Estaba escribiendo una farragosa entrada sobre la música de ahora y la de antes. Sobre las melodías que ya están inventadas (son sólo siete notas como dice mi amigo Diego). Sobre todo ese rollo de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sobre dónde están los nuevos Led Zeppelin o el nuevo Elvis Presley. Pero paso. Me quedo con una frase de uno de los músicos más brillantes de este siglo, el gran Joe Henry. Este tipo dice que la originalidad está sobrevalorada. Apoyo la moción.
Así que al grano. Reconozco que he caído rendido ante We´ll be the light, Brown Little bird, Borrowed time y Afternoon Eyes los cuatro primeros temas de un disco de The Dirty Guv’Nahs asimismo titulado. Me encanta seguir emocionándome con temas de este calibre. Como cantaban los Stones It´s only rock´n roll but i like it. Se les notan las influencias, ¿Y? Para mí eso no es ningún problema. Estos temas me llenan de felicidad y eso es lo que importa.
La primera vez que los escuché en casa de Diego ya intuí que aquello era para mí. Pero lo cierto es que no esperaba encontrarme tarareando este irresistible estribillo una y otra vez: Put your hand in my pocket, I'll be your favorite song, We'll be the light and the diamond as well, Need my name in the springtime Oh yes, you will. Al que le sigue irremediablemente el de Brown Little Bird y luego el de Borrowed time y Afternoon Eyes. Así del tirón. Una de esas veces en las que no puedes dejar de escuchar un disco.
El álbum son 13 canciones y el nivel quizá no sea tan aplastante como en esos cuatro primeros cortes pero abunda lo bueno. Saguaro, Oh Jericho y Lovely Bones son otras que me vienen continuamente a la cabeza. La voz del cantante es otra de los alicientes. Las sensaciones son similares a cuando escuché por primera vez Shake your Money maker de los Cuervos. Los tiempos están cambiando y esta banda tendrá que adaptarse a ellos. Con canciones como las que se gastan todo es mucho más fácil. Mi banda sonora para la crisis.