viernes, 11 de julio de 2025

Matt Cameron ´s Top Seventeen songs in Pearl Jam

Hace unos días Matt Cameron anunció que deja Pearl Jam. Han sido 27 años desde que llegó a la banda para sustituir a Jack Irons en la gira de presentación de Yield. Lo que parecía algo puntual, un favor entre amigos, hay que recordar que Matt grabó las maquetas de Ten junto al resto de la banda, se convirtió en una estancia duradera, el batera que más tiempo ha estado en el grupo. Sin embargo para muchos seguidores su presencia no ha aportado nada reseñable. Con él no han grabado ningún disco realmente potente y una sensación muy extendida entre sus die hard fans es que no han sabido sacarle jugo a su indudable pegada. Es evidente que no ha grabado ningún disco tan bueno como Ten, Vs, Vitalogy o No Code pero en su trabajo en estudio con la banda hay hallazgos interesantes. 

Lo cierto es que el debut en estudio de Matt no fue la mejor carta de presentación. Dudo mucho que Binaural editado en mayo de 2000 sea el álbum favorito de ningún seguidor de la banda. Me gustan mucho algunas canciones de ese disco (Light Years, Thin Air, Off The Girl o Grievance) pero el conjunto era muy irregular y escuchando años después Lost Dogs comprobé que habían descartado temas mejores de los que acabaron incluyendo como Sad, Hitchhiker, In The Moonlight, Fatal o Education. De haberlas incluido podría haber sido un disco mucho mejor. Esas cinco canciones podrían se mis favoritas de Binaural de haberse incluido. Ahí lo dejo. En directo Matt cumplía con creces, se fue adaptando poco a poco y siempre que le vi en directo mi sensación era no sólo que encajaba sino que es un batera tremendo.

Comercialmente las cosas no mejoraron con su siguiente álbum; Riot Act. Tampoco creo que sea el favorito de nadie pero sabiendo que estoy en minoría absoluta, que nadie va a compartir mi punto de vista, creo que es un muy buen disco, mejor que cualquiera de los últimos a excepción de su sorprendente recuperación el año pasado con Dark Matter. No cabe duda de que fue el momento más bajo en cuanto popularidad en la carrera de la banda. Pero el menda pocas pegas le puede poner a canciones como Can´t Keep, Save You, Thumbing My Way, You Are, 1/2 Full o All Or None o las caras be Other Side y Down. Casi todo el mundo estaba de bajón con la banda pero yo disfruté mucho con esa oscura etapa que se documenta muy bien en el Live At The Garden.  

Pasaron cuatro años entre la edición de Riot Act y el disco del Aguacate. El regreso fue muy sonado y celebrado. La gira de ese año les trajo al Azkena y ciertamente fue un excelente concierto. Me gustaron mucho y me volví a deleitar con Matt Cameron a las baquetas porque, por si no se ha notado me chifla como toca este tipo desde que le descubrí con Soundgarden. Sus aportaciones compositivas en Pearl Jam han sido escasas pero bastante peculiares y distintivas como Unemployable uno de mis temas favoritos del Aguacate.

A partir de ahí los siguientes discos de Pearl Jam en los que participó Matt Cameron fueron Backspacer donde contribuyó con el single The Fixer que ciertamente me sigue pareciendo un tema la mar de resultón, y después no rescato nada ni de Lightning Bolt (el peor disco de la banda) ni de Gigaton ambos carentes de inspiración por los cuatro costados. El año pasado me sorprendieron muy gratamente con Dark Matter por eso me choca que justo ahora lo deje Cameron. Percibía una clara recuperación de la mano del productor Andrew Watt pero el bueno de Matt parece que opta por dejarlo. Respect. A ver si se anima a grabar otro disco en solitario, muy apreciable aquel Cavedweller o se junta  con sus compinches de Soungarden, Kim y Ben, en fin, que haga lo que le de le la gana. Faltaría más. Ahí van mis interpretaciones favoritas de este hombre con Pearl Jam. Sale un Top Seventeen muy chulo.


















lunes, 30 de junio de 2025

Recomendaciones musicales

Este fin de semana he acudido a la celebración de los diez lustros de un colega. Incontables recuerdos musicales jalonan nuestra trayectoria. Una pasión común a la que en el pasado sacamos chispas a tutiplén. En el álbum de fotos había instantáneas de cuando fuimos a ver a AC/DC a Las Ventas en el 96, a Corrosion of Conformity, Soundgarden y Metallica en La Peineta ese mismo año, a Mark Lanegan en Vitoria en 2001 o a Fun Lovin Criminals tb ese mismo año en la sala Jam de Bergara. Eran tiempos en que quedábamos a menudo y nos intercambiábamos material a saco. Hacíamos a todo y estábamos pendiente de las novedades. Mi colega sigue siendo un apasionado del rock´n roll pero se ha quedado en el pasado al igual que otros amigos. Es respetable. Cada uno tiene que hacer lo que le apetezca. Seguir su camino sin interferencias. 

Me chocó la confesión de otro colega que me dijo que no compraba el Popu desde hace más de veinte años. Ja, ja. Insisto cada cual tiene que seguir su camino y a veces se rompe ese cosquilleo de escuchar nuevos discos, de descubrir nueva música. Lo cierto es que como escribí en un post anterior es tal la cantidad de música de la que disfrutar que podrías perfectamente marcar una línea y quedarte sólo con lo que se editó de 1996 para atrás por ejemplo. Y no te daría la vida. Ja. Pero no se trata de eso y sobre todo al menos en mi caso hay un asunto fundamental: seguir disfrutando de la música en directo. Mi grado de excitación ante la posibilidad de escuchar en vivo a bandas que publican material en la actualidad permanece intacto. Es más fantaseo con la posibilidad de que pasen por aquí artistas y bandas que me están proporcionando grandes momentos hoy en día. 


Estamos en la mitad del año y ya tengo más de una veintena de discos echando fuego en la plataforma esa que no citaré aquí ni por un millón de dólares. Y les estoy sacando un jugo que no veas. Con estas temperaturas escandalosas en la Euskal Herria tropical dos discos se han hecho un hueco fundamental y son la banda sonora perfecta para una locaza como el menda: Return To Zero de Neal Francis y Pleasure de Young Gun Silver Fox, tengo un par de discos de lo que algunos etiquetan como americana que me están flipando; Life is Strange de Garrett T. Capps y American Man, American Music de Ron Pope; me ha sorprendido lo nuevo de The Dirty Guv Nahs, Promises, mis mañanas suelen comenzar con la energía hard rockera de The Damn Truth, sigo recurriendo a las noches al personal blues de Early James en Medium Raw; y el mejor soul está presente con el tremendo Heal Me Good de Yufu. Bebo los vientos por Living between the lines, el excitante debut de Frank Meyer. Mucha mandanga rica y sabrosa.











jueves, 26 de junio de 2025

Bruce Springsteen & E Street Band. Reale Arena 21/24-06-25

Mi historia con Bruce Springsteen & E Street Band en directo llega a su fin. Le he podido ver en ocho ocasiones y se me antojan pocas, muy pocas. Y desde luego tenía que haber empezado antes, mucho antes pero que me quiten lo cantado y bailado. He disfrutado de lo lindo con la energía y la forma de interpretar de este hombre y su banda. Apoteósico el show que vi el 26 de julio de 2009 en San Mamés con un setlist apabullante, difícilmente superable. Tal fue la voladura de cabeza, que unos días después fui a Valladolid y la volví a gozar de lo lindo con once cambios en el repertorio. Tuvieron que pasar muchos años para las siguientes ocasiones pero han sido muy especiales porque las he disfrutado con Unax al que la música de Springsteen le flipa más de lo que pueda escribir con palabras. Las tres veces en Barcelona acompañados por Amaia, Elena y Grushecky fueron muy chulas, especialmente la del 22 de junio de 2024. Escuchar ese día en directo Atlantic City, Reason to Believe, Spirit in the NightBackstreets o una descomunal Racing in The Street me dejo un regusto exultante. Y ahora voy con lo sucedido en Donosti, con luces y sombras... Pero muchas más luces, más bien rayos y centellas.

21/06/2025

El sábado Unax y el menda nos plantamos en las primeras filas para disfrutar de nuevo. Hacía una temperatura ideal para estar ahí apretaditos. Unas finas gotas de lluvia nos vinieron de perlas para cuando vinieron las apreturas. El concierto comenzó puntual a las 21:00 y Springsteen empezó con No Surrender. No le escuché bien de voz ni en la primera ni en las dos siguientes My Love Will Not Let You Down, Land Of Hope and Dreams... Es algo que a veces sucede hasta que se calienta la voz pero cuando se tienen 75 tacos surgen las dudas. Afortunadamente Springsteen tomó cierto respiro con las siguientes Death To My Hometown y Lonesome Day y Rainmaker que se prestan a apoyarse más en los coros. 

A partir de ahí el asunto mejoró sensiblemente y el sexteto siguiente fue lo que más me gustó de la noche, especialmente las chispeantes y desgarradoras Youngstown, Murder Incorporated y las eternas The Promise Land y Hungry Heart donde se da un buen baño de masas por las primeras filas. Sin olvidar que tanto Darkness of The Edge of Town como The River fueron también muy entrañables. Long Walk Home mantuvo buen nivel pero a partir de ahí el concierto dio un bajonazo con las cinco siguientes. De todas las veces que le he visto es algo que no me había sucedido antes. 


Afortunadamente Badlands vino al rescate y me enganché otra vez para ya si disfrutar con el encore final porque no importa las veces que haya escuchado  Born To Run Tenth Avenue Freeze-Out, se que cuando llega Born in the USA es buen momento para ir a orinar y hasta alturas de la vida disfruto y mucho con Bobby Jean, Dancing In The Dark (y mira que despotriqué en su día, ja ja) y Twist & Shout. De hecho esta última me hubies parecido un final perfecto pero dado el leit motiv político que tiene esta mini gira pues ahora termina con la cover de Dylan Chimes Of Freedom.

En definitiva otro buen concierto de Springsteen y su banda, con momentos de flaqueza (que te puedes esperar), otros muy brillantes y un conjunto en general bueno. Creo que de las que le había visto hasta ese momento fue la que menos me gustó. Aún así tenía esperanzas, aunque no muchas para ser sincero, de que el asunto mejorase el martes. Mi relación con la música de este tipo y su banda es tan especial que quería un broche oro, algo más grandioso, mejor que lo del sábado y de forma inesperada lo obtuve el martes.

24/06/2025

Ayer fue una jornada de esas inolvidables. Por muchos motivos. Era la primera vez y seguro que la última que íbamos toda la familia a ver a Springsteen ya que finalmente Unax convenció a Maialen y Su ya venía dispuesta a pasárselo pipa. Nos pusimos en la parte de atrás de la pista delantera, buena visibilidad y sorteamos lo mejor que  pudimos el calor. Pena que causaba baja Little Steven. El concierto empezó con diez minutos sobre la hora prevista y en esta ocasión Springsteen atacó Lonesome Day. Mejor elección para empezar que No Surrender, no porque me guste más, que ni de coña pero creo que le viene mejor. Y desde el principio me pareció que estaba más cómodo. Prove It all Night no hizo sino corroborar mi impresión y encima este tema debutaba en este tramo de gira. Le volví ver sufrir con la voz en Land and Hope and Dreams que creo que de las que más le cuesta junto a No Surrender

Mi tramo favorito encabezado por Atlantic City que no había sonado el sábado y que jamás me canso de escuchar. Además creo que le va perfecta a su voz y me emociona mucho esa parte final con todas las coros secundando a Bruce. La otra novedad fue My Hometown que también me chifla y que le va perfecta a su estado vocal. Como siempre Promise Land y Hungry Heart son más que bien recibidas, para mi deberían ser fijas siempre. Tanto en Youngstown como en Murder Incorporated la guitarra de Nils Logfren, excelso las dos noches, echa chispas. Estaba tan flipado en esos temas que tarde un rato en darme cuenta de que el cielo se estaba poniendo muy chungo con rayos y relámpagos triunfando ya con Long Walk Home. Nada más empezar House of a Thousand Guitars Unax recomendó sabiamente a Su y Maialen que era el momento de ir al baño. Se salvaron por poco de la que cayó a continuación ya que al poco de empezar Springsteen anunciaba que lo iban a dejar un rato...



Salimos despavoridos hacia los baños y allí permanecimos refugiados. Con la que caía di por hecho que se suspendería. Al de media hora paró de llover y en el pasillo de acceso a la grada oigo los primeros acordes de Growin´Up. Escopetado a pista otra vez. Una interpretación sentida, curiosa y totalmente inesperada. Le siguió My Love Will Not Let You Down. Perfecto. Mucho más todavía cuando al amigo le dio por deleitarnos con Darlington County Working on the Highway en unas interpretaciones deliciosamente rabiosas, imperfectas y caóticas. Rock´n roll. Y cuando nos tuvo a sus pies se descolgó con una seductora y maravillosa I´m on Fire... Y sinceramente creo todo este setlist diferente dudo mucho que estuviese previsto... Fue un plus acertado a más no poder. Hoy en día a Springsteen no le pido que aborde temas mucho más complicados y que adoro como Incident on 57th Street, Rosalita o Jungeland. Se que no las va a tocar y me parece muy inteligente estando en un estadio darle cancha a su disco más popular repleto de grandes canciones: Born in The USA.

Mi grado de excitación desde que se reanudo el concierto fue en aumento y terminé dándolo todo. El estado de ánimo es fundamental y justo cuando era mi cumpleaños sonó Born To Run y de ahí al final, al igual que el sábado, lo pase pipa (con la inclusión de Glory Days), disfrutando más que nunca de la presentación y desarrollo de Tenth Avenue Freeze-Out y bailando de lo lindo con Twist & Shout especialmente con el intervalo de percusiones latinas que me chifla. Incluso el final con la versión de Chimes Of Freedom de Dylan me supo diferente. Si este va a ser el último concierto por estos lares de este tipo y su banda, perfecto. 

miércoles, 25 de junio de 2025

Screaming Trees. Reflections

Antes de juntar unas líneas sobre lo vivido en Donosti en las últimas fechas me veo en la obligación de recordar un año más que tal día como hoy hace veintinueve años se publicó Dust de Screaming Trees un disco colosal que ya estás tardando en escuchar si es que no lo has hecho ya. Cuatro años después el mismo día la banda ofreció su último concierto en el Memorial Stadium de Seatle. Veinte mil personas abarrotaron el recinto. Lanegan, los hermanos Conner y Barrett Martin tenían grabada la continuación a Dust pero como no encontraron sello para distribuirlo lo guardaron en un cajón y años después gracias a Martin se editó Last Words: The Final Recordings excelso final para la trayectoria de una banda muy infravalorada. No en mi casa donde son adorados y reverenciados. El año que viene espero seguir con esta matraca. Hasta el fin de los tiempos. 


domingo, 22 de junio de 2025

Música: Todos los días, en cualquier lugar y a todas horas

Ayer se celebró el Día de la Música. En mi hogar a diario. Viene de todas las habitaciones. En ocasiones como fuego cruzado. Otras nos ponemos de acuerdo y todos en la sala elegimos por riguroso orden material que escuchar en comunión y armonía. Y es que, millones de lectores de este cochambroso blog, como dice Bill Murray detrás de la música siempre hay buenas historias y ésta suele hacer mejor a las personas. Es un refugio al que acudir siempre cualesquiera que sean las circunstancias. Cada día tiene su propia banda sonora y ésta se engarza con la del día posterior y así hasta el infinitum. Como cantaban los Black Crowes en My Morning Song: If Music got to free your mind, Just let it go cause you never know, you never know, If your rhythm ever falls out of time, You can bring it to me and I will Make it alright...

Vivimos tiempos confusos en muchos aspectos y la música puede ayudar como siempre lo ha hecho. Se siguen publicando excelentes discos que caen a menudo en el olvido en estos tiempos de consumo rápido y voraz. Pero aquí hay uno que le presta toda su atención. Tengo esa plataforma cuyo nombre no voy a mencionar ni por un millón de dólares repleta de jugosas novedades discográficas. Ya tengo más de una quincena de discos a los que he sacado partido en estos seis primeros meses del año. Sólo hay que buscar y prestar atención. Y encuentras, ya te digo que encuentras. A cholón. 







jueves, 19 de junio de 2025

Frank Meyer. Living between the lines

Desde que a finales de marzo estuvo disponible Living between the lines el debut en solitario de Frank Meyer en esa plataforma que ni por un millón de dólares voy a nombrar aquí, habré escuchado el disco más de una decena de veces. Y la impresión es excelente. Meyer ha perpetrado un disco sorprendente y valiente. Un álbum muy variado en el que caben en perfecta y excitante armonía el pop, rock, blues e incluso una maravillosa y cautivadora veta soul. El álbum se beneficia además de jugosas colaboraciones que aportan un extra muy atractivo. 

Mi objetivo era ir a la presentación del disco en la sesión vermú dentro del AldeaRock Festival el 31 de mayo en Aldea de San Miguel pero un evento familiar me impidió acudir a la cita. Afortunadamente tenía un agente infiltrado en tierras castellanas al que le dije que me pillase por favor el vinilo. Y que mejor regalo de cumpleaños. Hoy he vuelto a pinchar el álbum en este bendito formato y el subidón continúa ahí. Meyer ha debutado de la mejor forma posible. Un disco sin relleno, todas las canciones buenas y una forma de entender la música con la que conecto a las mil maravillas: saltando de un estilo a otro de forma juguetona y contagiosa. La misma sensación eufórica a cuando escuché The Innermost Journey To Your Outermost Mind el debut de Sami Yaffa.

Al parecer Meyer ha grabado mucho de este material durante la pandemia y se ha decidido a volar en solitario gracias a Eddie Spaguetti que le animó a dar ese paso. La carrera de Meyer hasta ahora se dividía en múltiples proyectos, el más conocido tal vez The Streetwalkin Cheetahs, dando caña también en Trading Aces o siendo el guitarrista de los míticos Fear y acompañando en la última gira por estos lares a Handsome Dick Manitoba. Un tipo muy ocupado. Pero me alegro que haya sacado tiempo para dar rienda suelta a su pasión por la música en un debut tan especial como Living between the lines.

La primera canción que escuché del disco fue Baby Dinamite, un tema super molón, de esos que se quedan fácilmente y en el que Meyer da rienda suelta a su gusto por el power pop. Fantástico el riff ejecutado por Frank Meyer que guía la siguiente canción: Family Tree comienza muy rockera y no abandona ese tono enriquecido por unos coros perfectamente empastados a cargo de Rusell Loeffler. Curioso inicio de Blue Radio con el ukelele de Matt Lake. Otra canción pegadiza a más no poder y de nuevo unos coros maravillosos a cargo de Elaine Brackin. Estos tres temas podrían abrir perfectamente un bolo de este hombre y su banda y llevar en volandas al personal. 


La primera gran sorpresa llega con Piece Of Me un tema espectacular que comienza con la voz de Cherie Currie. Supongo que Frank Meyer habrá quedado más que satisfecho con la contribución de Cherie porque su interpretación es fabulosa, realmente auténtica y casa a la perfección con la voz de Meyer. Es un medio tiempo repleto de soul. No hace falta sección de vientos. Es la forma de interpretar de ambos lo que la hace muy especial igualito que lo que sucede con la siguiente Dreaming In Stero que va por otros derroteros musicales pero que es igual de espectacular. Me encanta la línea de bajo que abre el tema y ese desarrollo pausado, sugerente hasta que llega el saxo de Geoff Yeaton... Sin olvidar la forma en que termina el tema. A eso le llamo yo clase. 

Tras estos dos increíbles y peculiares temas volvemos a la high energy con Goodbye Arkansas con las guitarras rítmicas de Chip Wilson y Andy Medway echando chispas y de nuevo los coros vitales, fundamentales de Rusell Loeffler que además se ocupa del bajo. La interpretación vocal de Meyer es contagiosa a más no poder con esos gritos al final que captan tu atención. Buena y trepidante batería de Mike Knutson. Se termina la primera caro dejando el nivel en lo más alto.

Claro que sabiamente Meyer se guarda la baza de abrir la segunda cara en compañía de nada más y nada menos que Eddie Spaguetti. De nuevo un espectacular riff y la chulesca voz de Spaguetti llevándose toto por delante. Otra vez Meyer se hace cargo del bajo y la batería de Mike Sessa (gran trabajo en todos los cortes en los que aparece) da la cobertura perfecta para que Meyer y Spaguetti urdan una divertida historia al margen de la ley. Repleta de sonidos curiosos con el piano, el órgano o el mellotron This Dirty Town se inicia con la voz de Meyer cantando de una forma muy distinta a cuando aborda un tema high energy y el resultado es abrasador especialmente según va avanzando la canción que acaba fusionándose con un sentido homenaje a Cab Calloway.


Todo adjetivo superlativo que quiera poner sobre Living Between the lines, la canción en la que colabora Lisa Kekaula se va a quedar pequeño. Me chifla el comienzo del tema y la primera aparición de la guitarra de Matt Lake, fina y estilosa. Al igual que en Piece Of Me con Cherie Curie, la aportación de Kekaula aquí es un regalo. Es evidente que Frank Meyer ha acertado de pleno con ambas. Es imposible hacerlo mejor. No me olvido del saxo de Geoff Yeaton que tiene su momento para lucirse y para sostener el tema de forma elegante ni tampoco de las decisivas contribuciones de Rusell Loeffler y Carina Vitollo a los coros. Y si, esta canción es puro soul. 

Who Stole the Soul? es otro tema cañero que hubiese encajado perfectamente en el último disco de The Streetwalkin Cheetahs, One More drink. De nuevo el saxo de Geoff Yeaton se luce en otro tema que no tiene nada que ver con el anterior demostrando que este músico sabe darle a cada canción el toque que necesita. Todo un acierto terminar con Dead Winter, otra de mis favoritas, inclasificable en su estilo y precisamente por ello perfecta para cerrar un debut algo más que prometedor. Una auténtica joya. Espero que Frank Meyer siga sacando tiempo para su carrera en solitario y esto solo sea el comienzo de un viaje muy prometedor. 

martes, 10 de junio de 2025

Sly Stone Forever!

Me enteré ayer a la noche en redes sociales de la muerte de Sly Stone a los 82 años. Su legado musical es inmenso. Brillante a más no poder. Rompedor. En todos los sentidos; musical, social, visual... La aparición de un combo como Sly & Family Stone a finales de los sesenta lo cambió todo en Estados Unidos. Eran una banda interracial cuando casi nadie o tal vez nadie lo era. Pero por encima de todo tenían talento musical a paladas. Grandes canciones repletas de groove que invitaban a una de las principales razones por las que estamos en este cochino mundo: bailar. Su música era contagiosa y vital. Siempre que la pincho me lleva en volandas. El artífice de ese sonido poderoso, de esa embriagadora concepción de la música no es otro que Sly Stone. Descanse en paz. El que no conozca su música que se sumerja en en su discografía de cabeza. Será un viaje inigualable y mágico. Soul Power!



sábado, 31 de mayo de 2025

Frank Meyer. Baby Dynamite

Toda la Gala ocupada por los reguetoneros.... ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles rockeros resiste, todavía y como siempre al invasor... ¡Yeah! No me podía resistir a utilizar ese chusco símil de Asterix y Obelix para recordaros rockeros de pro que hoy en sesión vermú, a eso de las 13:30 tenéis una cita ineludible con Frank Meyer que en el marco del AldeaFestivalRock presentará en directo su flamante debut en solitario Living Between the lines. Se me agotan los calificativos para expresar aquí en cuatro líneas lo bueno que es el disco perpetrado por Meyer y su banda. Tengo un agente infiltrado en ese pequeño pueblo de Castilla y espero que cumpla su misión. Necesito una copia en vinilo de semejante trallazo que llevo escuchando desde que se editó a finales de marzo en esa plataforma que ni por un millón de dólares voy a nombrar aquí... Rock´n Roll! Por lo menos el bueno de Frank Meyer e Ivan Tambac se librarán de mi acoso que ya hay precedentes. Ja, ja. Me hubiese encantado estar ahí y gozar de las canciones de Meyer y su banda en compañía de mi primo Oscar estiloso bajista de Gruff.


lunes, 26 de mayo de 2025

Huey Morgan, The Fun Lovin´Criminal

Os juro que tengo esa plataforma que ni por un millón dólares voy a nombrar aquí y que me subvenciona mi hermana, repleta de frescas y jugosas novedades. Discos más que interesantes sobre los que me apetece juntar unas líneas... Todos los días me digo, ponte a ello mangarrán. Pero estoy de un vago inusual. Miento, usual. No tengo remedio. La cabra tira al monte. Puedo afirmar y afirmo que estoy en modo FLC. Ya sabéis, Mimosa y Another Mimosa. Mi entusiasmo por este combo neoyorquino lejos de disminuir aumenta todos los años hasta límites insospechados. No lo puedo remediar. Raro es el mes en el que no suena uno de sus discos en mi equipo de música.

Ya sabéis que ahora andan peleados. El tema parece irreconciliable. Fast y Frank Benbini se han ido por un lado llevándose el nombre FLC y el inimitable Huey Morgan anda cabreadísimo pero me alegra de que al menos que todo ese mosqueo que arrastra lo esté dejando a un lado y esté volcando sus fuerzas en un disco en solitario mientras pasea su Mucho Grande Style en una gira británica que dudo mucho pase por estos lares. Además tiene listo un libro de memorias que por supuesto me tengo que agenciar. Dudo mucho que se traduzca al castellano así que toca leerlo en inglés. 

Hubo un momento que concebí la posibilidad de ir a ver a FLC sin Huey Morgan pero finalmente deseché esa idea de mi cabeza. Aprecio mucho a Fast y Frank, de hecho creo que mi formación favorita de FLC es la última pero no concibo FLC sin Huey Morgan. Y reconozco que me gusta el EP The Roosevelt Sessions. No descarto escuchar el nuevo álbum de FLC sin Huey pero seguro que el de Morgan lo voy a catar en cuanto se publique. Y si viniese de gira no me lo pensaba. Aunque bien mirado tal vez de esta chusca situación salgan dos grandes discos. En cualquier caso una pena que no sigan juntos. Una de mis actuaciones favoritas de su carrera está en YouTube, Live At Down The Rabbit Hole de 2016. No me canso de verla. La complicidad entre los tres era fantástica. La vida es demasiado corta para andar peleados pero vete a saber. 

Ya he contado por aquí que les he visto en directo cuatro veces, a cual mejor. La primera vez mágica, un domingo de marzo de 1999 presentando 100% Colombian en la Sala Elefante Blanco de Vitoria, la segunda en la Sala Jam de Bergara en 2001 con Loco a cuestas y las dos restantes el Azkena Rock Festival en 2004 y 2009. Guardo un recuerdo imborrable de todas. Eran una banda hecha a mi medida. No me canso de su música jamás y me la tengo que enchufar cada poco tiempo. Su trayectoria va mucho más allá de esos dos imbatibles primeros discos. Desde que me compré su primer disco en una feria del disco allá por 1996 su música me acompaña siempre. En fin. I never take myself too seriously cause everybody know fat birds don´t fly....


jueves, 1 de mayo de 2025

The Lumineers + Michael Marcagi. Bilbao Arena 30/04/2025

Hace un mes escaso de chiripa nos enteramos de que por nuestra ciudad pasarían The Lumineers. Este grupo de Denver consiguió un éxito masivo hace más de una década con su tema  Ho Hey radiado hasta la saciedad y parte de la banda sonora de la película El lado bueno de las cosas. Afortunadamente son mucho más que un hit wonder y ayer demostraron sobre las tablas de Miribilla que tienen un repertorio jugoso al que sacan partido de forma entusiasta y contagiosa. Así sucedió durante un par de horas en las que como sucede en las grandes noches  te dejas llevar por la música. La banda presentaba su álbum Automatic, editado en febrero y del que cayeron no menos de media docena de temas (Same Old Song, Asshole, Strings, Plasticine, Keys on the Table, So Long...)

Antes de que a eso de las 21:15 saliesen a escena The Lumineers, Michael Marcagi ejerció el difícil papel de telonero con todavía el recinto medio lleno. El sonido fue espectacular y eso ya desde el principio atrajo toda mi atención. No conocía ni una canción y me gusto lo que escuché incluida una atrevida versión de Deja Vu de Olivia Rodrigo. Excelente canción por cierto. Cuando no conoces nada del músico en cuestión corres la tentación de estar a otras cosas, el móvil por ejemplo si no te engancha nada pero no fue el caso, sino todo lo contrario. Muy bien Marcagi y su banda. 

Antes de que comenzase el concierto sonó una variada y atractiva selección de canciones (Billie Eilish, Radiohead, Israel Nash o Bob Seger). Con una escenografía cuidada al detalle y atractiva visualmente a más no poder a eso de las 21:15 Same Old Song (gran título) abrió de forma poderosa el concierto. El sonidazo seguía ahí y fue una constante y la excelente voz de Wesley Schultz estaba secunda excelentemente por la batería del cofundador Jeremiah Fraites que también tocó la guitarra y el piano en algunos temas. Todos los músicos que pisaron el escenario dejaron su impronta como la elegante violinista que también toco teclados e hizo coros Lauren Jacobsen, Brandon Miller, percusión guitarras, coros, Byron Isaacs, bajo, pianos, coros y un espectacular Stelth Ulvang, guitarras, pianos, percusión y acrobáticas piruetas escénicas. Todo un torbellino que se mezclo con el publico subiendo a las gradas y bajando a la pista con su guitarra. Tener a alguien así en la banda suma tanto en lo musical como en lo escénico. Fundamental. 

El concierto no tuvo altibajos. Presentaron con confianza absoluta su último trabajo, Automatic y eligieron muy bien el repertorio de sus trabajos anteriores. Me encantaron Brightside, A.M. Radio y Reprise de Brightside, volamos alto con Gloria de su disco III y en It Wasn´t Easy To Be Happy For You les acompaño a las voces Michael Marcagi. Perfecta elección. Unos de mis muchos momentos favoritos llegaron cuando abordaron temas de Cleopatra como la que da titulo al álbum Sleep On The Floor, Ophelia o Gale Song. Mi momento favorito llegó cuando Fraites acompaño al piano a la voz de Schultz en la emotiva Donna. Y por supuesto ese subidón final con Stubborn Love

domingo, 20 de abril de 2025

Old 97´s. American Primitive

Todavía me sucede a menudo que descubro nuevos o viejos artistas tras la lectura de un artículo sobre su trayectoria. Nunca es tarde. A veces te llevas sorpresas mayúsculas. Una de las más aplastantes y gozosas ha sido empaparme a gusto con American Primitive, el último disco de Old 97´s, banda sobre la que apenas conocía algún tema y que me ha cautivado por completo tras leer el fenomenal artículo que Rafa Suñen, cantante de Los Chicos, firmó en el Ruta 66 de octubre de 2024. Me llamó mucho la atención la historia de esta banda, especialmente lo concerniente a su cantante Rhett Miller, un excelente músico y compositor que sufrió mucho en su adolescencia, intento de suicidio incluido. Dio la casualidad que me regalaron el cd de American Primitive el pasado mes me marzo en el día del Padre, justo cuando acababa de terminar de ver Adolescence la fenomenal serie de Netflix de la que todo quisqui habla y que de alguna forma conectaba con lo que leí en ese artículo. 

Old 97´s es una veterana banda originaria de Dallas con más de treinta años de trayectoria. American Primitive es su decimotercer disco, el primero que escucho y el inicio no ha podido ser más excitante. Lo puse una y otra vez el último trimestre del pasado año y una de las veces que sonó por casa recibió uno de los mejores elogios que puede recibir cualquier banda en mi hogar cuando Su me dijo, de alguna forma me recuerdan a Cracker... ¡Yeah! Y así lo percibí también yo ya que en American Primitive abundan los temas excelentes saltando de un estilo a otro en perfecta sintonía. También me recordaron de alguna forma a R.E.M, cuyo guitarrista Peter Buck colabora en Where The Road Goes maravilloso tema con una fantástica letra en la que Rhett Miller canta Look at all the beautiful things you found, oh you could have died that day, back when you thought none of this was worth it, when you thought everything was broken...

Por muchas veces que haya escuchado el álbum (y os garantizo que han sido decenas) soy incapaz de encajar a esta banda en ningún estilo concreto. Me dejo llevar por las canciones, todas excelentes, desde la inicial Fallin Down provista de esos locos y surferos riffs que te llevan en volandas y firmo con sangre esa letra que te invita a bailar aunque el mundo se derrumbe a tu alrededor. Son muchas las canciones que tienen cierta impronta punk y eso me vuelve loco, ahí esta sin ir más lejos la segunda del tracklist: Somebody es adictiva y me encanta como le zumba a los parches Philip Peeples y la rabiosa interpretación vocal de Rhett Miller. La que da titulo al álbum parece una hermana gemela de Fallin Down y posee unos cuantos solos superpegajosos de Ken Bethea. Me chifla la parte final, acelerada, contagiosa a más no poder. A menudo la crítica les señala como un combo punkabilly. ¡Me gusta el término!

También hay momentos para canciones sencillamente poderosas y brillantes en su vertiente mas acústica como la antes mencionada Where The Road Goes o Honeypie, maravillosamente melódica, de esas que se te queda a la primera y tarareas continuamente. Aquí se lucen las acústicas de Miller y Bethea y la mandolina de Peter Buck le da un toque distintivo a la canción. También suena un piano cortesía de Scott McCaughey. Imposible no dejarse llevar por el silbido que inaugura By The End Of The Night cantada con guasa por Murry Hammond y que de nuevo cuenta con unos originales y certeros punteos de Ken Bethea. Masterpiece es la canción en la que Su me soltó eso de que le recordaban a Cracker. Sobran los comentarios. Temazo cantando con chulería por Miller y con esos coros tan cool a cargo del resto de la banda: Murry Miller, Ken Bethea y  Philip Peeples.

Incantation invoca el espíritu de los mejores R.E.M. No es casual que por ahí esté de nuevo a la guitarra Peter Buck. Vuelve la energía punk con Magic y las exquisitas reminiscencias a Cracker con la espectacular Western Stars una canción que no me quito de la cabeza, sin duda mi favorita del disco y mira que me chiflan todas. Chased The Setting Sun es la más puramente country rock de todo el tracklist y no puede ser más pegadiza. Estridente, resultona y perfecta para el directo me resulta This World pero no es la que cierra el álbum ese honor es para Estuviera cayendo una curiosa incursión en la guitarra flamenca a cargo de Jeff Trapp. Por supuesto tengo que indagar en la discografía de estos tipos porque mi inicio con American Primitive no puede ser mejor. 


sábado, 12 de abril de 2025

Elliott Murphy. Kafe Antzokia 11/04/2025

Cualquier mierda que escriba en este cochambroso blog sobre el extraordinario bolo de ayer de Elliott Murphy y su banda no le va a hacer justicia. O si. Porque los conciertos son experiencias personales e intransferibles. La de anoche fue la tercera vez que veía a Murphy en concierto. Me habían gustado mucho las anteriores que fueron en el Antzoki de Getxo hace muchos años con mi amigo Rober y en la sala BBK con Su. En ambas ocasiones sentados. Anoche fue en el Kafe Antzokia de Bilbao, un lugar perfecto para gozar de la celebración de rock´n roll que perpetró el bueno de Elliott junto a su inseparable Olivier Durand más Mellisa Cox (violín y coros) y Alan Fatras (batería). Ambos fueron fundamentales para darle el toque definitivo a las canciones, además de estar en perfecta sintonía musical y visual. 

Algunas noches son mágicas,  todo fluye de forma armoniosa. Así fue desde el comienzo con Drive All Night en formato acústico con Durand y Murphy... El personal estaba más que a gusto, realmente en Bilbao se adora a Elliott Murphy y el mismo nos recordó que había actuado más veces en el Botxo que en su ciudad natal, New York. Nos recordó que de hecho hace unos años compuso Green River en esta ciudad y bromeó cuando señalo que hace cincuenta y dos años cuando le leyeron la palma de la mano le dijeron que iba a estar justo aquí en Bilbao tal día como hoy, ja,ja. El cancionero de Elliott es rico y variado y cayeron imprescindibles como Rock Ballad, Last of The Rock Stars, Sonny que dedicó a Lou Reed contando una cachonda anécdota cuando el neoyorquino llamó a su casa y habló con su madre. Por supuesto, como en todo buen concierto que se precie hubo momento para el bailoteo desenfrenado cuando enganchó uno de sus temas con el celebérrimo Twist And Shout.

Hace años leí una entrevista con Elliott Murphy en la que decía que la música tiene un carácter sanador y no puedo estar más de acuerdo. Escuchar sus canciones en directo sigue siendo una experiencia gozosa a más no poder y durante las dos horas y media de concierto te dejas llevar por el poder irreductible de la música. Ayer me emocioné de lo lindo durante todo el show y especialmente con Come On Louann y On Elvis Presley´s Birthday y me encantaron las canciones que interpretó de su recién editado, Infinity... Que recuerde cayeron Granny Takes A Trip, Baby Boomers Lament y cerró el concierto con Night Surfing. A Murphy todavía le rondan excelentes canciones. Un lujo ver a este incombustible rockero con mi amigo Oscar capaz de incendiar el Antzoki con su contagioso entusiasmo. Desconocía que Elliott Murphy es del mismo año que Springsteen. 76 tacos y ahí sigue ofreciendo jugosas celebraciones de rock´n roll. Por muchos años. 

martes, 1 de abril de 2025

Waxahatchee. Tigers Blood

Hace veintisiete años Lucinda Williams publicó Car Wheels On A Gravel Road el álbum que la catapulto. Llevaba muchos años en el mundo de la música y había grabado unos cuantos buenos discos pero en ese todo encajo para propulsarla a otro nivel. Lo descubrí gracias a Popular 1 y fue una de mis primeras incursiones en el country rock. El pistoletazo de salida en ese sentido lo había dado dos años antes Steve Earle con I feel alright en el que colaboraba en el tema que cerraba el disco la propia Lucinda. Estos dos discos son en mi casa sagrados y el inicio de mi idilio con el género; country rock, americana, llámalo como quieras.

¿Por qué esta megachapa si de lo que voy a escribir es del Tigers Blood de Waxhatchee? Pues porque la primera vez que escuché este álbum pensé en Lucinda. Tienen cierto parecido sonoro, influencias similares, deliciosos puntos en común y un nivel similar lo que me encanta porque refuerza mi entusiasmo por los tiempos que vivimos repletos de grandes discos que merecen ser escuchados con el detenimiento de antaño. Por mucha oferta que haya centrarse en maravillas como Tigers Blood ofrece una recompensa colosal. Descubrí el disco gracias a un comentario entusiasta de Alex G en una de sus redes sociales. Después Su me corroboró que solía poner el disco en el trabajo y que, en efecto, era una delicia. 

Y caí rendido desde que escuché a Katie Crutchfield entonar la primera frase del álbum; I Pick you up inside a hopeless prayer.... Una adorable forma de empezar un disco con una sensible y atractiva interpretación vocal. Una canción tranquila a la que siguen dos temas irresistibles repletos de buenas guitarras y grandes armonías vocales; Evil Spawn y Ice Cold. Ambas podrían figurar en el disco antes mencionado de Lucinda. Nivel superlativo que no decae sino todo lo contrario con Right Back To It donde se luce y mucho MJ Lenderman en las armonías vocales y a la guitarra como en todo el disco. 

Otro músico en el que he pensado al escuchar esta obra de arte ha sido Buddy Miller ya que Tigers Blood tiene ese tipo de producción no intrusiva, de dejarse llevar al estilo Buddy. Menos es más, mucho más, otra prueba radiante es Burns Out At Midnight con esa armónica fundamental que guía todo el tema. Bored tiene un toque a lo PJ Harvey, otra de las influencias de esta chica excelentemente llevada a su terreno. De las más marchosas del disco y con cierto toque punk y chulesco. En esta canción me chifla el bajo de Brad Cook que además produce el disco con mano certera. Lone Star Lake podría ser un tema a enseñar para todo aquel que no conozca el término americana. Una joya que tiene los mejores ingredientes del género, elegancia por los cuatro costados, basta fijarse en como toca la batería Spencer Tweedy

Crimes Of The Heart es muy minimalista, escucharla a tope en los cascos fijándome en como se complementan las guitarras ha sido toda una experiencia. Crowbar me recuerda poderosamente a REM, las primeras notas de guitarra puede que se parezcan incluso mucho a una canción de los de Athens. Otra delicia. La recta final no pierde fuelle y tanto 365 como The Wolves y la que da titulo al disco, Tigers Blood rematan el asunto de forma prodigiosa. Un disco esencial, sin canción de relleno. Una obra de arte a escuchar con toda la atención del mundo. Así que no se qué hostias haces que no reservas los cuarenta y seis minutos que dura el álbum para escucharlo a todo volumen. Lo agradecerás. 


martes, 18 de marzo de 2025

Ryan Adams. Star Sign

Aunque Ryan Adams esté sumergido en una gira conmemorativa de un disco editado hace veinticinco años el tipo sigue grabando música de forma compulsiva. Pocos artistas tan prolíficos se me ocurren. Podría competir perfectamente con Jim Lauderdale. Les salen las canciones a borbotones. Su creatividad está desatada. Y como el propio Adams comenta en la estupenda entrevista que le hace Silvia Beltrán para el Ruta 66 de este mes, el artista cree que su mejor momento está por llegar, su mejor concierto por ofrecer y la mejor novela por escribir. Esa una forma estupenda de vivir. Comparto su entusiasmo y como amante de la música vivo de esa forma. Es asombrosa la cantidad de música nueva que estoy descubriendo en los últimos años. De no creer. Nadie puede frenar mi entusiasmo. 

Una buena prueba del torrente creativo de Ryan es que el año pasado editó nada más y nada menos que cinco discos. Por supuesto, seguirle la pista es directamente imposible. Me quedé prendado con uno de ellos, Star Sign. Lo escuché compulsivamente a finales del pasado año cuando todavía no estaba en la dichosa plataforma en la que mi querida hermana me ha regalado una suscripción premium. No tengo ni idea cómo funcionan los entresijos legales para que un disco esté ahí pero ya era hora. Antes lo escuchaba en el tubo. Star Sign es sin lugar a dudas uno de mis discos favoritos de Ryan y por supuesto lo puse en mi Top Seventeen de 2024.

¿Qué hace que Star Sign sea tan jodidamente especial en mi hogar? La respuesta simple es que está repleto de grandes canciones. La más etérea, inexplicable y mágica es que remueve de forma misteriosa y altamente adictiva buena parte de mi ser. Incluso los celadores búlgaros sin estudios tenemos alma. Empezar un lánguido día como hoy, sin tener que ir al laboro, leyendo la entrevista antes mencionada en Ruta 66 y rescatar la que le hicieron Nat Simons y Anchel P. Sol para el Popular 1 de abril del pasado año mientras escucho todas esas atronadoras canciones ha sido una gozada. Disfrutar de un álbum de esa manera como si fuese la primera vez que lo escuchas, aunque sea la decimoséptima, es maravilloso. 

Me sucede a menudo que discos actuales que me vuelan la cabeza me remiten a otros que tengo en un pedestal en mi hogar. Emparento Star Sign con After The Gold Rush de Neil Young. Ahí es nada. Sónicamente tienen puntos en común. Por ejemplo la canción que da título al álbum de Ryan podría encajar perfectamente en la obra de Young. Te desarma igual que las del canadiense. Esa armónica con la que comienza marca el terreno de una forma prodigiosa y Ryan adopta un falsete fantástico que se apodera de ti. Las acústicas y el hammond envuelven todo de una forma elegante, reposada, hipnótica. Una canción colosal. Abundan en el disco. 

El álbum me ganó desde el principio porque Self Defense es una apertura excelsa. Musicalmente repleta de matices sonoros. Esos violines tan bien puestos, el piano añadiendo singulares detalles, las guitarras acústicas perfectamente compenetradas con los escasos pero singulares efectivos punteos de la eléctrica y unos leves arreglos de cuerda. Recomiendo escucharla con cascos o a todo volumen en el equipo de música. Es una pasada. So Lost empieza con el clásico rasgueo de guitarra que capta mi atención pero lo que me vuela la cabeza aquí es el bajo que hace su aparición de forma portentosa en el minuto 1:03 y a partir de ahí se convierte en el guía vital del tema que termina de forma exultante con una centelleante parte de piano acompañada por unos singulares coros. 

Darkness no hace sino aumentar el nivel de forma asombrosa. Una canción que podría convertirse en un clásico ineludible de su amplio repertorio. Perfectamente construida, de menos a más, con una cadencia lenta pero sin aburrir, dando espacio a que cada instrumento que se incorpora brille para formar un conjunto prodigioso. Y qué decir de la interpretación vocal de Ryan que alcanza su punto álgido al final con ese falsete tan delicado y oportuno envuelto en arreglos orquestales sazonados con unos punteos de guitarra eléctrica sencillamente geniales. De la oscuridad anterior pasamos a la luminosidad gracias a Shinin' Throught The Dark, de esos temas que se quedan a la primera y que cuenta con un acordeón la mar de molón que me hace pensar en aquel estupendo Countrysides de Cracker.  

Las seis canciones que quedan son igual de brillantes. Lo juro. Que me aspen si Tomorrow Never Comes no podría estar perfectamente en Nebraska de Springsteen y ojo que me imagino a Bruce haciendo una versión de este tema. Aunque lo más seguro es que ni lo conozca. Speeding Car es otra de esas canciones que podría ser un single perfecto, una de esas tonadas que de figurar en la banda sonora adecuada ganaría adeptos a borbotones. Pero no creo que Ryan esté pensando en nada de eso. Su única preocupación parece ser llenar este mundo con grandes canciones y lo está consiguiendo con creces. Añádanle al lote I Lost My Place, Be Wrong y Stay Alive. Las tres soberbias. Le voy a dar al play otra vez. Y van...

martes, 11 de marzo de 2025

Caballos Salvajes. Jordi Puyol Nadal

Los turnos de noche en el hospital son muy largos. Conviene tener cerca un buen libro. En un par de noches me he deleitado con la lectura de Caballos Salvajes escrito por Jordi Puyol Nadal y que se detiene en los cinco últimos años de la vida de Gram Parsons, indiscutible icono del country rock. El libro está construido a modo de biografía oral recogiendo jugosos testimonios de muchos de los que de una u otra forma colaboraron con Parsons, escribieron sobre él o músicos a los que la obra de Gram influyó de manera decisiva. Esas contribuciones son decisivas y la propia prosa y opiniones del autor del libro recogidas en la parte final son excelentes. Comulgo totalmente con su forma de ver el asunto.

Antes de continuar que nadie piense que descuido mis deberes profesionales. En cuanto suena un timbre o algún compañero me solicita para cualquier tarea acudo raudo y veloz, tanto que ni te lo creerías. Hay rayos que dejan menos estela que yo. Y mucho menos glamourosa. Glamour no le faltaba a Parsons. Eso piensan la mayoría de sus acérrimos seguidores, esos que podrían militar en una secta y que opinan que Gram prácticamente inventó un género el solito. Porque los hay. De eso también se da cuenta, y muy bien en el libro, tanto en las reflexiones finales del autor como en unos cuantos testimonios de los implicados. 

Cada capítulo del libro está estructurado de la siguiente forma; una introducción a cargo del autor en la que expone que ocurrió en un periodo concreto, seguida de los testimonios bien de los implicados o de las opiniones de autores o músicos conocedores de la obra de Parsons como Sid Griffin, Chuck Prophet, Jim Lauderdale o Mark Olson. Y no se hace redundante, sino todo lo contrario ya que el autor se limita a exponer los hechos y es gracioso comprobar como la película siempre varía según quién te lo cuente o a quién preguntes. Es un forma muy sencilla a la par que poderosa de contar una historia. 

Hay varios hechos claves en la vida y obra de Gram Parsons. Me centraré en los que más me han gustado y llamado la atención. Por ejemplo la relación entre Parsons y Keith Richards de la que mucho se ha escrito y especulado. No voy a hacer spoiler pero conecto mucho con las reflexiones que al respecto realiza el autor en la parte final del libro. Siempre planeará la sombra de Parsons en temas como Sweet Virginia o Wild Horses. En lo musical parece que había una conexión casi mágica entre ambos pero también esta por medio Mick Jagger y sus supuestos celos. ¡Mick celoso! ¡Eso no puede ser! Jamás de los jamases, ja ja. En todo caso el resto de la chusma le envidia a él.

Está muy bien contada la historia musical de Gram Parsons y Emmylou Harris. La perfecta compenetración musical entre ambos. De esta cuestión diría que hay consenso. Y basta escuchar cualquier tema que grabaron juntos para percatarse, de que en efecto, ambos habían nacido para cantar juntos. La muerte de Parsons dejo muy tocada a Harris pero la chica supo encarrilar todo su potencial en una carrera más que interesante. La parte en la que se glosa la creación de los discos GP y Grievous Angel está muy bien contada. Es curioso comprobar como alguien que hacía algo más que flirtear con las drogas fue capaz de sacar adelante dos discos espléndidos rodeado de varios músicos clave en la carrera de Elvis Presley como James Burton o Glenn D. Hardin.

Me han parecido especialmente atractivas y certeras todas las intervenciones de Sid Griffin, Barney Hoskins y Jim Lauderdale. Conecto totalmente con sus aportaciones en temas musicales y vitales. Hay reflexiones muy certeras sobre el tema de las drogas. Sobre su romantización, esa idea equivocada a más no poder de que ciertas sustancias incentivan y ayudan a crear... El final de Parsons como el de tantos otros está marcado por una adicción incontrolable que le privó de haber compuesto mucho más material del que hizo. Son también muy interesantes los apuntes sobre la vida de Parsons, un tipo que tenía la vida resuelta desde la cuna y como eso de alguna manera le marcó y no precisamente para bien o al menos no le supo sacar el innegable potencial que tenía esa situación. Voy ahora con las valiosas aportaciones de mis favoritos:

Sid Griffin

Experto en la figura de Gram Parsons, autor de una biografía sobre el músico y del guion del documental Fallen Angel de la BBC (que también en su día compre en DVD), Griffin es además componente del grupo The Long Ryders. Sus intervenciones son jugosas a más no poder e indudablemente certeras. Sid no duda sobre la grandeza musical y su influencia en el mundo del country rock y he descubierto gracias a el que Grievous Angel era el álbum favorito de Tom Petty.  Pero aunque le guste y mucho la música de Parsons no se muestra ciego y reconoce que Gram perdió mucho el tiempo y no supo sacar todo el jugo que tenía a su talento. Y se muestra claro y contundente sobre el abuso de las drogas y su romantización. Conecto totalmente con sus testimonios.

Barney Hoskins

¿Qué decir de Barney? Sin duda uno de mis escritores favoritos sobre música. Enormes sus libros Tom Waits, la coz cantante y Hotel California: Cantautores y vaqueros cocainomanos en Lauren Canyon. Aquí sus apariciones son colosales. Por ejemplo cuando se está tratando de la posibilidad de que Gram y Keith Richards grabasen un álbum juntos, Hoskins dice: En la neblina de los ópiaceos y la euforia de la coca, estoy seguro de que Keith lo decía en serio... No he podido descojonarme con tamaña aseveración. Pero para que el lector vea que no sólo me quedo con la mandanga, me encanta cuando Hoskins se refiere a Emmylou Harris como una persona crucial en el renacimiento de Gram Parsons

Jim Lauderdale

Todos los testimonios de Lauderdale demuestran el profundo y sincero amor que tiene Jim por la música de Gram Parsons. No cabe duda de que fueron una influencia decisiva en su profusa discografía. Y como estudioso de toda la obra de Parsons, Jim pondera y se deshace en elogios a los músicos que participaron en GP y Grievous Angel. Sabe muy bien que la grandeza de la música a menudo, casi siempre de hecho es un asunto de equipo. Varias personas dando lo mejor de sí mismo en unas buenas canciones. No puedo terminar sin referirme a que Jim Lauderdale es uno de los mejores compositores de la historia. Un tapado cuya carrera merece ser reconocida y no puedo sino declarar sin ningún tipo de rubor que Lauderdale superó a su influencia con creces y que ahí sigue grabando música maravillosa.