Las grandes novelas son aquellas que además de proporcionarme buenos momentos de lectura activan en mi el deseo de escribir. No hay bestia tan feroz pertenece a esa categoría. A su prosa directa e intensa se le añade un tono reflexivo más que interesante. la novela rezuma verdad por los cuatro costados porque lo que en ella se cuenta es en buena parte la propia vida del autor que es tan interesante que merece ser novelada. Edward Bunker tuvo una vida convulsa y excitante. Paso muchos años en reformatorios y cárceles de California, vivió intensamente la espiral drogas-atracos-violencia-cárcel y finalmente tuvo suerte. Fortuna porque conoció a Louise Wallis, esposa del productor de Casablanca, que se tomó a Bunker como uno de sus proyectos para reformar a jóvenes delincuentes y la cosa funciono. Esta señora le regalo a Edward Bunker la subscripción al New York Time Books Review y un curso universitario por correspondencia lo que unido a la curiosidad de este chico por la lectura desembocó en una carrera literaria brillante con seis novelas publicadas. Pero hasta llegar ahí Bunker las paso putas, luchó con sus demonios, fue constante y finalmente logró ser un escritor respetado y admirado.
No hay bestia tan feroz es una novela realista, cruda y sincera en la que su autor conoce de primera mano de lo que escribe. Pero solo del conocimiento no se vive y Bunker es capaz de dotar a los personajes de vida, de credibilidad y lo hace tan bien que es difícil imaginarse un retrato de los bajos fondos de Los Angeles, y por extensión de cualquier ciudad grande, más auténtico e impactante. La novela arranca con la libertad condicional de Max Dembo que tras ocho años a la sombra pretende cambiar de vida. No es un agumento innovador pero Bunker es tan hábil en mostrar el camino lleno de trampas de un delincuente que pretende reformarse que te las páginas van pasando sin dilación frente a tus ojos y te sientes intrigado, atraído y seducido por el protagonista. Incluso te cae bien y quieres que todo le salga bien. Es más la novela me parece a pesar de su dureza, bella y es fácil sucumbir al encanto de Max Dembo a pesar de que el mismo reconoce que no sabe otra cosa que delinquir.
La novela es del año 1973 y no ha sido editada en España hasta un par de años por la editorial Sajalin. Edward Bunker contaba entre sus seguidores con algunos de los escritores más respetados del mundillo literario como William Styron o James Ellroy que firma el prologo en el que sentencia que No hay bestia tan feroz es la mejor novela sobre los bajos fondos de Los Angeles jamás escrita. También a Tarantino le sedujo la prosa de este tipo al que incluso dio el papel de Mr Blue en Reservoir Dogs. Pero más allá de estas referencias que siempre vienen bien recomiendo a todo aquel que le guste la novela criminal y las historias de redención leer este libro que me ha tenido absorto un par de semanas.