En 2001 Black Crowes anunciaron que se tomaban un descanso. Interrumpían una carrera hasta ese momento ejemplar para dar rienda suelta a sus proyectos en solitario. En seguida muchos culparon a Kate Hudson de todo este asunto. La Yoko Ono de los Crowes. En aquel momento era la esposa de Chris y éste se encontraba un tanto alejado de los parámetros del rock por el que se guiaban los Cuervos. Y claro la ecuación era sencilla. Chica de por medio que jode la armonía del combo rockero. Suponiendo que en el universo crowes hubiese paz que lo dudo.
Apenas un año después Chris Robinson editaba New Earth Mud. Solo con las pintas hippiosas que luce en la portada ya nos podíamos imaginar que la música allí contenida poco iba a tener que ver con la banda madre. Me imagino a Chris en pleno viaje beatle y The Band con sus buenas gotas soul. Su aspecto recordaba a George Harrison y John Lennon y los acordes que contenía New Earth Mud apuntaban en esa dirección y con buena nota además.
Cuando el cantante de un grupo saca disco en solitario los cuchillos están afilados. La voz suele ser el primer elemento identificativo de una banda y se espera que el cantante continúe con buen tino la racha de su banda. Que no se desvíe demasiado del camino. Y es que hay que reconocer que los rockeros somos en muchas ocasiones bastante conservadores…
Y, ¿qué se puede decir de New Earth Mud seis años después de que viese la luz? Pues que es un muy buen álbum. Chris se dejó llevar por lo que le apetecía en aquel momento y este disco rebosa buenas vibraciones y bonitas canciones. Tranquilidad, melancolía y ¡oh! diantres amor. El amigo Robinson estaba enamorado y todo a su alrededor encajaba. Las canciones reflejan ese estado de ánimo y son encantadoras tonadillas al respecto. En esta etapa pop que estoy pasando he pinchado este disco varias veces esta semana y me reafirmo temas como Safe in the Arms of Love, Silver Car o Could You Really Love Me me siguen cautivando, me hechiza esa voz de Chris y un envoltorio sonoro atractivo. Bien por Chris.