Este fin de semana he
visto Django desencadenado de Quentin
Tarantino. Últimamente me he centrado mucho en la series y excepto unos
cuantos clásicos que tengo por casa y que visiono a menudo apenas he visto
películas recientes. Con Tarantino
siempre hago una excepción y más tras Malditos Bastardos que me gusto
mucho. Más que esta, aunque Django desencadenado también merece
la pena y tiene muy buenos momentos.
Lo primero que supe de
esta película fue la polémica que se montó con Spike Lee tan buen cineasta como entrañable bocazas siempre
dispuesto a liarla. Concretamente Lee
dijo “La esclavitud americana no es un spaghetti western de Sergio Leone. Fue un holocausto. Mis
ancestros fueron esclavos. Robados de África. Y estoy orgulloso de ello". Como
sucede a menudo esta polémica le vino bien al film y algunos actores como el
protagonista Jamie Fox no perdieron
la ocasión de contestar a Spike Lee
acusándole de irresponsable por hablar de la película sin haberla visto.
Django desencadenado no se aparta de las constantes vitales que definen
al cine de Tarantino. Todos sus elementos están ahí. Para bien, en la mayoría
de las ocasiones, y para mal, las menos. Lo que menos me convence de la
película es el excesivo uso de la música como elemento subrayador y por momentos
agobiante. Pero eso es algo propio del género. La violencia es exacerbada,
cierto, siempre ha sido así con Tarantino y si soy sincero esas escenas son las
que más previsibles y aburridas me parecen. Prefiero lo que viene antes del
estallido violento.
La película es un
spaghetti western y se nota que Tarantino ha visto cientos, ¡qué escribo! miles…De
modo que no se aparta de las convenciones del género pero como siempre tirando
a lo excesivo que para eso es Tarantino. No se esfuerza demasiado en despegarse
de personajes arquetípicos pero eso lejos de molestarme me parece un acierto.
Me encanta el personaje del Dr Schultz con toda su verborrea y
muy bien interpretado por Christoph
Waltz, el que interpreta Leonardo Di
Caprio saliéndose de sus casillas con acierto y por supuesto ese Samuel L Jackson descomunal que cuenta
con los mejores momentos del film.
Aunque algo larga, la
película cuenta con unas cuantas escenas made in Tarantino. Algunas de un humor
ramplón pero efectivo como el momento en el que los encapuchados del Klan se quejan de lo mal hechos que están los
agujeros de las sábanas, otras escalofriantes, como cuando dos perros están
machacando a dos negros y observamos las reacciones de todos los personajes que
están contemplando la escena, o la escena de la Biblioteca en la que Samuel L Jackson le abre los ojos al
personaje que interpreta Leonardo Di
Caprio.
De momento Tarantino sigue
fiel a si mismo. A su pasión por el cine y por sus recovecos y no renuncia a su
personalidad, excéntrica si se quiere, exagerada y provocadora. No se puede negar esa parte
pero para mi pesa más que cuando este tipo se pone detrás de una cámara logra
captar mi atención y entretenerme. Y cada vez escoge caminos más interesantes
para volcar sus inquietudes cinematográficas. Su siguiente proyecto es Kill
Crow la historia de unos soldados negros que se cargan a unos cuantos oficiales blancos tras haber
recibido un trato nefasto parte del ejército estadounidense. Promete.