Conocedores de la mejor tradición blues, soulera y rockera
vía paterna, crecidos en una tierra con sabor e inspirados a más no poder los
hermanos Dickinson pusieron en marcha North Mississippi Allstars allá por el
2000 con unas cuantas cosas claras. La más importante: dejarse llevar por la
música que amaban y tocar instrumentos de verdad nada de tecnología punta ni
gilipolleces modernas. Una apuesta anclada en la tradición pero servida con
desparpajo, con sello propio. Además a diferencia de algunas bandas de los
setenta que saqueaban sin rubor a los clásicos y luego firmaban los temas como
propios NMA no tienen reparos en surtirse de material ajeno y darle un
centrifugado curioso, eso si acreditando a sus creadores para que no haya
juicios después.
Su primera incursión el mundillo discográfico fue Shake
hands with shorty. Un álbum que ponía el listón muy alto y que afortunadamente
lograrían superar en 2005 con el tremendo Electric Blue Watermelon donde
alcanzaron la excelencia. En este disco también se nutren de algunos temas
ajenos empezando con la energética Mississippi Boll Weevil de Charley Patton y
sumándole dos convincentes canciones de Otha Turner, Bounce Ball y Hurry Up
Sunrise donde la estelar aparición de Lucinda Williams hace que cuando canta
esta chica dejes ipso facto lo que estás haciendo. También la letra de Teasin´ Brown era de la longeva Otha Turner a la que dedican el disco. En este tema la música es de Luther y Duwayne
Burnside. La aportación ajena se completa con la hipnótica Deep Blue Sea de
Odetta Gordon y la tradicional Bang Bang Lulu.
No se queda atrás la artillería propia de los hermanos
Dickinson y de Chris Chew. Buenas noticias desde el norte del Mississippi. Luther
(guitarra y voz), Cody (batería) y Chris (bajo) se zambullen en la tradición y
tienen el toque para aportar cosas nuevas. Los temas originales no solo están a
la altura de las versiones. Dan un plus. Como en esa tremenda No Mo donde Chris
Chew incrusta un rapeo que encaja a la perfección y Luther nos canta eso de
America is bloody, the white man was wrong. La jugada de los fragmentos hip hop se
repite con resultados igual de brillantes en Stompin´ my foot.