Vamos a acabar el año por todo lo alto con Queen una de esas bandas míticas siempre bien recibida en mi casa. Cuando Freedie Mercury se subía a un escenario se lo llevaba todo por delante con su voz y su inequívoca habilidad parad dominar a la chusma. Como me hubiese molado estar entre la plebe en uno de sus míticos conciertos de los ochenta. Y es que se me ocurren pocos shows más explosivos que aquel celebre concierto en Wembley en 1986. Una máquina del tiempo para estar ahí, en las primeras filas por supuesto.
There goes the last dj, who plays what he wants to play, and says what he wants to say...
domingo, 31 de diciembre de 2017
viernes, 29 de diciembre de 2017
Bandas para popuheads que si, algunas otras que no
Confieso que por primera vez en más de veintidós años he estado a punto de no comprar el Popu. Lo he pillado el 24 de diciembre. Es más esa misma mañana coincido con Alex G en que últimamente nos va más el Ruta 66... Uy, uy, uy, cuidado... ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Sucumbir acaso a la RockDelux...? En mi caso no hay peligro. Ni con un diccionario la entendería. Afortunadamente me entra la cordura y el equilibrio planetario está restablecido.
Pero no es de mi no consumada traición de lo que quiero escribir sino de esas bandas a las que Popular 1 ha dado una cancha excesiva para algunos más que justa para otros. Para bien o para mal, en mi caso más para lo primero que para lo segundo, esta publicación ha tenido unas cuantas bandas a las que ha elevado a los altares siguiendo cada uno de sus pasos con verdadera devoción y pasión. Voy a hacer un repaso. Lo que mi maltrecha memoria me permite. Que no soy un puto robot.
A finales de los ochenta y principios de los noventa Jane´s Addiction fueron uno de los grupos de los que se escribía un mes si y al siguiente también. La locura absoluta con este combo liderado por el peculiar Perry Farrell. Y la verdad, a mi me volaron la cabeza. Disfrute de lo lindo de tamaño despliegue. Me enchufo hoy en día Nothing´s Shocking y Ritual de lo habitual y se mantienen más que frescos en mi casa. Dos discos a los que recurrir a menudo.
En los noventa otra banda a la que se rendía pleitesía con obsesión fue Blind Melon. Un grupo diferente, extraño, para mucha prensa seria una broma, para el Popu de lo más grande. Y aquí vuelvo a coincidir. Tanto el debut como Soup como después Nico e incluso For my friends son rodajas excelentes en las que perderse cada poco tiempo. Es más estoy excitado ante la publicación de un nuevo disco.
A mediados de los noventa Marilyn Manson ocupó la portada de esta revista y páginas y más páginas cada mes con una histórica y delirante carta en el Correo. Mucho bombo a una banda que en mi casa no resiste el paso del tiempo ni de coña. Ni Portrait an American family ni Antichrist Superstar, ni ningún otro de su ya prolífica discografía me dicen absolutamente nada. Nos echamos unas risas con Manson pero saco mi vena de fan ultrajado y digo que algunas de las portadas que se llevó este petardo bien podían haber sido para Jayhawks, Rory Gallagher o Al Green, no me jodas....
A principios de la pasada década el turre con Texas Terri fue cansino mayor. No hay nada donde rascar en su música. Pero nada de nada. Que esta tipa ocupase la portada de la revista varias veces es un misterio... Bueno, miento, lo cierto es que a Popular 1 le encanta poner ahí a personajes excesivos, variopintos, que se hable de ellos aunque sea mal. ¿Es una característica vital para su existencia? En fin ya le podían haber dedicado la portada una sola vez aunque fuese a Aretha Franklin.
Hay muchos más ejemplos, me podría tirar todo el día citándolos pero ni me apetece ni esto es una puta enciclopedia. Un post más que sólo responde a mis gustos. O como diría The Man parafraseando a Clint Eastwood: Las opiniones son como los culos. Todos tenemos uno. Para ilustrar este post he elegido portadas que me han molado. Y es que prevalece lo positivo que nadie dude de mi militancia popuhead....
A mediados de los noventa Marilyn Manson ocupó la portada de esta revista y páginas y más páginas cada mes con una histórica y delirante carta en el Correo. Mucho bombo a una banda que en mi casa no resiste el paso del tiempo ni de coña. Ni Portrait an American family ni Antichrist Superstar, ni ningún otro de su ya prolífica discografía me dicen absolutamente nada. Nos echamos unas risas con Manson pero saco mi vena de fan ultrajado y digo que algunas de las portadas que se llevó este petardo bien podían haber sido para Jayhawks, Rory Gallagher o Al Green, no me jodas....
Hay muchos más ejemplos, me podría tirar todo el día citándolos pero ni me apetece ni esto es una puta enciclopedia. Un post más que sólo responde a mis gustos. O como diría The Man parafraseando a Clint Eastwood: Las opiniones son como los culos. Todos tenemos uno. Para ilustrar este post he elegido portadas que me han molado. Y es que prevalece lo positivo que nadie dude de mi militancia popuhead....
martes, 26 de diciembre de 2017
Walking Papers. Live on KEXP
El próximo 19 se publicará WP2 el segundo disco de Walking Papers banda formada por Jeff Angels (guitarra y voz) y Benjamin Anderson (teclados y coros), ambos procedentes de The Missionary Position´s (que confieso no tengo ni puta ida de quiénes son) Duff Mckagan (bajo) y Barret Martin (batería). Hasta hace apenas un par de semanas que leí la noticia no tenía ni pajolera idea de la existencia de este combo. De modo que me puse a investigar. Por varias razones. Las fundamentales mi absoluta admiración por el bueno de Barrett y mi innata curiosidad por seguir siempre los pasos de Duff. Y lo que encuentro me pone los dientes largos.
Me encuentro ayer con mi colega Rober le habló como no podía ser de otra forma de la edición extendida de Dust de Screaming Trees y de paso le mencionó lo de esta banda. Casualmente el tampoco conocía de su existencia hasta las mismas fechas que yo y ayer mismo le dio al clic para hacerse con su debut de hace ya cuatro años. Y no puedo remediar secundarle. Lo que encuentro aumenta mis expectativa y me topo con dos absolutos desconocidos para mi, Jeff Angels y Benjamin Anderson que lo bordan. Mola cuando pasan estas cosas de forma inesperada. Y me pregunto cómo se me ha pasado por alto este material. Pero da igual. La gozo con este pequeño directo y con unas cuantas canciones más. Al loro.
lunes, 25 de diciembre de 2017
Fun Lovin' Criminals. You Got a Problem
3, 2, 1, I'm that son of a gun, but one who has
the fun by the kilo and the ton. Like Marv
Albert but worse, I got the curse, got
per with the nurse in the maternity
ward. That's right, I'm nuts, ask Fisty Cuts. I
got outpatient status at the Brooklyn Zoo.
Doobie doobie doo, we like the crew that
runs up in the club wearin' alligator shoes.
When I get the blues I get it really bad, ask
Kronos for promos, Feliz Navidad. Johnny
Black got my back, baby, happy or sad. If I
fall out of your favor, don' get mad.
My head feels like old vinyl, and like Lionel,
I'm idle. Secretly stalking the title, stealin'
scenes by ways and means. And thats why
marines got M-16's I think I love her, but
she's affected, bullshit detected. Wonder
why she got neglected, I legged it, turned up
here, I'll have a beer and a joke about that
Guenevere. Lord I been knowin' there'd be
days like these, but please don't hit me with
the quick release, and don't rat me out to
Edwin Meese, 'cause I been around the
world and the seven seas.
If the heat don't get me then the drugs sure
will, stirrin' scotch and soda's with a twenty
dollar bill. My mamma always told me
never drink on pills, roll down the window
'cause I'm feelin' kinda ill.
domingo, 24 de diciembre de 2017
martes, 19 de diciembre de 2017
Screaming Trees. Dust - Expanded 2CD Edition
Me pregunta un cliente ayer en la tienda a ver si tenemos la reedición de Dust de Screaming Trees. Lamentablemente le tengo que contestar que no. Ni os podéis imaginar la cantidad de discos chuscos a más no poder que se reeditan y pueblan nuestras baldas y sin embargo está pequeña joya no nos llega y si lo hace tendrá que ser vía importación. Porca miseria. Se intentará esa opción porque la golosina merece la pena.
Tras la jornada laboral ayer a la noche investigó un poco por internet a ver que trae esta reedición y encuentro un podcast de La Jungla Sonora en Radio Euskadi donde Eduardo Ranedo (colaborador habitual de Ruta 66) se curra un interesante monográfico sobre el disco en cuestión. Esta mañana salgo a caminar escuchando el programa. Descubro algún dato que se me había escapado (pocos dada mi bendita obsesión por esta banda) y voy más rápido que nunca batiendo mi récord, 8 km la hora. Propulsado por esas imperecederas canciones. Estoy de acuerdo con lo que Ranedo explica sobre la banda y añado un par de cuestiones fundamentales: los deliciosamente imperfectos coros de los hermanos Conner y la habilidad a la batería de Barret Martin, un puto genio con las baquetas.
Esta reedición merece la pena no porque contenga temas inéditos, sino porque el disco de extras está compuesto por temas que en su día salieron en caras b, discos tributo o para bandas sonoras de películas. Algunas muy complicadas de localizar. Unas cuantas joyas que a todas luces conviene tener. Y porque sumergirse en este disco aún sin otro adicional ya es la leche. Gloria bendita para Screaming Trees.
viernes, 15 de diciembre de 2017
Las ventajas de ser un marginado
Basada en la novela del mismo título y dirigida por el propio autor de la misma, Las ventajas de ser un marginado es una deliciosa película sobre una época convulsa en la vida de cualquiera: la adolescencia. Es un tema explorado en muchas películas y un terreno pantanoso en el que es complicado no caer en la sensiblería o en lo superficial sin ahondar en el meollo de la cuestión. Stephen Chbosky sabe dar con la tecla adecuada para mostrarnos a unos adolescentes que comienzan su paso a la vida adulta, un camino como el de todos plagado de dificultades, decepciones y alegrías. Un período al que algunos adultos quitan importancia pero que es vital. Viendo está película empatizas con los adolescentes, te ves con esos años lo que supone un triunfo absoluto para Chbosky que es capaz de contarlo todo de forma sutil y misteriosa, sin alardes, dejando espacio para cada escena, mostrando simpatía por todos los personajes.
Uno de los aciertos indiscutibles del film es el casting. Desconozco si los protagonistas estaban curtidos ya en el medio o eran debutantes pero aquí logran dar credibilidad a cada escena en la que aparecen logrando la cercanía de las grandes ocasiones. Viendo la película y aunque la temática no tenga mucho que ver he tenido parecidas sensaciones a cuando vi Jóvenes prodigiosos de Curtis Hanson una de esas películas que conviene volver a ver si o si.
Otro aspecto que me he ganado del film es la importancia que se le otorga a la música. La que escuchan los personajes tiene un rol primordial. Una de las escenas más emocionantes es al ritmo de Heroes de David Bowie y otro momento muy chulo es cuando suena a tope Low de Cracker en una de esas fiestas en las que a todos nos gusta perdernos de vez en cuando y más si es a ritmo de rock por lo menos en mi caso.
El film cuenta la historia de Charlie (Logan Lerman) un joven que cuenta a través de unas cartas a una persona sin identificar sus peripecias vitales en los años de Instituto. Una época convulsa en la que intenta encajar como casi todos lo hemos hecho refugiándose en los espíritus más afines. La película es una maravillosa exaltación de la amistad, un chute vital entre tanta peli de adolescentes casposa, facturada con sumo gusto y fantásticamente interpretada. Para poner en los institutos.
Otro aspecto que me he ganado del film es la importancia que se le otorga a la música. La que escuchan los personajes tiene un rol primordial. Una de las escenas más emocionantes es al ritmo de Heroes de David Bowie y otro momento muy chulo es cuando suena a tope Low de Cracker en una de esas fiestas en las que a todos nos gusta perdernos de vez en cuando y más si es a ritmo de rock por lo menos en mi caso.
El film cuenta la historia de Charlie (Logan Lerman) un joven que cuenta a través de unas cartas a una persona sin identificar sus peripecias vitales en los años de Instituto. Una época convulsa en la que intenta encajar como casi todos lo hemos hecho refugiándose en los espíritus más afines. La película es una maravillosa exaltación de la amistad, un chute vital entre tanta peli de adolescentes casposa, facturada con sumo gusto y fantásticamente interpretada. Para poner en los institutos.
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Las ventajas de ser un marginado
viernes, 8 de diciembre de 2017
Stranger Things
Una de las series que más ruido mediático ha generado en los últimos años es Strangers Things. Netflix ha apostado fuerte por esta ficción televisiva y ha tirado la casa por la ventana en publicidad tanto en los medios tradicionales como en las hoy en día indispensables redes sociales. Tal vez no juegue en la liga de Juego de Tronos en cuanto a bombardeo pero poco le falta. En la calidad ni entro porque la serie de la HBO no es de mi interés.
Algunos críticos han machacado a conciencia a Strangers Things. Lo más recurrido es que se trata de un refrito de los ochenta que hace algo más que tomar cosas prestadas de obras tan dispares como Los Goonies, E.T o Cuenta conmigo, es decir, que se sumerge sin ningún tipo de rubor en el universo de Stephen King o Spilberg saqueando a gusto y montando un puzzle curioso. Puede ser. No soy tan severo.
Vistas las dos temporadas me quedo sin duda con la primera, la segunda se me ha desinflado demasiado pronto cuando todo se hace más explícito pero para que nos vamos a engañar he pasado unas horas divertidas que no es poco. No juega en la liga de esas series que me vuelven loco y que puedo revisitar o incluso pillar un capítulo suelto y volverlo a ver porque hay mucha miga. Los creadores avisan con una tercera parte. De hecho con el éxito que tienen lo raro sería lo contrario pero mucho van a tener que estrujarse la materia gris para salir airosos con una trama que parece agotada. Veremos.
Vistas las dos temporadas me quedo sin duda con la primera, la segunda se me ha desinflado demasiado pronto cuando todo se hace más explícito pero para que nos vamos a engañar he pasado unas horas divertidas que no es poco. No juega en la liga de esas series que me vuelven loco y que puedo revisitar o incluso pillar un capítulo suelto y volverlo a ver porque hay mucha miga. Los creadores avisan con una tercera parte. De hecho con el éxito que tienen lo raro sería lo contrario pero mucho van a tener que estrujarse la materia gris para salir airosos con una trama que parece agotada. Veremos.
domingo, 3 de diciembre de 2017
William Bell. This is where I live
El pasado julio tuve la suerte de ver en directo a William Bell en el Festival de Blues de Getxo. Uno de esos conciertos inesperados que te alegran la noche de verano en cuestión. Bell además de recurrir a sus clásicos grabados en el sello Stax en los sesenta presentó sin complejos su último disco, This is Where I live que este mismo año ganó el grammy al mejor álbum de americana. De la mano del productor John Leventhal (Joan Osborne, Rosanne Cash) William Bell se sacó de la manga un disco muy bueno, sorprendente para las alturas a la que estamos de un tipo de 77 años.
La asociación con Leventhal le ha funcionado de tal manera que según confesaba en una entrevista a Ruta 66 hace unos meses ya preparan el segundo. Lo cierto es que el listón lo han puesto alto. En This is Where I live todas las canciones vienen firmadas por Bell y Leventhal excepto dos versiones del propio Leventhal y Rosanne Cash y de Jesse Winchester. Bell se encarga de las letras, reflexivas, echando la mirada atrás pero sin falsa nostalgia. El autor nos cuenta de dónde viene y lo que ha hecho en su carrera. Y lo visten con una música perfecta, que se ajusta al tono del álbum.
Una de las características esenciales de William Bell es la elegancia. Tal vez su faceta más conocida sea la de compositor para el sello Stax pero lo cierto es que Bell es un intérprete de altura; canta con mucho gusto, sin estridencias, ajustando su tono a lo que pide cada canción. Aquí hay unas cuantas muy buenas. Al menos media docena me lo parecen. De hecho no palidecen al lado de sus éxitos. Y se mueve con igual acierto en los tiempos más suaves como cuando le imprime un poco más de marcha.
Entre mis favoritas de este reivindicable disco están la que lo abre The Three of Me, desde la frase inicial: Last night I had a dream and there were three of me...Una canción exquisita, cocinada a fuego lento, con la guitarra de Leventhal sonando clara y meridiana acompañada de forma elegante por la sección de viento, una característica primordial de todo el álbum. Así es también en The House Always win, más pausada pero igual de certera y en Poison in the well, marchosa y contagiosa.
William Bell recupera para este disco una nueva grabación de la mítica Born under a bad sign compuesta junto a Booker T Jones en un arreglo diferente y como he escrito se casca algunos temas tan potentes e icónicos como el que da titulo al disco: This is where I Live con una de esas letras que se te quedan a la primera. La historia de su vida cantada de forma convincente y emotiva. Una de esas que la puedo escuchar en bucle. Y aquí hay unas cuantas más.
La trilogía que cierra el álbum es un perfecto ejemplo de los valores que atesora este disco, un triunfo absoluto: All The things you can´t remember con esos coros de falsetes elegantes, Mississsippi Arkansas Bridge directa al cátalogo de clásicos de este tipo, un tema que me volvió loco en Getxo y una despedida acorde a un disco de este pelaje con People want to go home. E insisto estos tres temas y alguno más los pones si o si en el recopilatorio de rigor de la carrera de este hombre. Soul elegante facturado con gusto exquisito.
Una de las características esenciales de William Bell es la elegancia. Tal vez su faceta más conocida sea la de compositor para el sello Stax pero lo cierto es que Bell es un intérprete de altura; canta con mucho gusto, sin estridencias, ajustando su tono a lo que pide cada canción. Aquí hay unas cuantas muy buenas. Al menos media docena me lo parecen. De hecho no palidecen al lado de sus éxitos. Y se mueve con igual acierto en los tiempos más suaves como cuando le imprime un poco más de marcha.
Entre mis favoritas de este reivindicable disco están la que lo abre The Three of Me, desde la frase inicial: Last night I had a dream and there were three of me...Una canción exquisita, cocinada a fuego lento, con la guitarra de Leventhal sonando clara y meridiana acompañada de forma elegante por la sección de viento, una característica primordial de todo el álbum. Así es también en The House Always win, más pausada pero igual de certera y en Poison in the well, marchosa y contagiosa.
William Bell recupera para este disco una nueva grabación de la mítica Born under a bad sign compuesta junto a Booker T Jones en un arreglo diferente y como he escrito se casca algunos temas tan potentes e icónicos como el que da titulo al disco: This is where I Live con una de esas letras que se te quedan a la primera. La historia de su vida cantada de forma convincente y emotiva. Una de esas que la puedo escuchar en bucle. Y aquí hay unas cuantas más.
La trilogía que cierra el álbum es un perfecto ejemplo de los valores que atesora este disco, un triunfo absoluto: All The things you can´t remember con esos coros de falsetes elegantes, Mississsippi Arkansas Bridge directa al cátalogo de clásicos de este tipo, un tema que me volvió loco en Getxo y una despedida acorde a un disco de este pelaje con People want to go home. E insisto estos tres temas y alguno más los pones si o si en el recopilatorio de rigor de la carrera de este hombre. Soul elegante facturado con gusto exquisito.
I was born in Memphis
In a different world
Now that time has come and gone
I was just a little boy
When I heard Sam Cooke singing
A change is gonna come
It touched my soul
And let me know
There’s a promise of a brand new day
Then I left my home
Started out on my own
This is where I live
This is where I live
This is where I give
All of my love, all my time, all my money, every dime
This is where I live
I was just sixteen when I hit New York
Singing in a big old band
I couldn’t believe the things I saw and heard
But it sure enough made me a man
In a hotel room I wrote me a song
And it took me all around the world
And now I spend all my time playing music making rhymes
In a different world
Now that time has come and gone
I was just a little boy
When I heard Sam Cooke singing
A change is gonna come
It touched my soul
And let me know
There’s a promise of a brand new day
Then I left my home
Started out on my own
This is where I live
This is where I live
This is where I give
All of my love, all my time, all my money, every dime
This is where I live
I was just sixteen when I hit New York
Singing in a big old band
I couldn’t believe the things I saw and heard
But it sure enough made me a man
In a hotel room I wrote me a song
And it took me all around the world
And now I spend all my time playing music making rhymes
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