Es inevitable sentir
un latigazo cuando escuchas ciertos discos. Están ligados a una época concreta
de tu vida y hacen que te acuerdes de lo que hacías en esa época, de cómo te
sentías y de cuáles eran tus sueños. Así que cada vez que los pones en el reproductor
te invade ese sentimiento tan humano que es la nostalgia. Pero dependiendo del
álbum éste te puede inyectar vitalidad. Son los que superan el paso del tiempo.
Los que aportan algo más que el recuerdo de un momento determinado. Y eso
definitivamente es un subidón, una gran alegría. Esto último me sucede cuando
pincho Vitalogy. Como he escrito te trae recuerdos pero lo bueno es que la
música todavía tiene fuerza, así lo percibo yo al menos.
Ese adrenalitico inicio con Last Exit prácticamente unida con Spin the black circle me sigue
poniendo las pilas. Si hoy en día voy a ver en concierto a Pearl Jam me gustan
que suenen ambas. Y eso mismo me sucede con otras tantas de este disco como:
Not for you, Inmortality o Cordury que se ha ganado un hueco entre los clásicos
de la banda. Canciones como estas son la mejor señal de que el disco aguanta
bien el paso del tiempo por lo menos en mi casa. En su día tanto sobre este
disco y sobre todo sobre el No Code se comentó que la influencia de Neil Young
había ido demasiado lejos. Como si fuese algo malo. El rastro del canadiense se
sigue en temas como Not for you o incluso Tremor Christ y ambos me parecen
buenos. Bienvenida la influencia del canadiense. Es alguien muy bueno a quien
seguir.