Para que nos vamos a engañar. Todo hace indicar que a partir del próximo 23 las cosas se van a poner muy chungas. No es que ahora estén para tirar cohetes pero seguro que pueden empeorar y los que ya sabemos están empeñados en que así sea. Pero lo cierto es que no me sorprende. España es un país cuya democracia (que vaya por delante es mejor que el régimen anterior) se asienta en unos cimientos muy poco sólidos y en una transición que lejos de ser modélica no engaña ni en en su denominación, efectivamente fue una transición no una ruptura y las ocasiones en las que el partido mayoritario supuestamente de izquierdas de este país ha podido dar pasos para romper con ese pasado tan turbio o no lo ha hecho o ha mirado para otro lado que desgraciadamente creo que es la postura mayoritaria en este país. Cuando no va conmigo a otra cosa. Conviene recordar que el dictador murió en la cama y que unos meses antes de cascarla firmó gustoso la sentencia de muerte de unos cuantos. El relato que nos han vendido durante muchos años sobre la historia de España en la Transición no concuerda por ningún lado y muchos se han ido no sólo de rositas sino que ahora viven mejor que nunca.
Lo único bueno que espero sacar del próximo domingo es que tal vez, quizá, ojalá en la comunidad en la que vivo los que van a ganar en el resto del Estado aquí no se coman un colín y suba cuanto más mejor el único partido que puede ser una alternativa a los de siempre por estos lares que se venden siempre al mejor postor aunque parezca lo contrario ja ja. Lo cierto es no soy nada optimista pero mentiría si escribiese que me sorprende, de hecho todo lo contrario Spain es un país muy conservador y mientras no cierre con claridad y justicia todo lo que sucedió durante la Transición seguirá siempre por el camino equivocado. Pero antes que suceda esto se juntan Roger Waters y David Gilmour otra vez. No lo veo. Sólo con buena música y humor se puede pasar el trance lo mejor posible. Ahí van unas recetas.
