Llevaba un rato leyendo cuando decidí ver de nuevo Alta fidelidad, la película de Stephen Frears basada en la novela de Nick Hornby. Recuerdo que en su día la vi en el Serantes Kultur Aretoa de Santurtzi y me encantó. Y desde ese día le tengo un cariño especial. Puede que no sea una gran película, que sea algo irregular pero como los discos de los Faces tiene un encanto especial y momentos muy divertidos.
John Cusack es el verdadero artífice de la película. Colabora en el guión, coproduce y protagoniza el film ubicándolo en su ciudad natal, Chicago. Se rodea de varios amigos y rinde tributo a los viejos discos LP de música pop de los años '60 y '70. Cualquier melómano asiduo de las tiendas de discos (las pocas que quedan) se sentirá identificado con el personaje de Cusack. Por supuesto la banda sonora está a la altura: The Velvet Underground, Marvin Gaye, Stevie Wonder, Bob Dylan, The Kinks...
El protagonista es un treinteañero que tiene una tienda de discos y hace repaso a su vida a raíz del último y más fuerte desengaño amoroso. Su novia le ha dejado. A partir de ahí la película se construye sobre recuerdos ligados ineludiblemente a la música. Rob (John Cusack) ordena sus discos de forma autobiográfica y continuamente hace listas de canciones y Lps con sus compinches de la tienda encarnados por Jack Black y Todd Louiso.
Los momentos más conseguidos de la película son los que reúnen en la tienda de discos a los personajes encarnados por John Cusack, Todd Louiso y Jack Black. Este último es el típico actor que adoras u odias. No hay término medio. Estoy en el primer grupo, algunos de los momentos más hilarantes los protagoniza él. Como ese en el que le suelta a un cliente ¿Cómo puede ser que no tengas el Blonde on Blonde? El cliente se queda estupefacto y Jack Black continúa diciendo: Tranquilo todo está bien, aqui lo tienes, mientras le abraza haciéndole ver lo importante que es ese disco.
Además de Cusack, Black y Louiso aparecen en papeles secundarios Lisa Bonet, Catherine Zeta Jones, Lili Taylor, Joan Cusack y el gran Tim Robbins en un papel muy cachondo. Pues eso, cualquier momento es bueno para volver a deleitarse con una película que muestra de forma entrañable la pasión que unos cuantos sentimos por la música. Al fin y al cabo ¿quién no le ha grabado una cinta con unas cuantas canciones especiales para una chica?