domingo, 31 de enero de 2021

The Marcus King Band. Carolina Confessions

Un amigo me pasó hace más de dos años un pincho con varios discos. Todavía funciono así. Podría trastear por Internet pero ni tengo tiempo ni me apetece. Prefiero intercambiar música con los amigos. Antes eran cassettes o cds ahora un pincho. Bien. Me adapto, ja ja. También escucho discos entero en el tubo. El artefacto estaba repleto de grandes obras y la palma se la lleva Carolina Confessions de The Marcus King Band que coloqué en mi top Seventeen de hace un par de años. Si hasta ese disco la trayectoria de Marcus estaba más cerca de las jam bands y del blues sus dos ultimas rodajas han dado un viraje exquisito hacia parámetros soul. Antes me gustaba con estos dos discos me ha volado la puta cabeza. Escribí hace poco sobre El Dorado y ahora junto unas líneas sobre Carolina Confessions. Me los he pillado ambos en cd en Revolver Records y recomiendo su adquisición a todo aquel que flipe con estos sonidos. No saldrá defraudado.

En Carolina Confessions Marcus King contó a la producción con Dave Cobb en cuyo currículo figuran obras de músicos tan interesantes como Chris Stapleton, Sturgill Simpson o Jason Isbell. Y acierta de pleno. A la indudable pericia guitarrera de Marcus se une en esta ocasión una ristra de temas a cual mejor que bucean en el blues rock teñido de mucho soul. Y Cobb da con la tecla adecuada para que todo fluya con naturalidad tanto en los medios tiempos como cuando se desata el torbellino eléctrico de Marcus. Con las sucesivas y obsesivas escuchas este álbum ocupa un lugar privilegiado en mi universo blues soul sin nada que envidiar a las grandes obras de Allman Brothers, Gov´t Mule o Tedeschi Trucks Band. Juega en esa liga sin ningún complejo.



Comienza el álbum con Confessions y me quedó sin habla en seguida. Adoro esa sutil e hipnótica apertura con el piano de Deshawn "D-Vibes" Alexander sirviendo en bandeja la contundente entrada a la sección de viento con Dean Mitchell al saxo y Justin Johnson a la trompeta a la que se une con contundencia la exquisita guitarra de Marcus King que canta con una desgarradora cadencia soul. Perplejo me quedé la primera vez que lo escuché y miles de veces después esa sensación eufórica sigue ahí. No se puede empezar con más clase un disco. Escuchas temas así y te descojonas vivo de todos los cenizos que dicen que el rock está muerto, que si revival y que si cual. Mis cojones treinta y tres.

Marcus King puede estar contento de haber grabado una rodaja de este calibre y de contar con una banda de este nivel. Los arreglos de viento son obra de Justin Johnson que se encarga de la trompeta y trombón y están metidos de forma sublime en cada canción. La exquisita sutileza de Confessions es compartida en el siguiente corte Where I´m Headed que se abre con unas guitarras acústicas cautivadoras, perfecto colchón para que de nuevo se sume una sección de viento fabulosa. De nuevo la voz de King está espectacular, una constante en el álbum y poco a poco el tema va creciendo para que los punteos de Marcus adquieran un bendito protagonismo al final del mismo. 

La gloria del disco debe de ser compartida por Marcus y sus compinches. Así en el tercer tema, Homesick es imposible no caer rendido ante la base rítmica que conforman Stephen Campbell al bajo y Jack Ryan a la batería. Una base perfecta para que se incorporen los demás instrumentos. La línea de bajo  me tiene cautivado y luce de lo lindo en esta canción, una joya de soul sureño. Las guitarras acústicas tienen importante cuota de protagonismo en Remember y Autumn Rains. En la primera basta de primeras la guitarra acústica para construir una canción sublime que recuerda a los temas que Mike Farris grabó en su impresionante debut en solitario. Se le suman elegantes punteos de la eléctrica y un leve toque de órgano. Una pasada. 

Podría desgranar todas y cada una de las canciones del álbum porque no hay relleno. Son cuarenta y ocho minutos a disfrutar de principio a fin. Suena ahora Side Door y puedo imaginarme a Otis Redding interpretando canciones así de emocionantes pero lo cierto es que son temas actuales y todos firmados por Marcus King a excepción de How Long coescrita junto a Dan Auerbach y Pat McLaughlin. Por cierto está podría ser perfectamente el single del álbum. Es sencillamente irresistible. Para terminar me hago eco del final del disco esa outro espectacular del tema Goodbye Carolina. Pura elegancia. Hay que felicitar a Warren Haynes porque fue el que ficho a Marcus para su sello e incluso le produjo su segundo álbum. Menudo talento el de Marcus King. Y sólo tiene veinticuatro años. A eso le llamo yo aprovechar el tiempo.


martes, 26 de enero de 2021

47

Hoy es el cumpleaños de un gran amigo que comparte celebración con Lucinda Williams y Eddie Van Halen. La primera hizo una aparición estelar en uno de mis discos favoritos de la historia, Electric Blue Watermelon inmortal rodaja que celebra el blues dándole un centrifugado estelar como en esa No Mo que tanto irritó a un colega por los rapeos del gran en todos los sentidos Chris Chew. Aquí va Hurry Up Sunrise de cuando Lucinda cantaba de verdad ja ja. Y el segundo nos dejó hace unos meses pero su legado sigue imbatible. Seguro que a mi amigo le flipa Spanish Fly.
 

Mi colega y yo nos conocimos muy imberbes y pronto se desató nuestra pasión por la música. En aquellos inicios con trece o catorce años varios artistas nos volaron la cabeza entre ellos Bryan Adams y Dire Straits. A mi amigo le flipa la voz del canadiense y se muere por el estilo a la guitarra de Knopfler. Y mentiría si yo escribiese lo contrario. Hoy en día escucho menos a los británicos pero no suele pasar mucho tiempo sin que me calce Reckless e Into The Fire los dos mejores discos del amigo Bryan. 

A diferencia del comportamiento errático que se gasta Lucinda en los conciertos, sin probar sonido, despotricando contra todo quisqui, con el bebercio subido y demás zarandajas mi amigo es un tipo ejemplar. Confío a ciegas en él y es autor de unos de mis gritos favoritos proferidos en un concierto y mira que he ido a bolos y he escuchado comentarios la mar de cachondos recogidos algunos en este antológico post. Fue cuando vimos a North Mississippi Allstars en el festival de Wop hace unos años. Ante la tremenda exhibición de Luther Dickinson mi amigo gritó emocionado: ¡Muere Knopfler! Efluvios alcohólicos aparte. Yo entendía lo que quería decir.


sábado, 23 de enero de 2021

Descubriendo el Rock´n Roll

Resulta sorprendente, inusual y definitivamente muy extraño que un niño de 13 años escuche rock´n roll hoy en día. Uno tiene la impresión de que la mayoría de la chavalería se entrega al reggeaton, trap o al pop coreano. Todo eso es lo mayoritario y tal vez en las catacumbas encuentres seres inquietos que busquen más allá de lo establecido, pero no es fácil. Me recuerdo con esa edad descubriendo música de lo más variopinta expuesto como estaba a miles de influencias. Y tengo claro que ese gusanillo del rock´n roll era compartido con algunos amigos. Supongo que no éramos mayoría pero había mucha peña con la que charlar sobre todo tipo de bandas. En mi caso un cajón desastre en el que cohabitaban por igual Bryan Adams, U2, SupertrampDire Straits, Barricada, La Polla Records, Rainbow, The Police, Ac/Dc... Una mezcla de los más variopinta que más de treinta años después sigue vigente en ese sentido, en lo referente a escuchar mucha música variada.

Siempre pongo como ejemplo de año loco aquel 1990 ya con dieciséis años en el que degusté por primera vez a The Black Crowes con Shake Your Money Maker, Su me regaló el Remasters de Led Zeppelin y ¡el jugoso recopilatorio Hot Rocks de los Stones en vinilo!!! Los noventa fueron una época muy excitante pero no quiero caer en la nostalgia barata porque soy de los que piensa que las décadas que han venido después han sido tan buenas como esa. La gran diferencia es que mientras en los noventa el rock´n roll era más popular poco a poco ha sido arrinconado y reducido al underground más absoluto pero sigue siendo una delicia descubrir joyas de diferentes estilos aunque sus autores no se coman un colín. Al fin y al cabo siempre ha sucedido que el pastel se lo suelen repartir entre unos pocos y la mayoría rasca las migajas, como casi todo en la vida. ¿Pero que sería de todo este tinglado sin las migajas? Porque amigos en mi casa Magnolia de Screamin´Cheetah Wheelies es tan grande como The Southern Harmony and Musical Companion aunque el primero no vendiese ni una décima parte que el segundo, Dust o Sweet Oblivion tan imperecederos como el Vs o Superunkown, o cualquier disco de Cracker tan importante en mi dieta musical como el mejor de Tom Petty & Heartbreakers

Y todo este inmundo tocho viene a que a Unax le ha dado por el rock´n roll. De momento es más de canciones que de discos enteros pero quién sabe. Tal vez se convierta en el megafriki del universo. De hecho en buena medida ya lo es porque me ha dicho que sólo habla de Queen y de algún otro grupo con uno de clase. Ya me parece un milagro ja ja. En fin el elemento está a todas horas con varias canciones. De momento en el top 1 Like A Rolling Stone, la pone a todas horas le sigue de cerca While My Guitar Gently Weeps, Born To Run, Baba O´RileyIt´s A Long Way To The Top (If You Wanna Rock´n Roll) En casa están todos esos temas en formato físico pero siempre lo suele poner en el móvil, en youtube y se deja guiar por las recomendaciones que le hace la plataforma. Definitivamente los tiempos han cambiado por completo ja ja. De vez en cuando me pregunta si tenemos tal o cual disco y últimamente ha cogido el Highway 61 Revisited de Dylan y High Voltage de Ac/Dc. A su ritmo. Ni de coña le voy dar la turra con tal o cual banda lo mejor es que vuele solo y cuando a veces estoy escuchando algo y me pregunta qué es porque le interesa se me dibuja mi característica sonrisa millonaria. 

De momento los dos únicos discos que se escucha enteros de arriba a abajo y gozándola son el debut de los Ramones y el de los números 1 de los Beatles. Con esos no pasa ninguna canción y está emocionado. Además ha dejado claro que eso son suyos. Se los trajo el Olentzero y no hay negociación posible. En fin me voy a poner serio y le voy a hacer una transfusión urgente de reggeaton, trap y chuflas varias porque si no le van a canear. Hay que seguir al rebaño ja ja ja. 

sábado, 16 de enero de 2021

Steve Gorman & Steven Hyden. Difíciles de manejar. Vida y muerte de The Black Crowes

Es posible que Chris Robinson tras leer el libro que sobre su estancia en los Black Crowes ha escrito Steve Gorman maldiga todos los antepasados del batería. Aunque lo más seguro es que sin necesidad de leerlo espete en cualquier entrevista con su habitual lengua viperina que Gorman tan sólo era el puto batería, que jamás compuso nada de nada. Ja ja. En fin, da igual la reacción de Chris o de Rich, el libro de Steve Gorman se lee de un tirón, es adictivo y recorre sin tapujos y con mucha mala hostia la historia de los Cuervos siempre bajo el prisma de Steve por supuesto. Hay mucha frustración, dosis ingentes de carroña y derivados y también una indestructible pasión por la música. Y aunque ninguno de los hermanos Robinson sale bien parado en este volumen, Steve es capaz de valorar lo más importante: la música. Y la de los Cuervos fue sublime durante más de veinte años con sus diferentes formaciones. 

Gorman cuenta con un estilo extraordinariamente ágil en el que supongo tiene mucho que ver la aportación del periodista Steven Hyden los turbulentos años que paso junto a la parejita Chris y Rich, dos hermanos disfuncionales a más no poder que hacían que todo a su alrededor estuviese en constante tensión. Nadie se libraba de los malos rollos que llevaban a cuestas estas dos criaturas que parecían el día y la noche, Chris el hippy risueño bailando descalzo en las alfombras que decoraban los escenarios de los Cuervos y Rich con su cara de acelga, permanentemente enfadado, dispuesto a soltar un exabrupto en cualquier momento. Eran una parejita peculiar. Pero todo eso no importaba en absoluto porque cuando la música sonaba aquello era la puta bomba mundial. 

Se me hace complicado resumir este libro sin caer en algunos spoilers que serán anecdóticos porque querido lector soy muy de caca culo pedo pis y me suelen hacer mucha gracia los detalles más nimios. Así que si alguien sigue ahí puede seguir leyendo. Nada de enjundia será revelado a continuación. Al igual que hice con Todo el Mundo adora nuestra ciudad de Mark Arm voy a ordenar este tinglado refiriéndome uno por uno a los principales protagonistas de esta apasionante historia.

Chris Robinson

Bueno el amigo Chris da para mucho. En el libro Steve se muestra brutalmente sincero y no esconde que es con el mayor de los hermanos Robinson con el que tuvo una conexión inmediata. Se emborrachaban juntos, se reían de las mismas cosas (incluso de Grateful Dead aunque luego Chris perdiese la cabeza por ellos ja ja) y vivieron juntos mucho tiempo, el suficiente para hartarse el uno del otro. Las idas de olla de Chris inundan el libro y no sabría por donde empezar. Me hace mucha gracia como relata Steve la relación que tiene Chris con la pasta. De cara a la galería es el artista puro, el bohemio pero amigos entre bambalinas su ojo se impregna con el signo del dólar. Eso no ha hecho nada más que aumentar mis simpatías hacia el. Ja, ja ,ja. Una de mis anécdotas favoritas es cuando el mánager de la banda Pete Angelus les propone como algo guay tocar en la fiesta de cumpleaños del locutor Howard Stern y ahí salta el primero Chris diciendo que nanai de la China que la pasta por delante, que no le deben nada a Howard... Iuuuuuujuuuuuuu!!!!!

Rich Robinson

Con el pequeño de los Robinson la mayor conexión que estableció siempre Steve fue la musical. Explica el perfecto entendimiento que tenían con sólo mirarse. Y que el sonido de los Cuervos en buena parte es cortesía de la sinergia entre Rich y Steve. En lo personal... Está explicado perfectamente en una de las fotos que aparece en la parte central del libro. En ella se ve en primer plano a Chris y Steve divirtiéndose, haciendo el gamba y detrás acechando en la sombra el malcarado rostro de Rich... Me parto la caja. De todas formas Rich tuvo una conversación que no revelaré aquí crucial con Jimmy Page y sólo puedo decir que estoy de acuerdo con Rich. Pero para entender esto hay que saber lo que Rich le dijo a Jimmy. Léete el libro ja ja.

Marc Ford

Otro músico crucial en la historia de los Cuervos es sin duda Marc Ford. Con el llevaron su música más allá y encajó perfectamente en el sonido de los de Atlanta aportando un plus vital hasta que las drogas le nublaron el cerebro. Hay un episodio en los camerinos en los que un Marc Ford en horas bajísimas es fustigado sin piedad por Chris Robinson que ese día se olvido de las florecillas hippys, por escribirlo suavemente.

Eddie Harsch

Igual de importante que Marc Ford fue la labor de Eddie al piano y los teclados. En cuanto absorción de alcohol y drogas también empataban porque el bueno de Harsch era una auténtica esponja. A diferencia de Marc, a Eddie no le humillaron jamás, tal vez porque le veían mayor, quizá porque simplemente no se atrevían.  Su anécdota con Keith Richards cuando los Stones invitaron a los Cuervos es apoteósica. Digna de ser reproducida: Oye, puede que tú no seas consciente de ello, hijoputa, pero... !eres el puto Keith Richards! ¿Y vienes a pedirles cocaína a los teloneros? ¿Pero qué coño te pasa? Keef respondió con una sonora carcajada tras unos segundos de tenso silencio. Ja, ja, ja. Menudo era Eddie protagonista de otra descacharrante historia entre Bélgica y Alemania donde casi la espicha. En aquellos parajes agonizando entre ambos países clamó porque le llevasen a Alemania porque tenía el mejor sistema sanitario del mundo y en Bélgica la palmaba fijo.

Johnny Colt

El más listo de la clase es Johnny. Un tipo con indudable carisma y que supo largarse cuando todo estaba a punto de explotar. O mejor escrito que no quiso aguantar ni un minuto más las chorradas ni de uno ni de otro. A este también le humilló en este caso Rich grabando todas las partes de su bajo en un disco, si no recuerdo mal en Three Snakes And One Charm. Rich adujó que es que Keith Richards le había hecho lo mismo a Bill Wyman. Rich, otra encantadora criatura, todo paz y amor. 

Peter Angelus

El flamante mánager de la banda es uno de los personajes que mejor parados sale en el libro. Un tipo con las cosas claras y que siempre intentaba llevar a la banda en la buena dirección consiguiéndolo casi siempre pero que continuamente tenía que pelear con Chris a veces por los aspectos más delirantes. Pete Angelus trabajo como director de escenario de Van Halen y sabía de luces y de todo ese tinglado más que nadie. Pero claro, Chris no opinaba así y hay una descacharrante anécdota al respecto. Las luces de un escenario diseñadas por un Chris en pleno viaje hippioso. Para mear y no echar gota.


George Drakoulias

Encantador tipo que supo canalizar el potencial de la banda. Pieza clave para comenzar a moldearles en Shake Your Money Maker  y encontrar el punto perfecto en el descomunal The Southern Harmony And Musical Companion. Drakoulias se lleva todos los elogios y más de Steve Gorman. Claro pero estando por medio Chris... Lío asegurado ja ja. Como cuenta Steve en el segundo de los discos debió de figurar como productor sólo George Drakoulias y no como apareció compartiendo créditos con la banda. 

Jimmy Page

Las apariciones de Jimmy Page son estelares y dan mucho juego. Steve cuenta que tuvo una conexión muy especial con el y se relatan varias anécdotas muy cachondas. Una es cuando una noche se fueron de juerga con Jimmy y tras unas cuantas copas éste comenzó a imitar a Homer Simpson en el episodio en que Homer canta Born Under A Bad Sign de Albert King. Y eso les llevó a charlar sobre la serie creada por Matt Groening de la que al parecer Page estaba colgado. Mejor que le de por eso que no por tontear con Aleister Crowley o por hurtar temas de blues. Uy, no que eso no lo hizo. Ja ja. Pero lo que se lleva la palma fue el aquel día en el que Steve entró en el camerino de Jimmy Page invitado por éste para echarse una siestecita. Cuando salieron del habitáculo y se cruzaron con los hermanos Robinson, Steve se limitó a informar que venían de calzarse un sueñecito...

Sven Pipien 

El bueno de Sven Pipien, un bajista de mucho talento y que también aportaba en los coros es como Fredo Corleone en El Padrino, ese ser débil que es fagocitado por todo quisqui sin piedad. Hay varios episodios relatados con detalle en los que queda claro que al pobre Sven le hicieron varias jugarretas muy sucias.

Kate Hudson

Señalada por la plebe como la Yoko Ono de esta historia nada más lejos de la realidad según Steve. Al parecer esta chica no sólo no jodió la banda sino que la mayoría de las veces intercedió para apaciguar los ánimos y aporto buenas vibraciones siempre es más en un momento dado Steve escribe que la aparición de esta chica fue una bendición. Ahí queda eso. Me gusta mucho más su historia  y estoy convencido de que se acerca mucho más a la verdad que la mil veces repetida y cacareada de que fue la que destrozó la banda. 

Luther Dickinson

Voy a dejar para el final a uno de mis guitarristas favoritos de la historia que afortunadamente estuvo unos cuantos años en otra de mis bandas predilectas  que se saldaron con tres exquisitos discos en estudio, Warpaint, Before The Frost y Croweology... Steve admite que Luther era un músico estilísticamente muy diferente de cualquiera que hubiese estado en la banda antes y que su presencia les dio a todos un empujón. Se deshace en elogios. Ahí va uno de mis párrafos favoritos de este volumen: Para cuando Luther terminó la gira de 2010 con nosotros, The Black Crowes eran innegablemente un grupo especial otra vez, pero hubo noches ese año en las que llegamos mucho más alto que nunca. Amén.



lunes, 11 de enero de 2021

Bruce Springsteen & E Street Band. Live At Hammersmith Odeon

Hace casi tres lustros trabajé en la sección de música de unos grandes almacenes cuyo nombre no escribiré aquí. Algunas cosas buenas saqué de aquel antro. La amistad con un zumbado que me preguntó por un disco de North Mississippi Allstars e ingente cantidad de material a un precio de risa aprovechando mis ventajas de empleado. Uno de los tesoros que adquirí fue la edición 30 aniversario de Born To Run, el álbum que catapultó al estrellato a Bruce Springsteen junto a su imponente grupo, E Street Band. Aunque en aquellos días me gustaba el amigo Springsteen todavía no estaba en mi olimpo particular más por desconocimiento que por otra cosa. 

Me compré este artefacto ante la entusiasta insistencia de mi amigo Rober un metalhead del copón bastante ecléctico que me habló maravillas de esta edición. Tampoco para Rober el de New Jersey era uno de sus favoritos y desconozco si eso cambió. Se que le gusta y tiene abundante material de él lo que garantizo es que en mi casa hay un antes y un después tras mi flamante inversión en esta box set. A partir de aquella compra y posterior visionado y degustado del documental y sobre todo del concierto de Hammersmith Odeon de 1975 sufrí una revelación, una puta epifanía de dimensiones bíblicas que alcanzó su punto culminante cuando tuve la fortuna de presenciar el concierto que Bruce Springsteen y E Street Band ofrecieron en San Mames el 29 de julio de 2009.

La excelente reputación de Bruce Springsteen en directo arranca prácticamente desde el comienzo de su carrera cuando actuaba en pequeños locales y les tenían que echar del antro en cuestión porque este tipo y sus compinches no veían fin a la noche. Y afortunadamente puedo escribir que ese impulso vital es una bendita constante en su carrera acompañada por la sana costumbre de variar el setlist de arriba a abajo. Nada de tocar siempre las mismas canciones en el mismo puto orden. Todo ello aderezado con una puesta en escena imbatible, sin alardes pero derrochando autenticidad. Miren las pintas que se gastan en el concierto de 1975 en el Hammersmith Odeon. Les adoro. Que me den una puta máquina del tiempo que quiero viajar allí en este preciso instante. Puta magia nocturna.

Me acuerdo del día que vi este concierto. Era una lluviosa tarde de domingo de noviembre de 2005. Su y y yo nos calzamos el documental Wings For Wheels: The Making Of Born To Run (muy recomendable) y lo rematamos con el bonus dvd en directo que venía que recoge la actuación de Bruce Springsteen & E Street Band en el Hammersmith Odeon. Indescriptible la sensación de triunfo absoluto, de alegría extrema cuando estaba viendo esto a oscuras en mi salón en aquella tele de mierda... ¡Joder! Recuerdo que el concierto estaba grabado desde dentro del escenario sin imágenes del público y con la iluminación propia de cuando estás viendo un show en las primeras filas. Esos momentos en los que estás en una nube dejándote llevar por la música. 


Ese concierto además de volarme la puta cabeza me hizo conectar con el Springsteen de los dos primeros discos: Greetings From Asbury Park y The Wild, The Innocent & The E Street Shuffle. Apenas conocía Rosalita y volé alto, muy alto con Spirit In the Night, Lost In The Flood, The E Street Shuffle, 4th Of July, Asbury Park (Sandy) Kity´s Back.... Todos esos temas con una inequívoca e irresistible conexión soul me volvieron loco y tres lustros después mi pasión por la música de este sujeto aumenta cada año, así a lo loco y sin posibilidad de cura. Así que ahí va esta cochambrosa entrada dedicada al amigo Grushecky que ha tenido la fortuna de presenciar más de cien canciones diferentes en directo de este sujeto y su inigualable banda. A sus pies. Ni se imaginan como le envido. 


jueves, 7 de enero de 2021

Creedence Clearwater Revival. Born To Move

Miles de entradas publicadas, millones de comentarios, cientos de seguidores, infinidad de premios, ganancias a mansalva y todo ello escribiendo catorce años de rock, soul, hard rock, metal y derivados. Pero todo tiene un límite. Ahora me han ofrecido mucha pasta por escribir sobre trap, sonidos urbanos, reggaeton.... Y como soy un ser miserable y ruin voy a aceptar. De modo que a partir de la semana que viene nuevo look y Maluma y Rosalía serán los que reinen por aquí. Voy a despedir mi anterior gloriosa etapa con la banda que sonaba el día que comencé a escribir este cochambroso blog. Porque como todos sabemos el rock está muerto.

lunes, 4 de enero de 2021

The Steepwater Band. Grace And Melody

En breve trataré de juntar unas líneas sobre Turn Of The Wheel el último disco de Steepwater Band que me tiene loco pero hoy recupero 
Grace And Melody que adquirí tras presenciar la poderosa descarga que se acababa de cascar en el Kafe Antzoki el por entonces trío de Chicago. El álbum venía producido por Marc Ford que además añadía algunas guitarras al asunto. Esta rodaja supuso un viraje alejándose un tanto del blues rock clásico que destilaban hasta entonces. La clase de disco que de haber sido grabado en décadas pretéritas más apropiadas para el rock´n roll tal vez hubiese tenido más suerte. Es un pensamiento que me viene a menudo con trabajos discográficos como este, Electric Blue Watermelon de North Mississippi Allstars, Black Cotton Limited de Soul JacketCarolina Confessions de Marcus King Band o Magnificent Fiend de Howlin Rain. Y hay más ejemplos, seguro. 

En Grace And Melody además de la poderosa veta blues rock presente en la discografía de los de Chicago se añade un inequívoco regusto melódico que le otorga un plus a muchos de los temas aquí contenidos. Incluso hay alguno que no desentonaría en un álbum de los Beatles como ese magnífico One Way Ride que finaliza con un curioso punteo en plan guitarra flamenca. El poder melódico es aplicable a casi todos los temas sin que éstos pierdan un ápice de su fuerza. Otro ejemplo fantástico es Healer un tema que se te clava sin remedio desde la primera nota. Y en esa onda de canción redonda de esas que tiene todo en su sitio y que les lleva más allá de lo que hasta ese momento habían hecho también están All The Way To Nowhere, Lord Knows o la que da título al álbum.


El álbum se abre con brío, con un riff poderoso y un estribillo resultón que se te incrustan a la primera. At the Fall of the day se me antoja una canción ideal para abrir un concierto de estos tipos en un garito tipo Antzoki. En esas distancias cortas es donde dan lo mejor de si estos sujetos si es que a Marc Ford no les da por boicotearles el bolo ja ja. All the Way to Nowhere es otra canción donde prevalece el componente melódico y es que es en este trabajo donde Stepwater Band pasaron de ser (por lo menos en mi casa) una banda más de regusto setentero a otra provista de temas mayúsculos. El antes mencionado no está solo porque a día de hoy sigo sucumbiendo a los más de trece minutos bien invertidos de Waiting To Be Offended. Una canción redonda, cargada de matices con vital importancia para el piano algo que se va a repetir en buena parte del disco y que es un compendio de las benditas habilidades de las que hace gala este combo de Chicago. Igual de buena y excepcional es World Keep Moving On que se va hasta los más de siete minutos sin que sobre nada y cierra el álbum de forma inmejorable.

Una de las claves para entender la mejora de Steepwater Band en este álbum es la elección de Marc Ford como productor. Además de acertar en esa tarea Marc toca la guitarra rítmica en todo el disco se trae consigo a Mike Malone al piano (fundamental en todo el disco) y enfoca perfectamente a Jeff Massey (guitarra y voz) Tod Bowers (bajo) y Joe Winters (batería) hacia las canciones logrando que los tres firmen las mejores canciones de su repertorio hasta entonces. Pero afortunadamente la historia del la banda no termina aquí y casi una década después entregarían Shake Your Faith otra fantástica rodaja y alcanzarían la gloria eterna con Turn Of The Wheel. Pero esa es otra historia. 


viernes, 1 de enero de 2021

Al Green. Before The Next Teardrop Falls

Vamos a empezar el 2021 con un clásico por lo menos en mi casa. El señor Al Green ha grabado una versión de un tema country y suena cañón. Desconozco si es la avanzadilla de material en formato álbum y si es así si podrá acercarse al atómico nivel de Lay It Down. En cualquier caso habrá que estar atentos porque el Reverendo del Soul maneja como nadie ese inconfundible falsete y sabe dotar a cada canción de lo que necesita. El tema ha sido producido por Matt Ross-Spang oriundo de Memphis que ha declarado: Siempre he sido un gran fan de Al Green y de su productor Willie Mitchell. Juntos crearon una de las más duraderas músicas soul. Desde el punto de vista sonoro, Willie y Al también inventaron un sonido distinto que los separaba de Stax o Motown. Y yo solo puedo escribir Amén.