigo me ha contado maravillas de su bolo en Madrid. No me extraña. Marcus es un músico con un talento descomunal y con varios discos muy buenos incluyendo el último Mood Swings. Mi favorito un día es Carolina Confessions al siguiente El Dorado. Tiene material para hacer un concierto de dos horas y media o tres y salir reinando por todo lo alto y nosotros con una sonrisa de millonarios...
Andrew Bird
Otro excelente músico, muy poco conocido y a reivindicar a todas horas. Adoro sus dos últimos discos, especialmente My Finest Work Yet. Creo que el bueno de Andrew juega en el undeground más absoluto así que no me extrañaría poder verle en la sala Kutxa Beltza del Antzoki. Anda que no hemos visto grandes conciertos en tan diminuto espacio.
White Buffalo
El amigo Jake Smith ya se ha dejado caer por Barna y Madrid un par de veces con triunfo absoluto. Al igual que con Nathaniel tal vez ningún disco suyo sea de sobresaliente, bueno Once Upon A Time In The Westme flipa la verdad. No hay fisuras ahí. Sería un placer comprobar como se desenvuelve en directo este tipo y su banda. Me chifla su vozarrón.
Margo Price
Puede que sea una de las grandes damas del country actual aunque esa etiqueta se le queda corta y no la hace justicia. La descubrí con el atómico That´s How Rumours Get Started, muy buena también su continuación con Strays... Creo que más de uno se la imagina grabando un disco entero con los Heartbreakers de Tom Petty. Ella estaría encantada. Verla por aquí se me antoja harto improbable.
Owen Stewart
Rara es la tarde en que no me enchufo a toda pastilla Done And Dusted. Estoy abrumado con el talento de este tipo y su banda. Un disco perfecto, sin fisuras de la primera a la última canción. El otro día lo tenía puesto a toda pastilla y por ahí apareció Unax a preguntar. Le llamó la atención. Se lo escucho y también la goza. Otro que por aquí no le vemos el pelo.
Esta noche regresa a los escenarios Jesse Malin. El músico de Queens va a actuar en el Beacon Theatre rodeado de una espectacular nómina de amigos que le quieren arropar tras sufrir un serio problema de salud hace más de año y medio. Recuerdo que en aquellas fechas estaba programada una gira que iba a pasar de nuevo por estos lares y estaba deseando verle de nuevo. Su concierto en el Crazy Horse lo tengo grabado a fuego. Tengo su música presente todos los días. Uno de los aspectos que más me gusta de su carrera en solitario es su pasmosa facilidad por transitar por diferentes géneros musicales sin ningún complejo; punk rock, folk, rock, retazos soul... Como sus adorados The Clash, Jesse sabe que el secreto está en las canciones. Y la tiene buenas a cholón. Puto amo. Que le vaya bonito. ¡Cómo me gustaría estar esta noche allí!
De vez en cuando surge una voz atronadora que capta irremediablemente mi atención. En los últimos años esto me ha sucedido varias veces. Me cautivó Chris Stapleton cuando le descubrí en Traveler, caí rendido con Celeste y su discazo Not Your Muse, flipe de lo lindo con Jay Crookes en Skin, me tenía que pellizcar para creerme que Myron Elkins siendo tan joven podía tener esa voz en Factories, Farms & Amphetamines... En fin hay muchos más. El que me ha volado la cabeza ahora de forma colosal es Owen Stewart. Un auténtico torbellino de voz. Una mezcla loca de John Fogerty y Bob Seger. Fuerza rockera pero también mucho soul. Ideal para mi.
Descubrí este álbum en el podcast La Hora Chinaski presentado por Edu Izquierdo colaborador habitual de Ruta 66 y Efe Eme entre otros medios. En breve reuniré unas palabras sobre su programa pero ahora a lo que vamos Owen Stewart. Madre del amor hermoso. Estoy enganchado a Done and Dusted. Es un continuo no parar. Ideal para las tardes noche de viernes. Para empezar claro y contundente; no hay canción mala. Son nueve temas que supuran rock, soul y groove por los cuatro costados. La voz de Stewart es imponente, te gana desde la primera escucha y está arropada por esos fantásticos coros imprescindibles en este tipo de música. Time Served es el inicio soñado, la apertura ideal para dar a conocer tu voz y tu banda a este mundo. A los pocos segundos los saxos de Jay Davis y Mad Cudworth marcan el territorio de forma sublime. Y tienen su momento cumbre al final de la canción al igual que el contrapunto de los coros que hacen Jilian Taylor y Nunzi Wadsworth. El espíritu del Bog Seger en aquellos incendiarios discos en directo está en esta pista o en la tercera, Punching Bag.
Ojo a ese inicio sugerente y sensual de Take Care. Aquí los teclados de Adam Flicker crean una atmósfera perfecta. La forma de cantar de Owen puede ser fiera y terriblemente soul como en esta canción en la que el protagonismo va también para el certero solo de James Everhart al que le da el perfecto colchón la sección de viento para que los coros rematen al final la faena. Madre mía pero qué es esto. Una locura. La puedo escuchar en bucle al igual que Nobody Needs To Know que me he dejado por el camino. Dos canciones atómicas repletas de soul fiero, medios tiempos desgarradores.
Sailor´s Return podría ser un inicio perfecto de setlist si no fuera porque ya existe la primera que he mencionado Time Served. Es otra canción marchosa, una nueva muestra de tema que puedes tararear a todas horas aunque la palma en ese sentido se la puede llevar la siguiente Over The Hill que podría ser otro single perfecto. Podría seguir hasta el final glosando cada canción, fijándome en la multitud de detalles, en la inmensa fuerza sonora y múltiples matices que tienen todas ellas guiadas por el increíble vozarrón de Owen Stewart. Porque puede que lo primero que llame la atención sea la voz de Stewart pero es que la banda suena espectacular. He leído en este enlace que lo presentaron hace poco más de un mes en Philly. Se puede escuchar ahí el tremendo poderío de esta banda. Estoy noqueado. Adoro este álbum. Y al loro con ese final repleto de clase y groove con Let The Band Load In. No soy mucho de decir eso del disco del año y esas cosas pero que va a estar en mi Top Seventeen seguro. Canela en rama. En vena.
Me he propuesto hacer todas las reseñas que pueda de unos cuantos discos que me han flipado editados en este 2024 a punto de concluir. Hay mucha mandanga variada. Música para volar alto. Uno de esos discos que ha estado en constante rotación desde que se publicó el 19 de abril es The Concrete Jangle de Steve Conte. Sigo muy atento la carrera de este hombre desde que descubrí su álbum Steve Conte & The Crazy Truth al que le siguió el maravilloso NYC. Espléndidas canciones en ambos trabajos de un tipo que además de ser el guitarrista de la magnifica banda de Michael Monroe es un excelente compositor como demuestra en sus discos en solitario y en las canciones que firma para Monroe. Y aclaro que su música en solitario tiene algún punto en común con la Monroe pero es más la excepción ya que Conte se mueve en otros registros y no tiemblo al escribir que me gusta tanto su material como el de Monroe (y adoro a Michael).
Tal vez a alguno le pueda parecer exagerado que nombre a los Beatles como una de las influencias principales de este disco. Pero es que así lo siento. Cada vez que escucho este álbum me vienen a la cabeza los de Liverpool y eso es un tremendo piropo porque quiere decir que en los temas de este disco abundan las buenas melodías, los precisos arreglos y una interpretación vocal contagiosa, que hace que quieras saber que nos cuenta Steve en cada una de las canciones. Los primeros cinco temas del álbum están compuestas a pachas con Andy Partridge (XTC) que al parecer es un de los héroes musicales de Conte. Y el resultado de la colaboración es buenísimo.
Abre el disco de forma alegre y desenfadada 4 of July. Perfecta, directamente desde el estribillo. Curiosa forma de empezar sin perder un ápice de efectividad, todo lo contrario. La guitarra suena punzante y chulesca al igual que en Hey Hey Hey (Aren´t you the one). Son canciones con un enorme potencial comercial al igual que la tercera, Shoot Out the Stars y no digamos ya We Like It con ese contagioso estribillo y las guitarras reinando por todo lo alto. La joya de la corona en esta primera cara es One Last Bell. Aquí se siente la huella de los Beatles con esa trompeta El tema lo tiene todo. Se abre con el sonido de una campana y ciertos aires psicodélicos con la voz de Conte más sensual que nunca con la aparición justa y precisa de la trompeta a los cincuenta segundos que volverá después al avanzar el tema. Irresistible.
Motor City Love Machine es la canción más rápida y vacilona del disco, un efectivo número punk rock que se te queda a la primera. A continuación una de mis canciones favoritas de la discografía de este tipo; All Tied Up. Típica canción que te atrapa desde que suenan los primeros acordes. La interpretación vocal de Steve Conte es sublime sin hacer alardes. Es su forma de cantarla. De nuevo aparece en todo su esplendor la influencia de The Beatles en Decomposing A Song For You. Si la cara A ya me parece buenísima la B es directamente sublime con el regusto poderoso y triunfador que dejan Girl With No Name (tema que dan ganas de cantar a todas horas) y ese apoteósico final con I Dream Her, la canción más larga del álbum. De nuevo pienso en The Beatles y me chifla la forma de cerrar el tema y por el ende el álbum con ese poderoso sólo de guitarra.
Con la ayuda de Andy Partridge en las cinco primeras canciones y en solitario las otras cinco Steve Conte continúa inspirado a más no poder. Para dar lustre a este material es imprescindible resaltar la labor de la base rítmica con el veterano Prairie Prince a la batería y el inseparable John Conte al bajo y con el propio Steve haciéndose cargo además de voz y guitarra de múltiples instrumentos como piano, mandolina, sitar... De la batería de All Tied Up y Decomposing A Song For You se encarga Thommy Price y de la de Motor City Love Machine Brian Delaney. Desde que se editó el disco en abril lo he escuchado decenas de veces y no sólo no me canso sino que cada día lo disfruto más. Ojalá venga por estos lares para presentarlo. Ya tengo ganas de ver a Steve Conte en directo pero me imagino que tal y como esta el panorama será complicado.
Los domingos no están hechos para un concierto de rock´n roll y mucho menos sentados. Las cosas como son. El propio Ariel Rot comentó al comienzo del bolo que creía que nunca había tocado con el público apoltronado en sus butacas... Sólo al final y porque el propio Rot lo pidió nos levantamos de nuestros asientos a bailotear un poco. Y es que, el que no baile está muerto. Así lo canta Ariel en una de sus grandes canciones y estoy de acuerdo. En fin a pesar de esas circunstancias adversas Ariel y su banda ofrecieron un muy buen concierto de rock´n roll. No alcanzó el nivel superlativo de cuando le vi en el Dale CandELA Fest el pasado verano. Pero seguro que en eso pesan y mucho también las circunstancias.
A eso de las ocho de la tarde después de una exquisita selección musical de fondo salieron Ariel Rot (guitarra y voz), Ricardo Marín (guitarra y coros), Tito Dávila (piano, teclados, coros), Jacob Reguilón (bajo) y Pablo Serrano (baterista). La noche se abrió stoniana con el Vals de los Recuerdos fantástica canción que no me canso de escuchar en bucle si hace falta y que me parece el mejor de los comienzos. Lo mismito que me sucede con Hasta perder la cuenta con esos coros tan molones que te dan la vida. Cuando suena Adiós Carnaval Su se gira y me dice que bueno es y vaya banda. Esa es la sensación que transmite en directo la música de Ariel. Rock´n roll ejecutado con pasión, sin reservas, de forma contagiosa.
De su mítica etapa en Tequila sonaron dos clásicos de esos que siempre te apetece escuchar, Quiero Besarte y Rock´n Roll en la plaza del pueblo en clave blues. Y mola mucho así. Pero mis momentos favoritos llegaron con su material en solitario; Bruma en la Castellana, Geishas en Madrid, Vicios Caros, Baile de ilusiones... No podían faltar tampoco Dulce Condena, Milonga del Marinero, El CapitanyMe estas atrapando otra vez incunable de Los Rodríguez que no me canso de escuchar. Pero lo cierto es que podría acudir a un concierto de Ariel Rot y que sólo sonaran canciones de sus discos en solitario y saldría igual de contento porque creo que mucho de su material es tan bueno como por lo que posiblemente sea más conocido. El desmelene final mitigo un poco esa sensación de que la próxima voz por favor que quiten las butacas y que lo pongan un viernes o sábado por la noche, ja ja.
Hace unos años cuando colaboraba en una revista de rock de tirada nacional en uno de los números entrevistamos a Dan Baird. Fue uno de esos cuestionarios que se envían por ordenador. El redactor jefe me pidió algunas cuestiones para mandarle al bueno de Dan. La última de ellas era, ¿a quién te gustaría producir? Baird contestó que a Bryan Adams. Tal vez alguno se llevó una sorpresa en la This Is Rock pero los que conocen la trayectoria del canadiense saben que el amigo Bryan cuando se pone rockea de verdad. Tiene unos cuantos discos incontestables en ese aspecto: Cut´s Like A Knife, Reckleese Into The Fire. Verdaderas gemas rockeras que beben de las mejores fuentes posibles. Y en los tres discos hay también espacio para baladas soberbias. Me gustaría que eligiese temas de Into The Fire o Waking Up The Neighbours antes que baladas con las que no conecto de su trayectoria posterior pero todo no puede ser en la vida. Ja, ja.
En cualquier caso ayer acudí al Bec muy bien acompañado a disfrutar de la música de Bryan Adams. La última vez que le vi fue en Anoeta en 1996. Por lo que presencie ayer Bryan Adams está en una excelente forma. No le vi flaquear ni vocal, ni físicamente. El concierto comenzó a eso de las 21:10 con una presentación la mar de chula. Un coche que llevaba el lema de la gira So Happy It Hurts sobrevolaba nuestras cabezas a ritmo de Jerry Lee Lewis o Chuck Berry. Ahí está el nacimiento del rock´n roll. Y Adams siempre ha bebido de ahí por mucho que haya sazonado su trayectoria con baladas que nada tienen que ver con esos parámetros. Que también las tiene espectaculares (Victim Of Love, Native Son, Home Again)
El bolo se abrió a todo trapo con Kick Ass, Can´t Stop This Thing We Started, Somebody y 18 Til I Die con Bryan haciéndose cargo de bajo con esa forma tan peculiar, atacándolo a veces de forma casi punk...A continuación Please ForgiveMe me cortó el rollo. Qué le vamos a hacer. No puedo con esa canción. Pero a partir de ahí todo fue para arriba. Mis momentos favoritos fueron obviamente Kids Wanna Rock, It´s Only Love (intercalando What´s Love Got to do de Tina Turner), Run To You, Summer of 69 y Cut´s Like A Knife. Y también la gocé por inesperada con Take Me Back, redescubrí The Only Thing That Looks on Me is You y me encantó que rescatase Rock´n Roll Hell que en su día grabaron Kiss pero que es una composición de Bryan Adams y Jim Vallance.
De entre las baladas que abordó las que más me gustaron fueron la imprescindible Straight From The Heart armado con la armónica, me gustó la forma en que interpretaron Heaven un poco más rápida que su tempo normal, volví a disfrutar con When The Night Comes (al igual que la primera vez que le vi el 11 de diciembre de 1991 en La Casilla) y tanto Have You Ever Really Loved a Woman como All For Love me gustaron más en directo que en estudio. Para terminar el bolo, un extra que hasta ahora no había hecho en las demás fechas por Spain, una festiva versión de Can´t Take Me Eyes Off You de Gloria Gaynor. Ideal para una locaza como yo. El regusto es muy positivo, tanto que aquí estoy la tarde del sábado haciendo tronar Into The Fire e incluso Waking Up The Neighbours que hacía años que no pinchaba. Honor y gloria para Keith Scott excelso todo la noche a la guitarra solista, cumpliendo a la perfección Pat Stewart a la batería y Gary Breit al piano y teclados. Los vídeos no son míos, el colega Zorita si que tiene un móvil de altos vuelos. Ja.
Se acumulan las novedades discográficas a velocidad de vértigo. Es un gozoso no parar. Música de todo tipo, ávida para ser escuchada por seres inquietos como el menda. No me canso. Este año mi flamante Top Seventeen va a estar imposible. A veces se tiende a olvidar los lanzamientos de principios de año. La presencia de un disco que me ha gustado mucho en constante rotación en mi equipo de música se extiende durante un buen periodo de tiempo. Es más los mejores, los que me vuelan la cabeza se quedan para siempre. De momento Saviors de Green Day que se editó el 19 de enero de este año continúa por aquí alegrándome las mañanas. Es adictivo.
El álbum ha sido recibido por la mayoría de la crítica como el mejor disco de Green Day desde American Idiot, su punto culminante a nivel comercial. Asociados siempre al punk rock la música de este trío californiano tiene un inequívoco y contagioso toque pop. La mayoría de sus canciones tienen ese punto de que cuando las escuchas un par de veces se te quedan irremediablemente pegadas, como buena muestra los dos adelantos de este disco, The American Dream is KillingMe y Look Ma, No Brains!. Y tan buenas como estas dos unas cuantas que se mueven en ese territorio en el que están en perfecta armonía el punk rock y el pop. Bobby Sox es otra canción ganadora, destinada a ser un single rompedor.
Como suele ser habitual en estos tipos las letras son divertidas, sarcásticas y cargadas de malestar por la situación en la que se encuentra su país, un lugar tan fascinante como aterrador. No hay píldoras salvadoras ni soluciones sencillas, simplemente una descripción cargada de dardos contra un país en continuo estado de locura. Eso si desde una posición privilegiada. One Eye Bastard, Strange Days are Here To Stay, 1981 o Fancy Sauce son algunos de mis favoritos en cuanto a las letras y todas ellas son excelente en lo musical sin salirse del esquema antes mencionado, buen punk rock con toques pop. En la primera de las mencionadas me chifla como marca el territorio el bajo de Mike Dirnt, contundente y vacilón, guía perfectamente la canción.
Hay un par de temas que se salen con resultado más que satisfactorio de ese esquema que tan bien dominan Green Day; son la beatleniana Father To A Son con arreglos de cuerda incluidos y Goodnight Adeline, excelente balada tan efectiva como los temas más movidos. Puede que la carrera de Green Day haya pasado por momentos tediosos o con el piloto automático puesto como les sucede a los que llevan mucho en el negocio pero en pleno 2024 han conseguido armar un disco realmente potente, con gancho, una de esas rodajas que tiene mucho más enjundia de lo que esperas a priori. Bravo por ellos. A ver si lo presentan por estos lares. Por cierto muy guapa la portada.
Llevo varios días comenzado mis mañanas con el nuevo disco de The Dictators a todo trapo. Y no me canso. Es un inesperado regalo de estos neoyorquinos supervivientes a casi todo en la gran ciudad. Nadie esperaba nada de ellos a estas alturas. De hecho hace más de veinte años Andy Shernoff poco menos que anunció que D.F.F.D iba a ser en último álbum del grupo. Si a eso le añadimos que su última gira por tierras hispanas dejo muchas dudas, pues eso, cero expectativas. De modo que más gozada todavía comprobar que han sido capaces de juntar diez canciones la mar de molonas, algunas para mi clásicos instantáneos de la banda. Voy más allá. Supongamos que se acercan de nuevo y tocan el disco entero, (algo más de media hora de duración) y luego lo salpican con los clásicos de rigor, salgo del recinto con sonrisa milloneti.
Como los avispados lectores de este cochambroso blog ya sabrán Manitoba anda peleado con la banda y ya sólo quedan Andy Shernoff, principal compositor, y Ross The Boss como miembros clásicos. Junto a ellos están el ex Blue Oyster Cult, Albert Bouchard a las baquetas y Keith Roth a la guitarra rítmica y la voz. A mi la voz de Roth no solo me parece que encaja, voy más allá. Me encanta. Ya me gustó cuando le vi en directo y aquí esta fenomenal en todo el disco que se abre con un tema que puede ser una fiesta en directo: Let´s Get The Band Back Together y se cierra con un emotivo y entusiasta homenaje a Joey Ramone en Sweet Joey. Otro clásico pero ya. Al igual que la irresistible God Damn New York con esa letra tan certera.
He nombrado las que considero que encajan como clásicos ya pero lo cierto es que las otras siete son pequeñas joyitas de punk rock con cierto toque power pop en alguna como la fantástica Really Good. Lo cierto es que entran todas de maravilla, sin excepción. Una constante a lo largo del álbum son los vitalistas y contagiosos coros que tienen muchas canciones. Esa forma integradora, irresistible que gana a sujetos inestables como el menda a corear a fuego Let´s Get The Band Back Together o esos ooohhhhhh pegajosos de My Imaginary Friend... Por cierto las guitarras a cargo de Roth y Ross The Boss suenan de traca. Me chiflan especialmente en Sacred Crow otra canción pegadiza a más no poder que lo tiene todo... Bueno, igual esto es una chaladura mía pero al final de esa canción me hubiese encajado a la perfección una armónica a todo trapo. Estoy en bucle matutino con este álbum y no me quiero perder su fiesta si la montan por aquí.
La mayoría de libros musicales que he leído han sido en un alto porcentaje ricos en carroñas varias, es decir, adicciones a todo tipo de sustancias, sexo guarro, relaciones toxicas, traiciones por doquier... Me encantan esas zarandajas. Cuánto más turbio el asunto, más disfruto. Buenos ejemplo de esto son Los trapos sucios, Difíciles de manejar, vida y muerte de The Black Crowes, Sing Backwards and weepy unos cuantos más que podéis rescatar si pincháis en Literatura en este cochambroso blog. De vez en cuando también he leído libros, más serios, escribamos, con más enjundia, que requieren un esfuerzo mayor por parte del lector (dentro de mis múltiples limitaciones de celador búlgaro sin estudios). Uno que me encantó fue Como dejamos de pagar por la música de Stephen Witt.
Dust my Broom. La historia de Elmore James y Robert Johnson entra en la categoría de ensayo pero si alguien tan poco preparado como el menda le ha sacado jugo, ustedes millones de lectores la van a gozar. El autor, Gonzalo de la Torre Puig, más conocido en el mundillo musical como Dolphin Riot, ha escrito un libro maravilloso, con mucho estilo, literario incluso y plagado de interesantes reflexiones acerca de muchas cuestiones que van mucho más allá del blues, aunque este estilo de música sea el nexo común del volumen. El libro se adentra en la profundidades del Delta de Mississippi, una vasta región de Estados Unidos en muchos sentidos ajena al desarrollo socio económico de territorios colindantes. Y ese contexto es fundamental para entender por qué y cómo surgió el blues. De hecho una de las tesis que plantea el autor es precisamente que si en esa región no se hubiesen dado las circunstancias que se dieron, plantaciones de algodón, esclavitud, tal vez el blues no hubiese como fue. Sin caer en defensas de regímenes chungos ni nada por el estilo, que se me entienda, por favor.
Los dos bluesman que aparecen en el título son un reclamo perfecto para melómanos como el menda. La primera vez que supe algo de Robert Johnson fue en los noventa. Mi primo Oscar tenía un recopilatorio, The Complete Recordings editado en 1990 que se convirtió en el disco de blues más vendido de todos los tiempos, con más de un millón de ejemplares. Me imagino que mi primo llegó a el muy posiblemente por Popular 1 o por los Red Hot Chilli Peppers que hicieron una versión de They´re Red Hot en su maravilloso Blood Sugar Sex Magik. Como miles de personas en el mundo compré la versión oficial sobre Robert Johnson que tan popular y a la que tanto rédito comercial se le sacó. Ya sabéis el pack completo, fue el primer bluesman, vendió su alma al Diablo, nadie había hecho lo que él antes... A grosso modo algo así. Es muy interesante leer lo que cuenta Dolphin Riot sobre Robert Johnson y sus acertadas ideas sobre lo que supone abrazar milongas como lo de vender el alma al Diablo. El autor indaga en la vida y obra de Johnson de una forma fascinante, llegando a interesantes reflexiones que comparto casi casi al 100%. Y en el trayecto de conocer más sobre Johnson he descubierto a pioneros de los que no tenía ni idea: Tampa Red, Tommy Johnson, Scrapper Blackwell y a mujeres fundamentales y que como tantas otras veces la Historia a ninguneado como Ma Rainey, Bessie Smith o Memphis Minnie.
En el caso de Elmore James mi conocimiento sobre su vida y obra era prácticamente nulo más allá de conocer que estuvo ligado al blues de Chicago y de que es conocido por ser el padre del bottleneck guitar. Sus andanzas me han fascinado en especial esa forma de ir por el mundo sin atenerse a reglas ni leyes establecidas. El tipo necesitaba pasta y allí donde estaba iba sin importar sin infringía leyes de sindicato de tocar en tal o cual región. Tuvo que hacer frente a multas por esos temas en muchas ocasiones pero reincidía una y otra vez. Su trascendencia en el mundo del blues es defendida de forma apasionada por el autor, de tal forma que según leía iba indagando en su legado musical con fantásticos resultados.
Lo que hace a este libro especial y esencial es su mirada sobre el blues más allá de los tópicos mil y una veces tratados. Contar la historia de este género a través de dos de sus máximos exponentes pero dejando claro con datos que la música es un arte en donde las influencias y el constante reciclaje y puesta a punto de ideas preexistentes es el nexo común, que todo quisqui ha tomado prestado de alguien antes. Evidente y muy bien explicado y documentado. A todo esto hay que añadirle los personajes secundarios, por así decirlo, algunos con vidas tan o más fascinantes que los protagonistas de esta historia. Me ha llamado la atención la historia de Morgan Clyde Bobby Robinson, nieto de esclavos y que en 1946 abrió una tienda de discos situada entre el Teatro Apollo y Frank´s uno de los restaurantes más famosos de Harlem. Bobby´s Happy House se llama la tienda, que no te digo me lo mejores, iguálamelo.
Hace tiempo que tenía pensado inaugurar una nueva sección en la que dar rienda suelta a mi obsesiva pasión por el soul, un género musical en el que no me canso en indagar, viajando por autopistas funkys, baladas a la luz de las velas repletas de falsetes, dejándome llevar por los irresistibles juegos de llamada-respuesta vocal entre el solista y los coristas... Deep Soul, Northern Soul, Memphis Soul, Stax, Detroit Soul con la Motown, sonido Philly, incluso la psicodelia... En fin un mundo en el que perderse. La intención de esta sección es glosar la influencia que ha ejercido dicho estilo en algunos de mis rockeros favoritos. La mayoría de ellos blanquitos. Iba a empezar con The Rolling Stones pero dado que estoy celebrando el cumpleaños de Springsteen en plan gitano (puede durar una semana, dos o más, ya veremos) y como voy cuesta abajo empiezo con el de New Jersey. Mucho donde rascar.
La influencia de la música negra y sobre todo del soul en la carrera de Bruce Springsteen & E Street Band es palpable desde el primer disco. Tal vez en los dos primeros y en sus múltiples caras b sea donde más se nota su presencia. Pero antes de entrar en materia musical fijémonos en el escenario, ahí los referentes más claros de Springsteen son dos pioneros del soul con un talento descomunal: Jackie Wilson y James Brown. Muchos trucos escénicos y comportamiento sobre las tablas son herederos directos de esos iconos. Como todo artista hábil, Springsteen sabe apropiarse de lo mejor de cada uno para crear su propio estilo. Incluso podríamos nombrar a Wilson Pickett a The Driffters o Four Tops como claros referentes tanto musical como escénicamente.
Hace unos años le preguntaron a Springsteen qué ocho canciones escogería en caso de tener que escucharlas en bucle en una isla desierta. Tres son imbatibles pildorazos soul. De esos que no me canso de escuchar jamás. Baby I Need Your Loving de Four Tops (que reina en una escena de A Bronx Tale); Out Of Sight de James Brown y la inmortal What´s Going on de Marvin Gaye. A muerte con las tres. Diferentes estilos dentro de un mismo género. De la pasión por este estilo de música nacen algunas de las piezas más codiciadas en el amplio catalogo springsteniano.
¿Cuál es la marca soul más evidente en la música de Springsteen? Hay varias influencias claras en la utilización de los coros, integradores participativos, en plan comunidad que tienen lugar en numerosas canciones. Se trata de una forma arrebatadoramente atractiva de hacer partícipe al oyente. Como en The Guetto de Donny Hathaway. Otro elemento fundamental en todos los temas con la veta soul muy presente es el saxo de Clarence Clemons que en muchas ocasiones es el verdadero protagonista de la canción en cuestión a menudo en especial sintonía con el piano de Roy Bittan. A continuación unos cuantos ejemplos.
El debut de Springsteen tiene una de las canciones con más soul de su discografía, la incandescente Spirit In The Night que ya en estudio es un cañón pero que en directo se propulsa hasta el infinito y más allá. El juego llamada respuesta alcanza su esplendor cuando canta el estribillo. Fundamentales los coros. La introducción del tema en directo es antológica. Una de mis actuaciones favoritas es la del Hammersmith de Londres en 1975. Todo encaja ahí. Del primer álbum también podemos rescatar la inicial Blinded By The Light que podría tener más que ver con el folk blues, con esa forma única e intransferible en la que Bill Withers hacía canciones por ejemplo. En ambos temas es fundamental el saxo de Clarence Clemons sujeto vital en sonido de la E Street Band.
Si hay un álbum que rezuma soul por los cuatro costados, que está más influido que ningún otro en la carrera de Springsteen por esta bendita música ese no es otro que The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle. Desde la apertura con The E Street Shuffle, deudora The Monkey Time compuesta por Curtis Mayfield, el soul se incrusta en todos los cortes del disco en mayor o menor medida. En esta las guitarras funkys, esa batería antológica a cargo de Mad Dog Vini Lopez, los entusiastas coros... Es un auténtico torbellino de canción. Contagiosa a más no poder. En Kitty´s Back a la influencia soul se une de forma esplendorosa a elementos jazzy. Aquí la sección de viento es apabullante y a partir del minuto 5 los coros le dan ese inequívoco regusto soul. No puedes concebir el tema sin esos coros, le dan el toque definitivo.
La cara B de este álbum es sencillamente genial. Ahí esta lo mejor de Springsteen y la E Street Band. Escuchar seguidas Incident on 57th Street, Rosalita (Come Out Tonight) y New York City Serenadeapabulla. Centrándome en los elementos soul los escucho claramente en el inicio de Incident on 57th Streety de forma gloriosa a partir de minuto 4:50, esa forma de cantar, esos coros. Evidentemente no es una canción típicamente soul en el sentido estricto como tampoco lo es Rosalita (Come Out Tonight)pero ambas se enriquecen con elementos de esa música que le dan un aura especial. Por ejemplo en Rosalitaa partir del minuto 4:54 hay un pequeño tramo de coros que cambian la canción por completo.
Lo tremendo de este álbum es que si a Springsteen le hubiese dado por incluir todas las canciones que se dejó fuera y luego conocimos en el Tracks el resultado hubiese sido igual de brillante. La presencia soul se palpa en canciones tan redondas como Seaside Bar Song, Linda Let Me Be The One o The Fever. Podrían ser canciones de los años 50 0 60 cantadas por cualquiera de los iconos del género que reinaban en esa época. Mención especial para Thundercrack, a ver quién se puede resistir a esa forma de empezar una canción a capella, para ir dejando paso a la pura elegancia del hammond e ir sumando instrumentos en perfecta armonía para configurar una canción que te arrastra irremisiblemente a la euforia. Hay detalles que siempre me han vuelto loco en este tema. Detengámonos en el minuto 2:27... Pero qué coros son esos.... ¡Qué puta locura es esta! Espera que otra vez en el minuto 3:30 te la vuelven a liar los coros con el bendito subrayado del saxo de Clemons para que luego venga en el 3:37 Springsteen a rociarte con uno de los mejores solos de guitarra de su carrera... Evidentemente esta canción necesita un post entero que me estoy volviendo tarumba.
Si alguien ha llegado hasta aquí le deseo suerte. Ja. The Fever es otra pieza codiciada en el repertorio de este hombre y contiene a nivel vocal una de mis interpretaciones favoritas de Springsteen. Sin alardes, simplemente cantándote a ti de la forma más sugerente posible. De nuevo los coros son vitales. Siempre lo son. Cualquier canción de Aretha Franklin (que por supuesto ella podría hacer sola con el piano) adquiere dimensión estelar con los coros de sus hermanas. En The Fever la réplica vocal a Springsteen se la dan Tallent y Federici y el momento top es con la aparición de la voz de barítono de Clemmons que escuchamos por primera vez en el minuto 2.20. Afortunadamente todavía en la actualidad Springsteen y E Street Band aún ofreciendo un concierto eminentemente rockero deslizan su veta soul en canciones como Spirit in The Night o Tenth Avenue Freeze-Out cuya interpretación en directo en el Madison Square Garden durante la gira de reunión de 1999 es una de mis favoritas de la historia de su míticos directos. Y hasta aquí he llegado que estoy cansado, copón.
Conocí a Kris Kristofferson como actor antes que como músico al igual que me sucedió con Frank Sinatra. Jamás profundice tanto en la carrera de Kristofferson como si hice en la de Sinatra pero no cabe duda de que el cantante country tenía un legado musical soberbio. Piloto sus canciones más famosas y escuché hasta la saciedad This Old Road su disco de 2006 producido por Don Was. No sé que consideración tendrá ese álbum entre los expertos de su obra pero a mi me chifla por todo, la forma de interpretar las canciones, los músicos implicados y el sonido del disco. También le di cancha a Closer To the Bone (2009) otro álbum producido de nuevo por Don Was y que incluía una canción (Sister Sinead) dedicada a Sinead O´Connor a la que defendió cuando la cantante rompió la foto del Papa durante el concierto homenaje a Bob Dylan en 1992. Su faceta como activista y defensor de las causas más justas es fascinante. Siempre en en el lado correcto.
En el séptimo arte le conocí por su espectacular interpretación en Alicia ya no vive aquíde Martin Scorsese y tengo especial predilección por su participación en dos películas que me flipan de los noventa, ambas dirigidas por John Sayles: Lone Star y Limbo. Tenía una presencia imponente y una voz portentosa, es más creo que era tan buen actor como cantante lo cual es de un nivel estelar. Además de admirado por su larga carrera como compositor y cantante desde luego también tiene una filmografía amplia con momentos icónicos como los de Pat Garret and Billy The Kid, A Star is Born o Bring Me the Head of Aldredo Garcia. Por último recomendar una de las mejores entrevistas que se han publicado en Popular 1, concretamente la que Fernando Tanxencias le hizo al bueno de Kris en el número 411 de la mencionada publicación. Gloria eterna a Kris.
Setenta y cinco años cumple hoy Bruce Springsteen. Hace unas semanas Little Steven decía que no tenían pensado retirarse, que de hecho ahora son más grandes que nunca en Europa. Días después, Springsteen afirmaba que miraba para atrás y se sentía orgulloso de su carrera y con fuerzas para seguir tocando en directo. Y yo que lo celebro. Por todo lo alto además. El cosquilleo de seguir viéndole en directo continúa ahí y compartir esa sensación con Unax es tremendo. El chaval tiene una pasión desmedida por la obra del de New Jersey y sigue descubriendo joyas continuamente. Cuando le regalamos Tracks en Navidades flipó a colores. Y ahí sigue cada dos por tres sacando canciones con la guitarra.
Hace muchos años Popular 1 edito uno de sus especiales sobre Bruce que titulo Conocerle es amarle. Y me parece una elección excelente. Mejor imposible porque sumergirse en la carrera de este tipo es fuente inagotable de disfrute y diversión. Un catalogo antológico de canciones y una auténtica locura descubrir joyas que no tenía publicadas. Siempre se habla de la posibilidad de que edite un Tracks 2 y no sé a qué espera. Mientras, a seguir disfrutando de su música y esperar que el año vuelva por estos lares. Debería haber una gira de Springsteen por aquí cada verano. Los conciertos de este año en Barcelona fueron otro espléndido regalo, noches mágicas que no olvidas jamás.
Ayer comenzó la tercera edición del DalecandELA Fest. Parece q es una iniciativa que cuenta con el apoyo suficiente por parte de instituciones públicas y privadas para mantenerse. Buenas noticias. Los objetivos principales de esta Asociación son dar visibilidad a la enfermedad; recaudar fondos para la investigación y las personas afectadas y transmitir valores positivos. Toda ayuda es poca. En ocasiones no nos damos cuenta de lo importante que son estos eventos hasta que no conoces a alguien cercano que padece la enfermedad o algún familiar que lo sufre de cerca.
En lo estrictamente musical los organizadores del evento tienen un gusto exquisito. Ayer sin ir más lejos el cartel tenía tres conciertos perfectos para mi; The Hanging Stars a las 19:00, Cordovas a las 20:00 y Luke Winslow King a las 21:15. Seguiditos. De modo que allí nos presentamos Su y el menda. Nada más llega divisamos a Mikel. Todo en orden. Charlamos un poco con el y nos dirigimos al puesto de Merchan a pillar una camiseta muy chula para Su. El cielo amenazaba lluvia pero las ganas de ver esos conciertos podían más.
The Hanging Stars
Tenía unas ganas tremendas de ver a esta banda por la sencilla razón de que estoy muy flipado con dos de sus discos Hollow Heart (2021) y su último trabajo On A Golden Shore (2024). Ni se las veces que los he escuchado en los últimos meses. Suenan los primeros acordes de Ava, la canción con la que les descubrí. Su y yo nos sonreímos. Es el inicio perfecto. Igualmente si la elegida hubiese sido Let Me Dream Of You que abre magistralmente On A Golden Shore. Richard Olson comanda en escena y a la voz a una banda perfectamente engrasada. Sonaron a gloria unos cuantos temas de su último trabajo: Sweet Light, Happiness is a bird, I need a Good Day... Perfecta armonía musical entre el guitarrista Patrick Ralla espectacular toda la tarde, la enorme presencia en todos los sentidos al bajo de Paul Milne y esa batería sutil y desatada cuando se requería a cargo de Paulie Cobra. No me olvido de la estupenda voz de Richard Olson, que además escénicamente es el que más se desataba y esa forma perfecta de enriquecer cada canción a cargo de la pedal steel de Joe Harvey Whyte. Uno de mis muchos momentos favoritos fue cuando interpretaron Radio On. Ojalá vuelvan pronto y les pueda ver en una sala tocando un par de horas.
Cordovas
Me encantó como saltó a escena esta banda norteamericana. Me ganaron desde el minuto uno. No sé como se titula la canción con la que abrieron, creo que Josephine, pero no se puede empezar un concierto con más clase. Me impactó la imponente y carismática presencia de Joe Firstman. Situado al piano y con una emotiva voz perfectamente secundada por las armonías de Johnny Strikes, que durante el concierto se encargó del piano, y de Lucca Soria que luego se desató con unos cuantos solos fantásticos a la guitarra. No hace falta más cuando la canción es buena y la interpretación es maravillosa. En esa misma onda siguió el siguiente tema. Una forma inesperada pero super sugerente de empezar un concierto. Captaron toda mi atención. Después hubo momentos de algarabía colectiva con temas tan redondos como High Feeling, Fallen Angels of Rock´n Roll, High Roller, una salsera Somos Iguales y la sorpresa vino con la excelsa interpretación de Oye Como Va de Santana. Otros a los que me encantaría ver en una pequeña sala un par de horas. Ayer la gocé. Recomiendo encarecidamente Destiny Hotel (2020) y The Rose of Aces (2023)
Luke Winslow King
Ayer fue la primera vez que veía a Luke Winslow King con toda su banda. Cuando llegó su hora caía la lluvia sin cesar al igual que con Cordovas. Lo que ocurre es que tras la actuación de los norteamericanos había ido a repostar un poco y perdí el sitio en primeras filas, de modo que vi a Luke y su banda desde más lejos. Lo que más se veía eran paraguas...En cualquier caso y aunque no me pude meter en show como si lo había hecho con las dos anteriores bandas, disfruté con las canciones elegidas por Luke, unas cuantas perlas de su último y recomendable trabajo Flash-A-Magic... Sonaba muy bien y me chifla como canta Luke, tiene estilazo y sus dos últimos discos son de mis favoritos de su discografía: