Hoy en día en la NBA
juegan un buen número de jugadores europeos. Muchos con un rol de relevancia en
sus equipos. Grandes estrellas que han jugado All Stars y que han sido
decisivos en los triunfos de sus conjuntos. Pero hace veinticinco años la cosa
era muy diferente. Los primeros europeos en tener una presencia destacable en
aquella liga fueron Vlade Divac y Sarunas Marciulionis. En la temporada 1989-90 cinco jugadores del Viejo Continente desembarcaron en la mejor liga del mundo:
los mencionados Divac (Los Angeles Lakers) y Marciulionis (Golden State
Warriors) junto a Zelko Paspalj (San Antonio Spurs), Alexander Volkov (Atlanta
Hawks) y el malogrado Dratzen Petrovic (Portland Trail Blazers).
Marciulonis desembarcó en
la NBA gracias al esfuerzo del hijo de Don Nelson por llevarlo. En el año 87
los Atlanta Hawks jugaron contra la selección rusa en suelo americano una serie
de encuentros amistosos. Allí los técnicos yanquis se dieron cuenta de que los atléticos
jugadores negros tenían algo más que dificultades para frenar el potentísimo
primer paso de Sarunas. Nelson tomó buena nota. Más cuando los rusos eliminaron en las semifinales de los JJOO de Seúl al combinado norteamericano de entre otros David Robinson y Mitch Richmond y ganando la final contra el potente conjunto yugoslavo. De modo que la temporada siguiente
Marciulonis fue fichado por los Warriors en una trama digna de espionaje. Eran
los tiempos de la Guerra Fría y que un jugador soviético jugase en USA era todo
un acontecimiento.
Sarunas Marciulonis encajó perfectamente en los Golden State Warriors donde permanecería cinco temporadas
convirtiéndose en uno de los favoritos de la grada de Oakland. Con los Warriors
disfrutó de la ciudad y del juego de un equipo diferente que lo basaba todo en
la velocidad en el famoso
Run&Gun de Don Nelson. Fue nombrado segundo mejor sexto hombre dos años
consecutivos y estaba entre los mejores jugadores de la competición hasta que
su progresión se cortó de raíz cuando padeció la temible lesión de la triada.
Una vez recuperado continúo su carrera en otros tres equipos más (Seatle
Supersonics, Sacramento Kings y Denver Nuggets). Los tres equipos disfrutarían
de fogonazos del talento del lituano bastante mermado por problemas físicos.
Y para finalizar la
conexión rockera. Muchos aficionados al basket puede que se acuerden del podio
de basket de los JJOO de Barcelona. Ahí estaban el Dream Team, la Croacia de
Petrovic, Kukoc, Radja y cía y los lituanos luciendo unas camisetas que
llamaron mucho la atención. Marciulonis era amigo de los Grateful Dead y la
banda de California contribuyó a la causa lituana con dinero y diseñando esas
camisetas inolvidables. Incluso hay un documental titulado The Other Dream Team
donde se cuenta parte de esa historia y como lucharon los lituanos para tener
su propia selección. Pero eso da para dar la brasa en otro post.