Mi inicio con Cochran ha sido una edición que incluye dos lps Eddie Cochran 12 of his biggest hits y Singin´to my baby más nueve temas extras. Últimamente he leído y escuchado en varios sitios que este año es el último del formato físico, que desaparece. No dudo de que lo vaya a hacer a medio plazo pero me parece una sentencia demasiado categórica y poco realista porque aunque cada vez se venden menos vinilos y cds todavía hay negocio, menor pero negocio al fin y al cabo. Y sería una pena que desapareciese. Este cd es una prueba de lo goloso que todavía nos resulta el formato físico a algunos. Da gusto invertir en material así. Dos discos en uno, presentación muy chula y un libreto consistente. Todo por 8 euros. Y lo más importante el contenido: música de alto voltaje, pegajosa, contagiosa de esa que te la pones según sales de casa en un día soleado y dices esto es rock´n roll, somos jóvenes e invencibles.
Bueno, pajas mentales al margen, tan sólo conocía sus dos clásicos referentes y mil veces versioneados C´mon everybody y Summertime blues. La primera la había escuchado en verión de Humble Pie y la segundo en The Who. Ambas espléndidas al igual que las originales. Y me siento como un niño con un juguete nuevo. Así de simple. Es una descripción que se ajusta tras volar alto con canciones como Three stepts to heaven, Hallelujah! I love her so, Cut across Shorty, Sittin´int in the balcony… En el disco que se titula 12 of his biggest hits es eso precisamente lo que te encuentras 12 temas imbatibles. Y si tienes la suerte de no haberlos escuchado nunca (excepto C´mon everybody y Summertime blues) pues entonces alucinas. La gozo tanto con la faceta más rockera y a todo trapo como con baladas profundas, sentimentales de esas que se te clavan con la increíble voz de este sujeto inundándolo todo. Este chico tenía una demoledora capacidad para bordar temas lentos tipo Lovin´time o Tell me why. En todo el disco son fundamentales los coros de The Johnny Mann Chorus.
En el libreto se explica que el amigo Eddie dominaba unos cuantos instrumentos y pronto comenzó a escribir su propio material. De los treinta temas que figuran en esta delicia la mitad llevan su firma. No está nada mal para un tipo tan joven. Además se hace hincapié en que Cochran fue un pionero en el estudio de grabación. A la faceta compositiva se le añade una interpretación poderosa, cantando con chulería y con un registro a priori inconcebible para alguien tan joven. La instrumentación es la típica de los años en el incipiente rock´n roll. Lo cual es un delicia. No me extraña que mis músicos favoritos adoren esa época. Es un sonido que no pasa de moda. Escucha Something Else y dime si esto no es una puta maravilla. Un material que solo no envejece sino que debería figurar en la dieta de todo el mundo.