Tras una sequía de casi tres meses sin poder asistir a ningún concierto por fin el viernes me resarcí de lo lindo con The Steepwater Band en la sala Azkena de Bilbao. A última hora a Susana le cambiaron el turno en el trabajo y me animo a que fuese a disfrutar de esta banda de Chicago. Oportunidad también para ver a los amigos a los que hacía casi los mismos meses que no veía. Ganas por lo tanto de gozar otra buena noche de rock´n roll en la mejor de las compañias.
Y puedo decir que objetivo más que cumplido. A pesar de que no controlo los dos últimos trabajos del grupo, me quedé en aquel Dharmakaya, el ahora trío de Chicago me sorprendió gratamente. Jeff Massey es otro de esos jóvenes guitarristas que además de dominar su instrumento a la perfección tiene la capacidad de componer grandes canciones como Waiting to be ofended que sonaron a gloria. Tanto Tod Bowers al bajo como Joe Winters a la batería se compenetran de cine con Massey, aspecto fundamental en un trío.
El repertorio según me iba informando mi amigo Diego se centró en su último disco Grace and Melody producido por Marc Ford. No conocía ninguna canción y sin embargo me lo pasé en grande, disfrutando de cada tema lo cual no me suele ocurrir cuando desconozco el repertorio. The Steepwater Band siempre han estado ligados al blues pero dominan también otros estilos con maestría. Las improvisaciones de Massey a la guitarra lejos de aburrirme me parecieron magistrales. A la altura de los más grandes.
Hay que añadir además dos versiones escogidas con tino; un tema de los Faces (cuyo título no recuerdo, se que la canta Ronnie Lane) y una monumental Cortez the Killer pues ya está, con una larga sonrisa a casa. Como me comentó Ander tras el show, todo concierto de rock´n roll debería finalizar con una versión de Neil Young. Apoyo la moción. Termina el concierto y me compró Grace and melody otro manjar a degustar con calma.