Me pregunta un cliente ayer en la tienda a ver si tenemos la reedición de Dust de Screaming Trees. Lamentablemente le tengo que contestar que no. Ni os podéis imaginar la cantidad de discos chuscos a más no poder que se reeditan y pueblan nuestras baldas y sin embargo está pequeña joya no nos llega y si lo hace tendrá que ser vía importación. Porca miseria. Se intentará esa opción porque la golosina merece la pena.
Tras la jornada laboral ayer a la noche investigó un poco por internet a ver que trae esta reedición y encuentro un podcast de La Jungla Sonora en Radio Euskadi donde Eduardo Ranedo (colaborador habitual de Ruta 66) se curra un interesante monográfico sobre el disco en cuestión. Esta mañana salgo a caminar escuchando el programa. Descubro algún dato que se me había escapado (pocos dada mi bendita obsesión por esta banda) y voy más rápido que nunca batiendo mi récord, 8 km la hora. Propulsado por esas imperecederas canciones. Estoy de acuerdo con lo que Ranedo explica sobre la banda y añado un par de cuestiones fundamentales: los deliciosamente imperfectos coros de los hermanos Conner y la habilidad a la batería de Barret Martin, un puto genio con las baquetas.
Esta reedición merece la pena no porque contenga temas inéditos, sino porque el disco de extras está compuesto por temas que en su día salieron en caras b, discos tributo o para bandas sonoras de películas. Algunas muy complicadas de localizar. Unas cuantas joyas que a todas luces conviene tener. Y porque sumergirse en este disco aún sin otro adicional ya es la leche. Gloria bendita para Screaming Trees.