Sobrio, emotivo y serpenteante concierto el que se ha cascado hace unas horas Ryan Bingham en el Kafe Antzoki de Bilbao. Le había visto hace casi cuatro años en el mismo escenario. Aquel fue un show vibrante y festivo mientras que el de hoy ha sido un bolo más pausado, de menos a mas y casi, casi igual de bueno. Bingham esta muy metido en el rollo fronterizo, le preocupa la situación migratoria en su Texas natal y nos lo ha hecho saber con un par de comentarios al respecto y con sus propias canciones. Quizá le ha faltado algo de ímpetu en algunos momentos. Era su primer concierto de la gira por Spain y le ha faltado soltarse un poco más. Pero sólo un poco.
Bingham ha tirado bastante de su último álbum, el muy recomendable American Love Song del que creo que han sonado Jingle and Go, Nothin´Holds Me Down, What Would I´ve Become o Beautiful And Kind. Y mención especial para esa tremenda Got Damn Blues una de esos temas que se pueden hacer fuerte en el repertorio. Al igual que percibí la vez anterior, Bingham tiene esa fuerza, ese poderío en su voz. Cada tema que escuchas te suena auténtico. Y esa sensación se multiplica en directo.
De hecho ha habido tres temas seguidos en los que Bingham se ha quedado solo con la guitarra acústica y armónica y su forma de interpretar esa parte del set ha sido tan poderosa como cuando está toda la banda y hay electricidad. También me han gustado mucho los temas que ha sonado de su anterior disco, Fear and Saturday Night, especialmente esa imparable Nobody Knows My Trouble, con Bingham haciendo hincapié en esa estrofa que dice I was born cowboy, Way out west in New Mexico, Time´s were tough, we had to let it go... Y mola estar en conciertos donde el personal escucha con respeto canciones como Southside of Heaven o Hallelujah. En ambas y algunas más he echado de menos al tipo del violín que le acompaño la otra vez.