domingo, 17 de agosto de 2014

El cabo del miedo

Hoy cumple 71 años Robert De Niro. A estas alturas de la película tal vez los nuevas generaciones puedan pensar que este sujeto que en los último años se dedica a pasear sus múltiples muecas por comedietas de medio pelo ha seguido una trayectoria similar toda su vida pero a poco que seas inquieto en esta vida y bucees en su filmolgrafía te darás cuentas de que hubo una época en que el amigo De Niro era el puto amo. Así de sencillo. 

La primera película que recuerdo haber visto protagonizada por Robert De Niro fue El cabo del Miedo. Si, sé que no es ni de lejos la mejor de su carrera, qué leches, no está ni en su top ten, pero para mi fue un inicio impactante. Un joven de diecisiete años del año 1991 podía salir impresionado del cine tras ver semejante película. Con el tiempo El cabo del miedo ha sido parodiada, sobreexplotada y vilipendiada a partes iguales pero mentiría si dijese que no tiene su valía cinematográfica. De hecho puestos a recordar alguna mención a este film me quedo con el homenaje que le hicieron en un capítulo de Los Simpson donde el Actor Secundario Bob se mete en la piel de Max Cady.




El film era un remake de El cabo del terror una irregular película dirigida por J. Lee Thompson e interpretada por dos colosos del celuloide: Robert Mitchum y Gregory Peck que eran de largo lo mejor del tinglado. De hecho Scorsese aportó interesantes variaciones al material original y sus contribuciones hicieron que este remake sea mejor que la de 1962. Además como entusiasta cinéfilo, Scorsese recuperó para dos jugosos cameos a Mitchum y Peck, sólo que intercambiandoles los papeles, esta vez Mitchum era un policía del lado bueno y Peck una sanguijuela de abogado que curiosamente en las escenas del juicio lucía el traje que vistió para interpretar a Atticus Finch en Matar a un ruiseñor.

De modo que Scorsese metió su mano en el film y volcó algunas de sus obsesiones confeccionando un material muy apreciable sobre todo en una una primera hora y media que va como la seda. Recuerdo varias escenas excelentes entre Nick Nolte y Robert De Niro y entre Nolte y Jessica Lange. Lástima que el final es tan exagerado que se preste a la parodia. Por su parte De Niro hizo una actuación pirotécnica a más no poder, con su habitual transformación física y con una verborrea bíblica y filosófica tremenda. Ni que decir tiene que tras visionar este film recuerdo ir al vídeo club y pillar así seguiditas Taxi Driver, Toro Salvaje y Uno de los nuestros. Y eso ya son palabras mayores.