Lo de la familia es algo muy enraizado culturalmente y de difícil asimilación para mucha gente. Conozco el caso de una persona a la que su padre abandonó de forma rastrera y trató mal siempre en vida. Bien, el progenitor murió. Y el hijo no fue al entierro. Y todavía tuve que escuchar estupideces tipo “Era su padre” con toda la carga rimbombante, o al fin y al cabo fue la persona que le dio vida…. Fíjate, le dio la vida, y también se la amargó.
A lo largo de la vida vas eligiendo los amigos. Y esos, los eliges tu. A veces te llevas chascos, hay decepciones, malentendidos. Pero, los eliges tú. Y con los buenos amigos no hay distancias. No importa que uno viva en Madrid, otro en Dinamarca, el otro en Gallarta o incluso en tu mismo pueblo. No importa que nos les veas todos los días. Lo que trasciende son los momentos que pasas con ellos y la calidad de ese tiempo es muy superior a la media.
Es curioso que quienes glorifican la familia no suelen tener muchos amigos. Y siempre hablan en términos de “los de fuera”, “los de casa”. Eso si, eso no es óbice para comportarse de culo entre ellos. Pero, cuidado, las apariencias importan y mucho. Hay que demostrar al mundo que la familia esta unida. Menuda farsa.
Bueno y tras esta terrible chapa, That´s all folks que decía Bugs Bunny. Al menos durante un buen tiempo no voy a escribir más. Tengo pocas ganas y demasiadas historias en la cabeza. No se pierde mucho el lector, aquí a la derecha hay unos cuantos blogs que merecen la pena, rockean y os alegrarán un poco la vida. Que de eso se trata. Saludos.