Es habitual entre las revistas musicales, los blogs rockeros y los aficionados en general buscar a nuevos referentes en el mundo del rock´n roll. Siempre prestos a localizar a grupos noveles que se conviertan en los nuevos Zeppelin, los nuevos AC/DC, los proximos Guns and Roses. Una especie de ansiedad desbocada conduce enseguida a bautizar a bandas que empiezan con un sambenito que en muchas ocasiones se torna fatal.
El rock´n roll tiene algo más de cincuenta años y parece axioma común establecer que está todo inventado. La frase cualquier tiempo pasado fue mejor se impone como verdad absoluta. No hay nada que rascar. Y los más pesimistas incluso aseguran que el rock ha muerto. Así que en este panorama los medios y todos en general buscamos esos nuevos tal o nuevos cual que se impongan…
En la alocada carrera por dar con la nueva sensación nos olvidamos de las canciones. Lo más importante en definitiva. El placer de encontrarse con un tema bien hecho, bien construido, el deleite de sumergirse en una canción y gozar olvidándose de vanguardias, novedades y otras zarandajas. Me posiciono entre los que a día de hoy siguen encontrado grandes discos y excelentes canciones a la espera de ser descubiertos.
Todo este batiburrillo me viene tras leer una muy interesante entrevista con Chris Robinson en el Ruta 66 de abril. Comparto su apreciación cuando dice que Gary Louris y Mark Olson son dos de los mejores compositores que nunca ha tenido la música norteamericana. Así, de claro, sin complejos. Basta escuchar el disco que han firmado juntos para encontrar unas cuantas canciones sublimes.
Y otro buen ejemplo de que la actualidad es tan excitante como el pasado son los propios Black Crowes. 20 años después siguen con nosotros en pletórico estado de forma y con un líder que como el dice ha visto pasar mil y una modas … Y ahí siguen los Cuervos con un presente envidiable sin nada que envidiar a su glorioso pasado. Y como éstos, otros tantos. Entre mis últimas adquisiciones hay grandes canciones en los discos que aparecen en la foto. Y muchas otras a las que no llego ahora que no tengo Internet. La música sigue mereciendo mucho la pena.