En 1974
Jon Landau escribió tras presenciar un concierto de Bruce Springsteen y la E Street Band que había visto al futuro del rock´n roll. 35 años después he tenido la fortuna de presenciar el envidiable presente de uno de los mejores rockeros de la historia. El día que este hombre deje de grabar discos y sobre todo de girar será una fecha triste, pero que muy triste. Pero vamos por partes.
Tenia una deuda pendiente con
Bruce Springsteen & E Street Band. Tan solo les había visto una vez en la gira del
Magic. Fue un buen concierto pero con un set list en el que el disco que presentaba tuvo demasiado protagonismo. Hasta 8 temas. Soy de los que piensa que Springsteen no graba un gran álbum desde hace mucho tiempo. Tal vez desde
Nebraska. Y aunque luego siempre encuentro buenos temas en todos sus discos en estudio la inspiración no siempre esta de su parte. Sin embargo en directo es otra cosa. Lo comprobé en el Bec hace dos años y lo del pasado 26 de julio en San Mames fue tremendo.
Con Bruce Springsteen hay varias máximas extendidas que en mi opinión no pueden estar más equivocadas. Te puedes quedar en casa porque crees que es un dinosaurio del rock, que los conciertos son siempre iguales, que esta acabado, que bla bla bla…. En ciertos foros y círculos se comentan estas cosas. También te puedes dejar llevar por la euforia desatada de los medios mainstream que siempre se quedan en la anécdota. Lo mejor en mi opinión es por lo menos una vez en la vida disfrutar de un concierto de este tipo y su banda en las primeras filas. Porque sencillamente eso es una puta celebración del rock´n roll.
Una de las cualidades más interesantes en un concierto de este hombre y la E Street Band es que jamás repiten un set list. Y cuando digo jamás es eso, NUNCA. Siempre hay sorpresas. El amigo coge las peticiones de carteles de la gente y si le apetece allá va con sorpresas tipo
You never can tell de
Chuck Berry,
Does This Bus Stop At 82nd Street o
Rosalita. Eso el otro día porque al siguiente concierto nuevas sorpresas. Tu canción favorita puede caer. Y eso es algo de lo que pocos pueden presumir.
El concierto comenzó con media hora de retraso cuando Neil Lofregn interpretó al acordeón Desde Santurce a Bilbao. Un simpático guiño para calentar el ambiente. Y después lo verdaderamente grande.
The Ties That Bind es un comienzo inmejorable, a la que le siguió
Badlands y luego
Hungry Heart, momento en el que el público canta buena parte de la letra. Los dos temas que interpreta de su último disco son un momento de respiro. Ni Outlaw Pete ni Working on a Dream sobrevivirán a esta gira pero ahora cumplen su función.
Bruce Springsteen ha optado desde hace mucho tiempo por tirar con un núcleo fijo de ocho o diez canciones y el resto es decir una veintena suele variar. En Bilbao tuve suerte porque cayeron algunas de mis favoritas:
Murder Incorporated, Johnny 99, Factory, The Promise Land, Rosalita, The River, Born To Run, This Hard Land… y la para mi imprescindible
Thunder Road.
Jungleland merece capítulo aparte. Uno de esos instantes que recuerdas siempre con Clarence Clemmons clavando ese increíble solo.
La E Street Band se ha ganado merecidamente su reputación de excelente banda en directo. Trasladan a un estadio lo que han hecho muchas veces en garitos pequeños. En el apartado escénico todo el peso lo lleva Bruce. Ya no existe la interacción con los demás por una cuestión física. Bruce esta en plena forma y los demás bastante tienen con aguantar su ritmo.
Clarence está hecho polvo pero mantiene intactos sus pulmones,
Van Zant está en un segundo plano con sus comicadas de rigor,
Tallent al bajo y
Weinwerb a la batería cumplen de sobras lo mismo que
Bittan y
Charles Giordano, el violin y los coros
Soozie Tyrell da más juego que la ausente Patti y mencion especial merece
Nils. Guitarra solista, ritmica, slide, acordeón, lo que le echen. Otro crack.
Salí del concierto con una gran sonrisa y satisfecho tras haber aguantado unas cuantas horas para pillar sitio en las primeras filas. Al día siguiente me fui de vacaciones y me venia el concierto una y otra vez a la mente hasta que al final el sábado siguiente me anime y repetí y no me arrepiento porque en Pucela viví otros cuantos grandes momentos para el recuerdo. Entre ellos
Spirit In The Night…