Sería de agradecer que conciertos como el que hoy se han cascado The Black Halos en la parte de arriba del Antzoki se celebrasen todas las semanas por estos lares. Así, cerquita de casa. En ocasiones lo más básico y primario es justo lo que necesitas. Algo que sabes no te va a fallar. A mi me este tipo de bolos me siguen funcionando a las mil maravillas. Mi colega Rober y yo hemos llegado justo cuando atacaban el primer tema. Y el show ha ido creciendo para terminar siendo una chispeante ráfaga de punk rock en la cara de todo el personal con pogo incluido y con viejos conocidos subiéndose al escenario y lanzándose desde allí al público. Se han reservado para el final Some Things Never Fall, han hecho añicos el Deuce de Kiss y han rendido tributo a Stiv Bators con Ain´t Nothing To Do, ese pedazo de canción de Dead Boys que conocí vía Demolition 23.
Billy Hopeless ha tenido un recuerdo para Kike Turmix, nos ha indicado entre carcajadas que Rich Jones es el idiota del año sumergiéndose en las cloacas con The Black Halos mientras no está con Michael Monroe y ha puesto su maltrecho cuerpo y una garganta castigada a más no poder al servicio de una hora y cuarto de punk rock auténtico sin aditivos ni conservantes. Una actitud degolladora con cada uno de los temas y una banda que le ha dado la mejor de las coberturas con Star Mafia y Rich Jones brillando a las guitarras y con Sue Gere aportando el bajo y coros con una tremenda cara de alegría. Del único disco que tengo de ellos que recuerdo han sonado No Tomorrow Girls, Jane Doe y Bourbon Street. Pero no estoy seguro porque todo se me ha pasado con una sonrisa en un abrir y cerrar de ojos. ¿Serie B? Posiblemente o Z pero diez euros espléndidamente invertidos.