Todavía soy de los que a veces se fía de algunas críticas de
discos que salen en las revistas musicales. Y eso que hay motivos sobrados para
renegar de esta práctica. Pero de vez en
cuando conectas con un redactor porque sus textos consiguen el objetivo primordial
de ese ejercicio: que al lector le entren unas irremediables ganas de escuchar
el disco en cuestión. Me sucede a menudo con Manel Celeiro o Andreu
Cunill en Ruta 66 y con Marcos de Lahueria en Popular 1. Gracias a la crítica que
este último hizo del álbum Be Good de Gregory Porter me lancé en su búsqueda. Hoy en día fácil. A tiro de
click. Mi camello me enseño un día en su móvil de ultimísima generación todo lo
que tenía almacenado y para mi alegría estaba Be good. Un par de horas
mas tardes ya me había hecho una copia en Cd de este artefacto. Un tipo leal y
eficiente mi camello.
Y desde el día que cayó en mis manos no ha habido noche en
que no haya sonado. Señal inequívoca de lo enganchado que estoy a él. Como me
dijo mi amigo Diego es un disco para escuchar, para prestarle atención. Parece
una perogrullada pero es la verdad. No puedes estar haciendo otra cosa mientras
escuchas y degustas este artefacto. Las expectativas que me generó la crítica
de Marcos de Lahueria se han cumplido con creces. Alucino con este disco. Así
de claro. Entre las influencias que
admite Gregory Porter está Donny
Hathaway y me regocijo al comprobar que el amigo Porter sigue el legado de
Hathaway con mucho estilo. La música de Porter está mucho más orientada al jazz
pero la impronta de Donny está en la interpretación. Y lo que es más importante
con canciones aplastantes.
El orden en el que lo tenía grabado en el Mp4 no es el
original. Es otra de las cosas que suceden hoy en día con la música. Te llega a
tu pequeño artefacto (que no es poco) pero a veces se pierde hasta el orden de
las canciones. Y eso es un detalle importante. Al menos yo le doy su valor. En
fin que me enrollo, en mi copia el álbum empezaba con un tema a capella God Bless the child original de Billie Holiday interpretado
de forma sublime y emocionante por Gregory Porter. En el original ese es broche
final. Ya lo sospechaba yo, es un cierre perfecto.
Be Good son doce canciones, tres de ellas versiones, la
mencionada God Bless the child que
cierra mágicamente el álbum, Imitation of
life un tema con tan solo la voz de Gregory y el piano de Chip Crawford y Work song original de N.Adderley
y O.Brown, un torbellino sonoro con
una espectacular interpretación vocal de Porter y con el saxo campando a sus
anchas y finalmente un hueco para que se luzca el contrabajo. El estilo
predominante del disco es jazz pero sin apabullar y con inequívoco toque soul.
Las nueve canciones que firma Porter son maravillosas, sin excepción y su
trabajo vocal excelente. Una voz muy chula con un toque crooner. Por momentos
hay alguna canción como Be good (Lion´s
song) o Real Good Hands en la que
me recuerda al Jamie Cullum de Twentysomething.
Esto puede tirar para atrás a mucha gente pero como a mi aquel disco me encanta
pues es lo que hay.
Hasta ahora cada vez que he puesto el disco ha sido para
escucharlo de principio a fin y se me hace difícil escoger temas favoritos ya
que insisto las nueve canciones originales de Porter me parecen tremendas. Y
las tres versiones también. Pero allá voy. On
My Way To Harlem, un bonito homenaje al Harlem de Duke Ellington y a Marvin
Gaye, Mother´s song una de esas
baladas emotivas que aunque se acerca a los siete minutos de duración no
quieres que se acabe y Our love justo
lo contrario, un conciso tema de tres minutos que da en el clavo como todo lo
que contiene Be Good un auténtico regalo de Gregory Porter al resto de los
mortales. Peace and love.