Las carreras de Johnny Cash y Solomon Burke tienen cierto paralelismo. Cuando Solomon Burke editó Don´tGive Up On Me muchos críticos lo compararon por su brillantez y por lo
que significó en la carrera de Burke
con el American Recordings de Johnny
Cash. Ambos discos supusieron la vuelta por todo lo alto de dos colosos de
la música norteamericana que en realidad nunca se habían ido. Sus carreras por
entonces, la de Cash en 1994 y la de
Burke en 2002, estaban en un plano
oculto, se movían en un circuito nostálgico de serie B con muy poca atención
mediática. Tanto American Recordings como Don´t Give Up On Me cambiaron eso e
hicieron que nuevas generaciones de oyentes se acercasen a su legado. Y como
comprobé y sigo haciendo en ambos casos había mucho donde rascar.
En el caso de Johnny Cash desde 1994 hasta 2003 le
dio tiempo a grabar abundante material bajo la batuta de Rick Rubin un personaje fundamental en su retorno. En vida Cash vio
editados cuatro robustos trabajos. El primero titulado American Recordings fue
su rescate. Un álbum sencillo, minimalista con la voz de Cash dominándolo todo.
Una tarjeta de presentación llamativa. Pero lo mejor estaba por llegar porque Unchained fue su puñetazo definitivo en la mesa. Una rodaja donde Cash sonaba más
contundente y poderoso que nunca acompañado por los Heartbreakers. Todavía me acuerdo de cuando escuché en el coche de
un colega su antológica versión de Rusty
Cage. Eso hacía temblar las ventanillas del carro. Y la sensación sigue
ahí.
American Recordings: Solitary Man y The Man Comes Around seguían
mostrando a un Hombre de Negro en plena forma siempre muy bien acompañado. Y
aunque no llegaban al nivel de Unchained no se quedaban muy lejos.
Ambos estaban entre los mejores discos publicados en sus respectivos años y mantenían
el status de Cash muy alto entre la
parroquia rockera. La caja Unearthed publicada en 2003 el año
de su muerte era el perfecto colofón a una coda insuperable. Como me sucedió
años después con Solomon Burke
disfruté de todo ese material e indagué en el pasado de Cash. Sus grabaciones en el sello Sun y sus comienzos en Columbia
están llenos de momentos gloriosos.
De Burke ya he escrito aquí habitualmente pero no está de más recordar
que este hombre tuvo unos años finales al igual que Cash muy inspirados y grabó
el mejor material de su trayectoria. En ambos casos consideró que aunque sus
carreras en los comienzos son muy buenas y con unas cuantas joyas en su haber
lo que hicieron al final de sus vidas es sencillamente espectacular. Una
sensación común que tuve con ambos es, que escuchando las primeras grabaciones
de Burke y Cash encuentras esas inconfundibles voces en su fase inicial, ya
son reconocibles, pero cuarenta años después sonaban mucho más profundas con un
tono apocalíptico que las hace imbatibles. Ambos tenían en Joe Henry y Rick Rubin
dos aliados perfectos y hubieran repetido con ellos para seguir dejando grabaciones
imperecederas en este mundo. Esta mañana me he levantado y he puesto otra vez Unchained
y Don´t
Give Up On Me. Dos de mis discos favoritos de la historia. Burke y
Cash, Cash y Burke, un epilogo colosal.