¿Alguna vez has escuchado un disco de una banda o un artista que te apasiona y has entrado en un inevitable bucle repasando toda la discografía de los mencionados? Eso es algo que me sucede a menudo con Cracker. Ayer tenía puesto en casa a todo volumen su debut. Ese flamante vinilo que me regalaron el año pasado y que no ha perdido un ápice de frescura. Estaba sonando This is Cracker Soul y Unax me pregunto quiénes eran. Cracker, le contesté con una enorme sonrisa. Vino el siguiente tema y el otro y me dijo, son todas buenas ja ja. Asi es. No lo he dicho yo lo has dicho tu ja ja. Le chifla Someday. Y a mi ja ja. En fin como me sucede a menudo vino una tarde en la que me puse varios discos de ellos. Forever para empezar y Kerosene Hat para continuar. Escuchas uno y te dices este es el mejor. Escuchas el siguiente y dices, no, es éste. Pero espera que me faltan Gentleman´s blues, The Golden Age, Greenland, Sunrise in The land of Milk and honey o Berkeley To Bakersfield. A fuego.
Fantaseo con que vuelvan a venir. No va a ver precios desorbitados, ni dinámicos, ni hostias en vinagre. Una banda a pleno rendimiento a escasos metros de ti que estarás acompañado de otros cuatrocientos afortunados más. Rock´n roll in your face. Me lo he pasado pipa cuando les he visto y no le harías ascos a una nueva gira aunque sepa que es prácticamente imposible que graben material nuevo tal es el hastío que David Lowery tiene con la industria discográfica. Ni siquiera parece que se planteen acudir a un Crowfunding o algún método similar. No importa su carrera está repleta de temazos, de discos que conviene saborear a tope. Y por supuesto está no va a ser la última entrada que este cochambroso blog va a consagrar a Cracker porque está más que claro, Cracker forever and ever...