A eso de las 20:00 de la tarde de forma puntual tras una pequeña introducción por parte de los fantásticos músicos que secundan a Nash han sonado los primeros acordes de Can´t Stop seguida de Ozarker ambas canciones muestras del mejor pop rock que tan bien sabe hacer Israel Nash. Temas tarareables que se te quedan con una facilidad pasmosa característica clarísima de su último disco. A esa sencillez bien entendida se le han ido sumando las diferentes capas y matices en los que han jugado un papel estelar la banda formada por Eric Swanson (pedal steel, piano, coros y guitarra), Curtis Roush (guitarra y coros) y un baterista espectacular del que desconozco el nombre al igual que el del bajista. En cualquier caso ambos extraordinarios. Debe de ser una gozada para Israel Nash disponer de un combo tan solvente capaz de dar lo que pide a cada tema.
El concierto ha durado algo más de hora y cuarenta minutos que se me han pasado volando. Ninguna fisura y momentos verdaderamente sublimes. Mis favoritos han sido la emocionante interpretación de Lost in America al principio sólo con Swanson (piano) e Israel Nash (guitarra y voz) al que casi al final del tema se les ha sumado toda la banda encajando cada uno con un estilazo y clase tremendos; unas estratosféricas Shawdoland y Pieces del último álbum y esa Mansions que ha resonado por cada rincón del Antzoki. Israel se ha mostrado comunicativo y ha hablado en más de una ocasión para presentar diferentes canciones de las buenas vibraciones que le producía la sala donde estaba y el personal y se ha conjurado con su banda para dar rienda suelta a toda la música que tienen dentro y el asunto ha fluido de principio a fin. Es una de esas veces en las que he sentido que estaba en el lugar oportuno en el momento adecuado y encima mejor acompañado imposible. Rock´n Soul.