Determinadas bandas dan lo
mejor de si mismas en los primeros años de formación y luego jamás logran
recuperar ese nivel tan alto. Es el caso de John Fogerty. El alma de la Creedence.
Su principal compositor y su reconocible voz. En apenas cuatro años Fogerty junto a sus compañeros grabó
decenas de memorables canciones en seis inmaculados discos, creo que Mardi
Grass está bastante por de abajo. Por ejemplo en 1969 Creedence Clearwater Revival publicaron Bayou Country, Green River y Willy
and the Poor Boys. Así,
prácticamente del tirón, tres apoteósicos discos apenas separados por unos
meses. Fogerty exprimió su cerebro a
base de bien aquellos primeros años y aunque luego tiene una carrera en
solitario interesante el nivel de los inicios es estratosférico. Se me ocurren
pocas bandas que en tan poco tiempo obsequiaran a este mundo con tantas buenas
canciones.
Hace un par de años en
Reyes me regalaron esta imponente Box Set con sus siete discos de estudio, muchas
tomas en directo y algún extra. En ese sentido poco hay, porque John solía
destruir todo lo que no le gustaba. Y es mejor así. La caja es una gozada por
el contenido musical y porque trae un libreto muy cuidado en el que se cuentan
aspectos muy interesantes de cada grabación. Un producto muy atractivo y la
caja definitiva para los locos de la Creedence.
Creedence Clearwater Revival eran originarios de El Burrito, un suburbio obrero
de Berkeley al lado de Oakland y John
Fogerty se pasó buena parte de su adolescencia escuchando la emisora KWBR
que programaba a todas horas, blues, souy y R&B. Esa fue su educación. Y
John se volvió loco con todo aquel material
La Creedence tenía facilidad
para dar en el clavo en temas de corta duración. Y cuando sus canciones
alcanzaban un minutaje considerable no se perdían en onanismos baratos. Tenían
habilidad para alargar los temas con clase y sin aburrir al personal aunque
rara vez se iban por las ramas. Tenían
un sonido reconocible, personal y aunque pertenecían a la escena de San
Francisco tenían poco que ver con el resto de bandas de esa área. Fogerty era un apasionado del blues.
Recuerdo leerle en una entrevista a Popular
1 a finales de los noventa contar que había realizado varios viajes al
Delta del Mississippi para ahondar en todo ese legado.
Su debut en 1968 con el
disco que da nombre a la banda es una carta de presentación interesante. Con
tres versiones, las tres de músicos negros: I
put spell on you, Susie Q y Ninety-nine and a half y cinco temas
escritos por John Fogerty. En el
libreto (por cierto muy chulo) de esta monumental box set se indica que Potterville es realmente la primera
canción que compuso John. No esta nada mal para empezar. Con el tiempo, muy
poco en realidad, la Creedence supo
crear su propio sonido y potenciar sus composiciones. Y en mi opinión dar ese
paso tan complicado que les sitúa al nivel de los músicos que les influyeron.
Lo que vino después es la
locura absoluta. En el mismo año, 1969, la Creedence
editó Bayou Country, Green River y Willy
and the Poor Boys. Tres discos
para perder la chaveta directamente. Lo apuntado en su debut es aquí
pulverizado en tiempo récord. El secreto de John y cía era que grababan muy
rápido en el estudio. Cuando tenían que registrar su material lo tenían todo
más que mascado y abundan las primeras tomas. No hace falta eternizarse en el
estudio para crear buenos discos. Muchas veces es cuestión de tener las ideas
claras y estos tíos las tenían.
En Bayou Country está Proud Mary el tema más popular de la Creedence y otras seis piezas
antológicas. Bueno, nunca me gustó demasiado Bootleg pero las otras cinco son tremendas. Según se indica en el
libreto cuando se grabó este disco John estaba pasando por una época de
insomnio y por lo que se escucha aprovecho bien el tiempo cuando estuvo
despierto. En todas las entrevistas que le he leído a John Fogerty nombra a Steve
Cropper como uno de sus guitarristas favoritos. Aquí su influencia es
confesada por el propio John en los punteos de Proud Mary. Bayou Country fue el puñetazo en la
mesa para colocar a la Creedence en
la liga de los grandes. Y ahí estarían mucho tiempo. El disco fue publicado en
enero de 1969.
Con el tiempo me he fijado
en lo buen guitarrista que es John Fogerty.
Su sonido es claro y preciso, deudor de los mejores hachas de los cincuenta.
Sus notas se pueden palpar, es un ingrediente básico en el sonido de esta banda
así como su voz. No es que tenga una voz muy buena técnicamente ni siquiera
brillante pero tiene pegada y cierto toque soul en su entonación. A veces, no
perdón casi siempre, parece que canta cabreado y ¡eso me gusta!
Tras Bayou Country hicieron
otro regalo a sus seguidores: Green River. Publicado en agosto de
1969. Su disco más directo. Veintinueve minutos y treinta y seis segundos. Para
qué más. Todos los temas van al grano y son certeros y de los que se quedan a
la primera. Otro puñado de clásicos para añadir a su repertorio. El tema más
largo es Wrote a song for everyone
que siempre me ha parecido similar a The
Weight de The Band. Tal vez la
más conocida del disco sea Lodi pero
mi favorita siempre ha sido Tombstone
Shadow.
Tres meses después de Green River llegó Willy and the Poor Boys.
Tremendo documento impregnado de la mejor esencia sureña. Aquí esta Effigy que conocí primero en la
estupenda versión que se marcan Gov´t
Mule en The Deep End. La portada y las fotos interiores muestran a una
banda tocando en las calles para los niños, todos negros por cierto. La guerra
del Vietnam está más presente que nunca y Fortunate
son es el himno por excelencia para aquellos confusos días. Otro que no
tiene desperdicio. En un año estos tres discos. Estoy pensado en algún
iluminado que tarda tres lustros en grabar un puto disco. Me parto. La armónica de Poorboy
Shuffle da paso a Feelin´Blue un
tema quizá no tan conocido pero que es una delicia. Con la guitarra de John
marcando con clase todos los pasos. Escucho It
came out of the sky y me digo, sí, eso es, un tema de puro rock´n roll
cincuenta que remite a los grandes de esa época y que se emparenta directamente
con ellos. John Fogerty tiene esa
habilidad y todavía le sacó más jugo.
En 1970 llegó otra
maravillosa ración de música. Cosmo´s Factory es tan bueno como
los antes mencionados. Fue su disco más vendido e incluye cuatro versiones que
indican a las claras que es lo que más le gusta a John y que hace de maravilla.
Tres píldoras de rock´n roll directo Before you accuse me, Ooby Dooby, y My baby left me y el clásico de la factoría Motown I heard it thorough
the gravepine que se va hasta los once minutos pero sin aburrir al
personal. Habilidad muy notable la de esta banda que sabía moverse en
desarrollos instrumentales atractivos. Además de esas versiones nuevos clásicos
se añadian a un cancionero ya imbatible: Ramble
Tamble, Travelin´Band, Lookin´out my back door, Up around the bend…
Y llegamos a Pendulum
en 1971 otra delicia a la que le he sacado mucho partido. Es el disco junto a Mardi
Grass que menos conocía de la Creedence y es una muestra imbatible de
que estos tipos estaban en vena creativa. En este álbum incorporan teclados y
sección de viento y lo hacen de tal forma que el resultado aún siendo diferente
a todo lo que habían grabado hasta ese momento no desmerece en absoluto. Me
vuelve loco la contundencia con que se emplean en la inicial Pagan Baby con ese registro de Fogerty cabreado, en Chamaleon y Born to move a la voz de John le replican un armonioso conjunto de
teclados, saxos y trompletas y (Wish I
Could) Hideaway es apoteósica. Un tema lento con John cantando con un
sentimiento tremendo y con un órgano chulisimo.
Ayer hace seis años empecé
con este blog y recuerdo que aquel día sonaba Down on the corner en un dvd de la Creedence que tenía puesto a todo volumen y cuando terminó el tema
Su me comentó que Unax venía de camino. Así que para celebrar ese momento ahí
va este post, ahí dándolo todo.