Supongo que la carrera de muchos músicos está marcada a
fuego por sus primeros discos. En esos primeros años de carrera dan lo mejor de
sí. Habitualmente porque llevan ya otros tantos años en la carretera batiéndose
el cobre en todo tipo de garitos y tocando ante audiencias en mucho casos
hostiles teniéndose que ganar cada oyente. Poco a poco se labran una reputación
que va extendiéndose y con un poco de suerte llega el gran pelotazo. Eso en el
caso de los más afortunados. Otros siempre viven a la sombra pero con igual
entusiasmo.
La carrera de Springsteen
es una de esas perfectas en sus primeros años. Me refiero al periodo que va del
73 al 83. Todo lo que grabó e hizo en esa época es muy jugoso. Y The
River ocupa un lugar muy destacado. Siempre he creído que una de las
claves de este disco es que la comunión con su compinche Steve Van Zant alcanzó aquí su máximo esplendor. Es el álbum de los
amigos, de la hermandad. El disco en el que la E Street Band tiene más peso tanto instrumentalmente como de forma
icónica. Ese inicio con The ties that
band, Sherry Darling, Jackson Cage y Two
Hearts es una invitación a la vida, a gozar con la música dejándose atrapar
por su poder. Una celebración de la amistad y el rock. Atrapa ese sentimiento
igual de bien que I feel alright de Steve
Earle celebra el regreso a la vida tras estar pasar unas vacaciones en el
guetto o Van Halen II te dice que la
fiesta puede ser interminable y apoteósica…
Este disco me lo regalaron unos amigos hace más de 15 años
cuando ya era un clásico. De hecho si mi memoria no me falla a finales de los
ochenta The river encabezaba una encuesta de Popular 1 sobre los mejores discos de esa década. Seguro que si se
hiciese la consulta de nuevo los resultados serían distintos pero The River no
andaría muy lejos de los primeros puestos. Como escribía esa primera cara que
finaliza con la reflexiva Independence
Day da paso a otra triada espectacular con la archiconocida Hungry Heart, Out in the street con estribillo para corear a pleno pulmón y Crush on you, un tema que estoy seguro
le flipa a Mike Ness. Imposible no
dejarse llevar por ese saxo que empuja el tema y esos coros tan cool. Una de mis favoritas. You can look (but you better not touch)
sigue el ritmo trepidante. Una de esos temas que te lo puedes imaginar
perfectamente cantando por Elvis. I wanna
marry you tiene un encanto especial. Es diferente. Rompe moldes por su
sonido antiguo pero encantador. Y The
river es de los primeros temas que escuché de este hombre. De sus clásicos
que no considero necesario escuchar siempre en directo.
Si solo fuese este primer compacto ya sería una obra de arte
pero afortunadamente hay más y el nivel no decae. Quién sabe si con todas las
reediciones que esta llevando a cabo el amigo Springsteen con todos esos
jugosos extras llegue una caja conmemorando también The River con abundante
material audiovisual. Es muy probable que eso suceda pero el disco tal y como
está ahora es perfecto. Una época en la que este tipo además de liarla en el
escenario durante horas estaba muy inspirado en el estudio.