Uno de los artículos más interesantes que he leído tras la muerte de Aretha Franklin es el escrito por Warren Zanes para la Rolling Stone. Zanes, autor de la jugosa biografía sobre Tom Petty, tiene una indudable habilidad para juntar letras. Lo comprobé en el volumen sobre el rubio de Florida y me deleito ahora con esta bonita historia de cuando Aretha Franklin se unió a Solomon Burke para interpretar el inmortal clásico A Change Is Gonna Come en un concierto tributo al indiscutible rey del Soul, Sam Cooke. Dos de mis intérpretes favoritos de la historia llevando ese pedazo temas a cotas inalcanzables.