lunes, 29 de marzo de 2021

Tom Petty & The Heartbreakers. Into The Great Wide Open

Cuando Tom Petty editó en solitario Full Moon Fever parecía que había alguna grieta en la relación con los Heartbreakers. Algún malentendido que asomaba en una relación de más de quince años. Full Moon Fever se convirtió en 1989 en el disco más vendido en la carrera del rubio de Florida disparado por dos singles irresistibles, los típicos hits que se tallan en piedra en el set list: I Won´t Back Down y Free Fallin´. Lo lógico hubiese sido pensar que Tom tirase por esa vía. Pero hizo justo lo contrario para el siguiente álbum reunió de nuevo a los Heartbreakers, repitió con Jeff Lynne a la producción y en 1991 dio forma a Into a Great Wide Open, un álbum luminoso, radiante. Siempre me da por escucharlo en días soleados. Es contagioso a más no poder y tiene algunas de las canciones  más efervescentes del extenso cátalogo de este hombre. 

Dos de los puntos fuertes de este disco son el excelso sonido de las guitarras, es una delicia absoluta escuchar la enorme la labor en esas lides de Mike Campbell, el propio Tom Petty y la puntual aportación de Jeff Lynne y las armonías vocales, brillantes a más no poder en la estela de The Byrds, fundamental en esa labor tanto Howie Epstein como el mismo Jeff Lynne cuya contribución tanto en Full Moon Fever como en este álbum es más que reseñable. Lo cierto es que muchas canciones de este disco vienen a mi en días soleados. Me encuentro canturreando de forma irreversible los irresistibles estribillos de All or Nothin, Two Gunslingers, The Dark Of The Sun o All the Wrong Reasons... Canciones con un halo especial, pequeñas postales a las que no puedes dejar de mirar una y otra vez. No hay puntos débiles en este trabajo. Es la absoluta perfección de pop rock ejecutada con la maestría habitual por Tom Petty & Heartbreakers. También fue el último disco que grabó con la banda el díscolo Stan Lynch. Va por el. 






martes, 23 de marzo de 2021

La fascinante historia de Jonna

Se me ocurren pocos ejemplos por no escribir ninguno de llegar a una banda y triunfar por todo lo alto como lo hizo el bueno de Brian Johnson.  En 1980 se presumía que el nuevo álbum de AC\DC iba a seguir la senda del éxito de Highway To Hell, el último disco que grabaron con el tristemente fallecido Bon Scott, pero nadie podía siquiera imaginar ni en el mejor de sus sueños que
Back In Black lo petase como lo hizo. Nos referimos al disco de hard rock más vendido de la historia. Acudiendo al chusco refranero castellano, llegar y besar el Santo. Justo lo que le sucedió a Jonna que dejó su puesto en Geordie y su empleo y se embarcó en una aventura que le depararía un triunfo absoluto. En lo comercial el salto fue monumental. En lo artístico se podría debatir si Back In Black es el mejor álbum de los australianos o ese honor podría ir perfectamente a High Voltage, Powerage o Highway To Hell. En cualquier caso cuatro discos espléndidos, un sabroso compendio de blues hard rock inspirado a más no poder.

Como he escrito, últimamente me he detenido a menudo a pensar en las casualidades, el azar y esa serie de dichosos acontecimientos que hacen que saborees la gloria. Jonna fue el elegido entre otras razones porque era el menos conocido de los candidatos (otros eran Steve Marriott o Noddy Holder) y porque encajaba a la perfección con el estilo de los hermanos Young. Es más se cuenta (y no se si es verdad o simplemente es la hábil estratagema de algún manager avispado) que el propio Bon Scott había lanzado un entusiasta piropo a Jonna cuando éste era el cantante de Geordie. Me encanta esa historia. 


Lo sorprendente de este asunto es que cuando Jonna acudió a la primera audición de los hermanos Young vivía en casa de sus padres, estaba recién divorciado,  tenía que mantener a dos criaturas y trabajaba en un taller mecánico. Su vida daría un vuelco descomunal. Cuando se oficializo su fichaje le dijeron que cobraría 170 libras a la semana. Todo un capital. Su contribución en Back In Black es poderosa aunque a menudo se ha puesto en duda si las letras eran todas suyas o los avispados hermanos Young saquearon la libreta de Bon Scott. Pero eso para otro post.

Todo esto me ha venido porque la pasada semana jueves me pasé por mi antiguo laboro a recoger el papel que certifica mi desvinculación con la empresa y saludé a algunos compañeros. Uno de ellos con el que pasé divertidas tardes escuchando material hard rock (con importantes incursiones negroides plagadas de falsetes) me preguntó a ver qué tal me iba y sabiendo que es un acérrimo seguidor de AC\DC le dije que en lo laboral ahora me sentía como Jonna cuando aterrizó en la mítica banda australiana ja ja. Así que va por Jonna del que voy a rescatar una declaración con la que me siento 100% identificado: No soy el tipo más ambicioso del mundo, y la verdad es que tampoco soy la persona más segura de sí misma del mundo. Lo cierto es que me gustaría tener la aplastante seguridad de un colega que en una célebre reunión txokera dijo: Si volviese a nacer haría exactamente lo mismo. De momento sigo en el equipo de Jonna. Ja, ja.





viernes, 19 de marzo de 2021

sábado, 13 de marzo de 2021

En permanente contradicción

Vivimos en permanente contradicción. La mayoría son insalvables, inevitables y eternas. Por mucho que lo intentes caerás en ellas una y otra vez. La coherencia total es imposible. Así que cuando antes lo asumas mejor, de lo contrario el sufrimiento te espera, de continuo además. Y sin embargo hay mucha gente que te dice que no, que ellos son muy coherentes, que se comportan tal cual les marca su ideología. Y no puedo por menos que reír porque a menudo los que más lecciones dan en público son los que en más contradicciones caen. Y sólo hay que echar un vistazo a tu alrededor para percatarte de ello. A izquierda y a derecha. No se salva casi nadie.

¿Y a qué viene todo este inmundo tocho? Pues a una interesante conversación que tuve en el laboro sobre Amazon. Cuidadito muchacho, que estamos ante los dueños del mundo ja ja. O casi. Hace años tuve cuenta en ese gigante pero apenas compré aunque lo hacía en Ebay que para el caso patatas. Hace años que cerré la cuenta y no quiero tener nada que ver con esa plataforma y desde hace tiempo tampoco con Ebay. Me produce urticaria el consumismo desaforado en el que vivimos y al mismo tiempo en ocasiones no puedo evitar caer en el. Así que si, amigos, estoy hecho un lío. 

Hace unas semanas emitieron en la televisión pública vasca un interesante documental sobre Amazon y aunque no me pillo por sorpresa nada de lo que vi, no deja de ser desolador el panorama que nos espera. El Capitalismo de vigilancia extiende sus tentáculos con asombrosa eficacia y nadie escapa a su influjo. Echarse al monte. Esa es la única alternativa. Vamos a terminar con entretenimiento a mansalva, un ser capaz de arrojar luz en todo este fregado:

domingo, 7 de marzo de 2021

Lo de Evole: Ibai Llanos

Hoy nos hemos reunido en familia para ver Lo de Évole. El protagonista del programa era ni más ni menos que Ibai Llanos. Es posible que no haya en España ahora mismo alguien más influyente que él sobre todo entre los más jóvenes. Por lo tanto, Su, que es el cerebro en la familia ha decidido que era buena idea ver todos juntos el espacio. Hemos pasado un buen rato a la vez que hemos aprendido por qué es tan famoso Ibai y gracias a la pericia de Évole (que sigue siendo un periodista creativo e incisivo) hemos conocido algunos curiosos entresijos de este mundo tan cambiante y apasionante para los más jóvenes que es Twich, You Tube y demás plataformas. 

Me ha gustado mucho que Évole haya comenzado el programa entrevistando al padre de Ibai. Ha sido una elección perfecta. Un chute de realidad para comenzar, un contraste de una persona trabajadora humilde que responde con naturalidad a las preguntas sobre su hoy en día célebre hijo. Ha sido una forma de atrapar a la audiencia que suele ver a Évole ya que seguramente su target está más en la edad del presentador (es decir de 46 para arriba) que los más jóvenes. No sé si hoy se habrán sumado muchos jóvenes a ver el programa. Espero que si porque ha merecido la pena. Ha sido una forma inteligente de unir dos generaciones o más con hábitos de consumo en lo que se refiere a la comunicación muy distintos.  

En lo que se refiere a Ibai me ha causado una muy buena impresión. No me interesa lo que hace, no es mi prioridad ni mi mundo pero dado que le interesa a mi hijo lo mínimo que debo de hacer es conocer por qué le atrae tanto. Y mi percepción es de que es un tipo con indudables capacidades comunicativas y que como tantos otros jóvenes ha encontrado en esas plataformas una forma de ganarse la vida ( en su caso muy bien ja ja). Y seguramente los medios tradicionales hace tiempo que no han sabido, querido o podido generar contenidos dirigidos a los adolescentes. No es un target que tradicionalmente haya interesado. Y siempre se les ha dejado a un lado en muchos ámbitos de la vida. Incluso la pandemia no ha hecho sino profundizar esa brecha y esos estigmas para con la juventud. Es una cuestión que se repite siempre. Un mal endémico y antropológico que nos persigue.