El argumento es el siguiente: en Boston un joven escritor (Paul Dano) trabaja como voluntario en un albergue de la ciudad. Un día recibe la llamada de su padre (Robert De Niro), al que no ha visto en dieciocho años, quien le pide que le ayude ya que le han desalojado. El joven le ayuda pero pocos días después su padre aparece en el albergue como un usuario más. El padre del joven escritor es un tarambana que se autodefine como el tercer autor más importante de Estados Unidos pero eso solo es producto de su mente delirante. Lo cierto es que es un vagabundo que nunca termina esa novela aparentemente tan genial. El papel es un bombón para Robert De Niro y para mi simplemente por eso la película ya merece la pena pero hay más.
La película hace uso de la voz en off. Un recurso del que a veces se abusa pero que cuando se utiliza con buen criterio es una arma poderosa y que hace que te enganches fácilmente a la narración. Este es el caso de La vida de Flynn. La voz en off corresponde a los dos protagonistas de la historia el joven escritor (Paul Fano) y su padre (Robert De Niro). Y el comienzo me ha encantado. Lo guía la para mi familiar voz de Robert De Niro quien nos avisa que es uno de los mejores escritores de Estados Unidos y que todo lo que escribe es una obra maestra. Un inicio con fuerza y que nos devuelve al mejor De Niro.
El film es duro pero no está exento de humor. La labia del personaje interpretado por De Niro nos ofrece momentos desternillantes a la vez que sumamente tristes. La vida misma. No se oculta el lado oscuro del sueño americano con esa sociedad que ve crecer su homeless cada día que pasa. Esas ciudades en la que cada vez es más difícil encontrar un trabajo o esos barrios donde lo habitual es caer en las drogas. La película toca esos temas pero su fuerza reside en las relaciones paterno filiales. Es ahí donde tanto Paul Dano como Robert De Niro tienen material para explayarse y lucirse. Y ambos lo hacen.
La película está lejos de ser una obra maestra pero posee los suficientes alicientes para dedicarle al menos un visionado. Y De Niro vuelve a ofrecer una interpretación a la altura de lo que uno espera. Tal vez en manos de otro director este film podría haber sido una bomba pero el resultado es cuanto menos interesante. Seguro que el film podría haber sacado más jugo al personaje de Julianne Moore o profundizar más en ciertos aspectos (el alcoholismo y las drogas) pero lo que nos ofrece es suficiente e insisto De Niro está muy bien. El personaje le va. Le da la ocasión de mostrar su lado histriónico, esa faceta que muchos críticos odian pero de la que el menda en su justa medida disfruta de lo lindo.