Venga, lo reconozco he elegido un titular demagógico y chusco a más no poder pero es que los tiempos que vivimos invitan a ello. Sobre todo tras las elecciones celebradas en Madrid el pasado martes. Aunque me pillan muy lejos las he seguido con inusitado interés y mentiría si escribiese que no he disfrutado observando el lodazal en el que se han convertido. Y es así porque desgraciadamente creo que estas formas se han impuesto y va a ser complicado librarse de ellas. Me interesa el pensamiento político ligado a la filosofía pero en estas lides poco hay de eso y si mucho de marketing, estrategias comunicativas y demagogias varias y todo esto también me interesa y mucho. Así que voy a reunir unas cuantas líneas incidiendo en esos aspectos.
Se cuenta que el verdadero artífice de la aplastante victoria de Isabel Díaz Ayuso es Miguel Ángel Rodríguez, hábil consultor de comunicación que ha apostado por una campaña basada en la libertad, en la supuesta falta de ella debido al malvado Gobierno Central. Lo curioso de este tinglado es que el PP ya estaba gobernando en Madrid pero quería más, deseaba fagocitarse a Ciudadanos y lo ha conseguido y barrer a la izquierda y también lo ha logrado. En el contexto actual, con más de un año de dura pandemia y restricciones de todo tipo, Díaz Ayuso ha jugado la baza de una comunidad con la hostelería y los espectáculos abiertos en contraposición al resto de España y especialmente al Gobierno. Una vez impuesta esa idea da igual que mires a Galicia y digas, coño pero si ahí esta también el PP y optan por justo lo contrario. Ja, ja. Pero claro, Madrid no es Galicia y el peso del sector servicios es brutal. Una baza ganadora por muy mal que estén las cosas en la sanidad. Un cruda realidad.
En el aspecto comunicativo Díaz Ayuso se ha manejado muy bien en los grandes medios sabiendo lo que tenía que decir dependiendo a qué emisora acudiese y ha acompañado esa estrategia con otra que, aunque a priori puede parecer contraproducente, le ha dado pingües beneficios: soltar unas cuantas perlas castizas de esas que se rigen por la máxima de: que hablen de ti y mucho aunque sea mal. Vamos que ha estado presente a todas horas en todos los lados. Una exposición brutal. Puro marketing, herramienta fundamental en política. Les ha comido la tostada, por comer las ha comido hasta el color rojo a la izquierda presentándose vestida de ese color en muchos debates ja ja. Y una vez logrado el triunfo ha seguido en esa onda. Sin ir más lejos celebrando su espectacular triunfo desde el balcón soltó la perla definitiva: libertad es llevar una pulsera que dice libertad sin tener que ocultara. ¡Chúpate esa!
Los demás partidos han bailado a su son. Ella ha marcado la agenda, los temas de los que se hablaba. Y está claro de que quería que no se hablase. Y le ha salido bien. La estrategia de Mónica García haciendo hincapié en el tema que domina (la sanidad) aunque le ha reportado la segunda posición ha quedado tan lejos que puede ser pan para hoy hambre para mañana. Pero si hay un partido que ha hecho el ridículo más espantoso a todos los niveles: político, comunicativo, de marketing, de todo vamos, ese ha sido sin duda el PSOE. Y encima desde Ferraz echando mierda a Gabilondo. Sin asumir ni una pizca de autocrítica. De risa.
VOX ha aguantado el tirón muy bien. Su estrategia comunicativa ha sido clara, aspavientos a diestro y siniestro de su candidata Rocío Monasterio y el famoso cartel que les ha dado mucho protagonismo y al que los demás no han sabido combatir con lo fácil que era. He leído algunos análisis que señalan que les queda poco futuro pero yo creo que eso es más el deseo que la realidad. Les han votado 330360 personas. Un cifra que no se puede desdeñar. Veremos si acaban en el redil de Ayuso o mantienen su peso por si solos.
En cuanto a Unidas Podemos... Puff. A pesar de recuperar ochenta mil votos respecto a 2019 les ha sabido a derrota y ciertamente lo es. Plantear la campaña en términos de Democracia o Fascismo no me parece la estrategia comunicativa más acertada del mundo. A eso le podemos añadir que la figura de Iglesias ha movilizado a más personas que le odian que reclutado a los desencantados de izquierda que cada vez son más. Por no mencionar al iluminado de Juan Carlos Monedero con su análisis de calado: Qué pasa, que los que ganan 900 euros y votan a la derecha son Einstein... Mamma mía, qué nivel!!! Bueno voy a dejar este inmundo tocho con una declaración con la que estoy de acuerdo cortesía de Alice Cooper...