En toda mi vida habré leído más de una decena de entrevista con Little Steven. Invariablemente en todas ellas le preguntaban sobre el disco que produjo a Demolition 23. Un único y glorioso álbum que se quedó en el limbo. Uno de esos sucesos inexplicables en la industria discográfica. Por fin se pone remedio a tamaña ignominia. A través de Wicked Cool Records el sello de Little Steven se reedita hoy mismo este artefacto que no me canso de escuchar jamás. Adoro como canta Michael Monroe cada puta palabra de cada tema. Esas letras entrañables, ese sonido crudo y rasposo, auténtico punk rock con agallas perfectamente ejecutado por Sami Yaffa al bajo, Jay Hening a la guitarra y Jimmy Clark a la batería. En vena.