Un paréntesis a la oda
neoyorquina porque TW está de vuelta en mi hogar. En realidad nunca se ha ido
pero le tenía un poco abandonado. Pero siempre vuelve. Se mete en mi casa y no
hay forma de echarle al jodío. Es lo que sucede con los grandes. Acudes siempre
a ellos. Antes o después. He tardado más que nunca pero por fin estoy
escuchando como se merece el Bad as me de Tom Waits. Lo había puesto varias veces en el reproductor. Siempre lo
tenía que quitar. El tiempo y las circunstancias. Ya
escribí que no se puede escuchar a este sujeto de cualquier forma.
Ha pasado ya más de un año
desde que se editó. Y es la primera vez que no me compré o regalaron el nuevo
disco de Waits en cuanto salió.
Lleva en mi casa más de diez meses y yo apenas le había podido prestar
atención. He andado y sigo muy loco con todo el soul que estoy descubriendo
pero como ahora tengo más tiempo para escuchar música lo compatibilizo con mis
incunables. Y estoy otra vez, como tantas veces antes, atravesando una nocturna
etapa Waits. Releyendo incluso la estupenda biografía que escribió Jay S Jacobs.
Y ahí en la quietud de la
noche a un buen volumen han encontrado hueco Chicago, Raised Right Men
o Get Lost. Y han prendido
la llama. Si, se que no hay nada nuevo o
rompedor en la propuesta. Pero no me quejo. No lo necesito. Soy feliz
escuchando a un Waits en buena forma aunque sea con una fórmula conocida. Pay Me me emociona tanto como Georgia Lee. Bad as me podría estar perfectamente en Bone Machine. No me puedo quitar de la cabeza Back in the Crowd. Tal vez sea un disco muy medido. Una nueva
presentación en sociedad ahora que es intocable pero lo cierto es que yo he
vuelto a sucumbir. Incluso puede que mis
bajas expectativas jueguen a su favor.