A rebufo de la repercusión obtenida por The Wire en todo los rincones del planeta incluso por estos lares unos cuantos escritores que ejercieron de guionistas en la serie han visto publicadas sus novelas con una publicidad extra. Y los resultados son buenos, muy buenos. Hace un par de años escribí algo sobre Sin retorno de George Pelecanos y en esta ocasión le dedico unas líneas a La vida fácil de Richard Price.
Richard Price está considerado como uno de los mejores novelistas del género negro en Estados Unidos. Su fama reside especialmente en la construcción de unos diálogos realistas a más no poder y que parecen sacados de la calle según los expertos. Ese es un aspecto que no puedo cotejar pero lo que es cierto es que me resultan creíbles y son ágiles y certeros a más no poder. En esta novela son especialmente importantes y ocupan muchas páginas sin que el resultado se resienta.
La conexión con The Wire se palpa desde las primeras páginas aunque lo que se cuenta no tenga nada que ver. O tal vez todo. En La vida fácil al igual que en The Wire no hay prisas. Price parte del asesinato de un chico que una noche de juerga iba acompañado por otros dos colegas que se salvan y a partir de ahí el novelista nos cuenta los entresijos policiales para atrapar al culpable, el calvario que vive la familia del asesinado y el sentimiento de culpa y agobio de uno de los supervivientes todo ello enmarcado otra vez (faltaría más) en Nueva York. Y el el resultado es espléndido.
La conexión con The Wire se palpa desde las primeras páginas aunque lo que se cuenta no tenga nada que ver. O tal vez todo. En La vida fácil al igual que en The Wire no hay prisas. Price parte del asesinato de un chico que una noche de juerga iba acompañado por otros dos colegas que se salvan y a partir de ahí el novelista nos cuenta los entresijos policiales para atrapar al culpable, el calvario que vive la familia del asesinado y el sentimiento de culpa y agobio de uno de los supervivientes todo ello enmarcado otra vez (faltaría más) en Nueva York. Y el el resultado es espléndido.