Mi primo Oscar me contó en una ocasión que estuvo un mes entero escuchando Led Zeppelin. Solo Led Zeppelin. Paladeando su música, sumergiéndose en una discografía apasionante y disfrutando de todo ese manjar sonoro como si fuese la primera vez. La buena música permanece contigo siempre, es poderosa y te da energía. Una de las sensaciones más placenteras es escuchar música sin hacer nada mas, dejarse llevar por los sonidos sin actividad alguna.
Al igual que mi primo paso mis etapas obsesivas pero rara vez lo hago con una sola banda. Lo mío suele ser mas con unos cuantos discos de diferentes músicos. Hay mucha música que esta siempre cerca de mi. En mi mp4 viajan siempre conmigo Cheating at solitaire, I feel alright o Amorica. Y en otras ocasiones me da por redescubrir y dar cancha a uno de esos disco un tanto olvidados en la discografía de una banda pero que a mí siempre me gustaron. Uno de ellos es Three Snakes and One Charm de los Black Crowes. No voy a decir que es mi favorito de los Cuervos pero esta muy alto en mi ranking particular.
Tras el inmenso Amorica, Three Snakes and One Charm es un álbum diferente que aunque de alguna forma sigue la senda del anterior también la rompe con esa inclusión de coros negros en varios temas y con la determinante presencia de la Dirty Dozen Brass Band. Estoy escuchando a menudo este disco y no tiene desperdicio. Lo pongo a buen volumen por la noche con los cascos y descubro diferentes matices: pianos que antes no oía, acústicas, coros extraordinarios, la voz principal de Chris Robinson en muy buen forma, la guitarra de Marc Ford antes de que se emborrachase…
Y unas cuantas canciones excepcionales. De esas que elegiría sin dudar si me consultasen los hermanos Robinson para confeccionar el set list. Como renunciar a temas del calibre de Girl From a Pawnshop con unos aplastantes coros femeninos, a la funky Only Halfway to Everywhere que por cierto recrean muy bien en el dvd en directo Freak ´n ´roll… into the Fog, a la épica Let me Share the ride o las delicias acústicas Bring on, Bring on y How much for your Wings?, la vacilona Blackberry. Vamos que ya estoy tardando en darle al play otra vez.