Ayer murió a los 81 años Bill Withers. La familia emitió un comunicado que decía: Estamos devastados por la pérdida de nuestro amado y devoto esposo y padre. Un hombre solitario con un corazón dirigido a conectar con todo el mundo; habló honestamente a las personas y las conectó las unas a las otras con su poesía y música. Y no se me ocurre una mejor forma de definir lo que me provocaba la música de este hombre.
Un amigo me descubrió la música de Bill Withers hará unos cinco o seis años. En un cd me grabó sus dos primeros discos o casi porque creo recordar que no entraban todos los temas. Pronto los saboree y me acabaron cautivando. Poco después me compré una edición que reunía esos dos primeros discos. En ambos Withers desarrollaba un soul muy alejado de lo que mis oídos estaban acostumbrados. Nada de sección de vientos y complicados arreglos, todo era más básico con claras raíces folk. Su música va directa al corazón. Durante muchas noches acompañado por una buena lectura lo último que sonaba en mi equipo de música era ese imbatible dueto inicial, Just Am I y Still Bill, sin olvidarnos de su esplendoroso directo en el Carnegie Hall.