No exagero si escribo que llevaba años sin escuchar a Queen. Llegué a la música de esta mítica banda a través de la película Los Inmortales que en su día por qué no decirlo me voló la cabeza. Esas cosas que te marcan en la adolescencia. A esas alturas la carrera de Queen estaba más que consolidada, eran una de las bandas mas populares del planeta, ventas millonarias, espectaculares conciertos con la plebe moviéndose al antojo del gran Freddie, Brian May bordándolo con la guitarra, el siempre sobrio John Deacon componiendo algunos megahits, y el cachondo de Roger Taylor como siempre en plan rockstar. Lo primero que ruló por mi casa de Queen fue A kind of magic, que mi hermana tenía en casette original!!!! Me flipaba ese disco y también The Works . Pero no fue hasta unos años después cuando coincidí en el instituto con un chaval, Iñaki que era un absoluto fanático de La Reina y nos inculcó su pasión a unos cuantos de la clase. Me acuerdo que me dejó los ocho primeros discos de Queen y pasé meses absortó en la música de Freddie and cía, alucinando, encontrándome con una banda genial, muy diferente a lo que yo conocía, sin duda mejor, un auténtico filón que exploté tanto como hoy en día le doy al SB.
Sin duda los Queen de los setenta son mucho mejores que los de los ochenta pero no reniego para nada de éstos últimos. Hoy me he traído al trabajo The Works para recordar a esta banda y me lo sigo pasando pipa escuchándoles. Incluso la sobreexposición de canciones como Radio Ga Ga o I want to break free (con aquel cachondo vídeo) no hacen que las odie, me siguen gustando, no tengo ningún problema con esas canciones. No son las que más me gustan de este disco pero están bien donde están. Y especialmente I want to break free es uno de esos temas que si hubiese tenido la ocasión de ver a Queen en directo me hubiese molado mucho que la tocaran. Por lo demás en este disco hay canciones increíbles, imperecederas como It´s a hard life, canciones rockeras para corear puño en alto Tear it up o Hammer to fall, un tema como Man on the prowl que parece escrito para Elvis y canciones como Keep passing the open Windows que solo se le pueden ocurrir a la inquieta mente de Mercury. Incluso ese final con Is this the world we created…? me sigue pareciendo entrañable.