Hay una escena en Alta
Fidelidad en la que el personaje interpretado por John Cusack estando tras el mostrador de su tienda de disco se
dirige a la cámara y nos anuncia “voy a vender un disco”. Creo que el escogido
es uno de The Beta Band. Lo pone a
buen volumen en el local y la secuencia continua con planos de los clientes
moviéndose al son de la música hasta que van cayendo unos cuantos que pasan por
caja. Algo similar ocurría en Gong
Records cuando trabajaba allí y mi compañero Carlos seleccionaba Twentysomething
de Jamie Cullum. El goteo de
personas de todo tipo que pasaba por caja era considerable.
Mi compañero Carlos era un
flipado del jazz, la bossonava, las pelis de los setenta y alguna cosa más.
Pero no era el típico estirado, encerrado en su caverna del jazz alejado de la
plebe. Compartía gustoso sus descubrimientos sin darse aires y en mis escasos
seis meses allí descubrí gracias a él a Brad
Mehldau ,Al Green, Johnny Hartman o qué leches el propio
Jamie Cullum. A cambio yo le grabé Jazz squad de Katherine Whalen. Buen intercambio, je, je. Fue en el verano de
2004. Un buen año para Cullum y también para mi ya que disfruté bastante la
experiencia de trabajar en una tienda de discos en un ambiente relajado.
Seleccionando la música a tu antojo e intercambiando charlas de todo tipo con
compañeros de trabajo y clientes.
Ocho años después Twentysomething
me sigue pareciendo un buen disco. Desde aquel año tiene un lugar destacado en
estas fechas invernales. Me voy a saltar todo ese rollo de niño bonito y mainstream
que tiene Cullum y me centro en la música. Y la que ese disco contiene es de
altura. Son 13 temas, cinco de los cuales llevan la firma Cullum, tres de Jaime,
Twentysomething, All The sea y Next year, baby
y dos de su hermano Ben, These are the days
y It´s about time. Y estas canciones
son para mi gusto lo mejor del disco lo cual tiene su mérito en un álbum en el
que el resto son versiones algunas muy sobadas pero de las que Cullum sale
airoso (I get a kick out of you).
Entre mis covers favoritas están Singin´in
the rain, What a difference a day
made y Old Devil Moon. Pero la que más me gusta sin duda es la versión del
Wind Cries Mary de Jimi Hendrix porque Cullum lleva a su
terreno una canción que siempre me ha gustado y que lo sigue haciendo aquí de
una forma diferente. En plan crooner. Con estilo. Cullum tiene una buena voz y
una notable destreza al piano. Los músicos que le acompañan son de altura y hay
que reconocer que el chico supo sacar rendimiento a la inversión que el sello
Universal hizo en él. Y yo no voy a disimular que la música de este sujeto me
mola, mucho además.