Su carrera en solitario atesora momentos tan sólidos y brillantes como esas dos joyas que nos dejó con Screaming Trees. Whiskey For The Holy Ghost es uno de esos discos tan geniales como los anteriormente citados. Es un álbum oscuro, cavernoso, nocturno al que vuelvo una y otra vez. Plagado de canciones imponentes y con la omnipresente voz de Lanegan inundándolo todo se mueve en un terreno inclasificable, lejos de los Trees, con temas acústicos, de corte folk e incluso country que en la hipnótica voz de Lanegan adquieren una dimensión diferente. Armónicas, saxos y violines junto a las guitarras acústicas protegen la inigualable voz de este tipo.
Recuerdo perfectamente la primera vez que escuché esta maravilla. Fue tras asistir al concierto de Mark Lanegan en el Centro Cultural Eguia de San Sebastián el 23 octubre de 1998. En ese momento estaba recién editado Scraps At Midnight y acudí a aquella cita con el nerviosismo de las grandes ocasiones. Y lo que allí vimos y escuchamos nos dejó anonadados a mi amigo Robert y a mí. Aquella noche sonaron varios temas de este disco: The River Rise, Carnaval, Pendulum y una imponente Borracho que me llevaron al siguiente paso: conseguir este Whiskey For The Holy Ghost costase lo que costase.
Desde entonces rara es la semana que no suena en mi equipo de música. Me gusta escucharlo con el volumen a tope preferiblemente de noche y dejarme llevar por temas como Sunrise. Posiblemente sea mi disco favorito de Mark Lanegan aunque tanto Scraps At Midnight, I´ll Takes Cares Of You o Field Songs son también tremendos recordatorios de lo grande que puede ser la música. Recuerdo escuchar The River Rise, Borracho, Stay o Sword And Broken como algunos de los momentos más emocionantes de música en directo a los que he tenido la fortuna de asistir. Eterno Lanegan