Como les ocurrió a tantas otras películas enclavadas en el cine negro, Retorno al Pasado (Out Of The Past en el original), debe su fama a la reivindicación que la muy bien considerada Cahiers Du Cinema, la Biblia de los cinéfilos, realizó de los film noir en la década de los sesenta. Cuando se estrenó en 1947, Retorno al pasado tuvo una acogida normalita tanto en lo comercial como en lo artístico. Pero benditos aquellos tipos franceses que elevaron esta y otras películas hasta hacerlas populares.
A menudo se ha tildado este film de serie B pero esta lejos de esos parámetros. El rodaje fue de 64 días lo que la elevaba de la media habitual y dispuso de más medios que otras películas de cine negro. Sin grandes alardes pero con la logística suficiente. Aunque los actores principales todavía no eran unas estrellas estaban muy cerca de ese estatus. Esta película les dio un empujoncito mas, sobre todo a Robert Mitchum y Kirk Douglas.
Así pues con un equipo artístico joven y prometedor y un director que sabía lo que se traía entre manos no es de extrañar que Retorno al pasado sea una de las mas bellas y emocionantes películas que he visto en mi vida. Más allá de la muy honorable etiqueta de cine negro Out of the past es un película sumamente original porque a pesar de que cuenta con muchos elementos propios del género (la dicotomía campo-ciudad, la femme fatal, los flashbacks, la voz en off…) los combina de tal forma que la hace diferente, va un paso más allá.
La fatalidad, la tentación, la codicia están tan bien retratadas, son tan creíbles que asustan. Uno observa al personaje interpretado por Mitchum con desesperación, con ganas de darle un meneo y advertirle de lo que le espera, pero conforme avanza la película te dejas arrastrar por el mismo halo que envuelve a su personaje. No hay nada que hacer.
Como he mencionado Retorno al Pasado es hoy en día un clásico del cine por muchas razones. Uno de los aspectos a los que debe su fama es la iluminación. Tourner y el director de fotografía Nicholas Musuraca se entendieron a las mil maravillas para dar con el ambiente propicio. Tanto los interiores como los exteriores se benefician de una forma de iluminar diferente desafiando los cánones habituales. Y qué decir de los diálogos. Certeros, precisos, como cuchillas de afeitar.
Jeff Bailey: Acostumbro a no husmear en los asuntos de las mujeres, pero qué es para ti ese tipo, Fisk.
Alsfla: Por mi no cambies tu costumbres.