Qué importante es el set list en un concierto. La elección de temas y el orden. Hay artistas que no lo varían un ápice en toda la gira. Ponen el piloto automático y tira millas. Es una decisión respetable pero si realmente te gusta un músico y tienes la oportunidad de verle en dos ciudades diferentes agradeces de veras cambios en el repertorio.Supongo que hay músicos que han girado tanto, han hecho tantos conciertos que sienten la necesidad de cambiar el set list continuamente. Es un buen método para mantenerse en forma y seguir disfrutando. Algunos de los que siempre manejan un catálogo inmenso de canciones son The Black Crowes, Pearl Jam, Tom Waits o Bruce Springsteen. Por ejemplo, este último en la gira que ha pasado por la Península ha cambiado más de 10 canciones entre un lugar y otro. Lo mismo ha hecho Tom Waits.
Y es que muchos músicos son inquietos por naturaleza. No va con ellos eso de interpretar una y otra vez los mismos temas, en el mismo orden, todas las noches. Como jodidos robots. Estoy convencido de que los que cambian de temas entre ciudad y ciudad actúan tanto por su propio placer como para el nuestro, miserables roedores.
Un verdadero artista ama el riesgo, el carácter imprevisible de una velada. Les resulta tan atractiva y desafiante la sorpresa en la noche que no puede vivir sin ella. Al final los músicos saben que esta cualidad es muy apreciada entre muchos de sus fans. Saben que los que amamos la música participamos de alguna forma del misterio, de la magia que acontece en el escenario.

Me voy a disfrutar otra tanda de vacaciones. Hemos dudado entre visitar a la familia en Valladolid o ir a Gijón y al final nos vamos a Pucela. Lo de Gijón queda pendiente porque es una ciudad que tengo ganas de conocer. En su día un colega fanático de los grupos de Seattle me comentó que en Gijón había muchos bares rockeros que veneraban a Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden o Screaming Trees. No sé como estará el panorama hoy pero tengo curiosidad por visitar esa ciudad. A ver si el año que viene.

Algunas bandas pasan por esta vida gozando de un reducido número de seguidores que los veneran, que no entienden por qué no tiene más repercusión comercial. La historia acaba con el grupo disolviéndose amistosamente en el mejor de los casos ante la indiferencia generalizada. No importa lo que hayan significado para ese pequeño grupo de aficionados, ni los maravillosos discos que hayan grabado. Nada puede impedir lo inevitable. Se me ocurren innumerables grupos que encajan en esta triste tesitura.
