Casi siempre se le ha colgado el sambenito de moñas, de ñoño. Su propio compañero, el cabroncete de John Lennon decía que a veces componía canciones para abuelitas. Ya sabemos lo mordaz y perrete que podía llegar a ser Lennon. Sin ir más lejos, cuando Brian Epstein manager de los Beatles le preguntó que título podía poner a su biografía, Lennon le espetó: "que tal, Judío Maricon".
En fin dejo a un lado a John y me centro en el entrañable McCartney. Estaba el otro día haciendo zapping a la noche y me detengo en la 2 porque estaban dando un concierto de Paul McCartney. En el momento en que lo pille sonaba The Long And Winding Road. Una de esas canciones marca de la casa que enfrentó a Paul con Phil Spector ya que al beatle le desagradaban los pomposos arreglos de cuerda del loco productor.
Pero basta con detenerse un poco a escuchar las canciones compuestas en los Beatles y en solitario de Paul para percatarse de que si Mccartney en ocasiones podía bordear lo meloso pero también componía exquisiteces pop y rock que no solo aguantan bien el paso del tiempo sino que uno no se cansa de escuchar jamás. Una de mis favoritas es Maybe I´m amazed que con tanto gusto versionearon The Faces.
Además de un compositor impresionante Paul es un excelente músico. Domina el bajo y batería con maestría y se defiende holgadamente con la guitarra y el piano. Incluso en el álbum blanco de los Beatles osó regrabar partes de bateria de Ringo porque no estaba conforme con el resultado. Eso de ningunear a Ringo estuvo muy feo, Paul. Y por último y muy importante es uno de mis cantantes favoritos. Muy melódico y llegando a todas las notas sobrado, con elegancia. Y cuando hay que ponerse brutote como en Helter Skelter sin problema. Un genio, Paul. ¡Vaya si lo es!