viernes, 26 de noviembre de 2021

Miguel Ángel Villena. Berlanga. Vida y cine de un creador irreverente

Este año se celebra el centenario del nacimiento de Luis García Berlanga, mi director favorito del cine español y uno de los más grandes en la historia de este arte. Con motivo de esta efémeride durante todo el año se han sucedido las exposiciones, debates e innumerables referencias a este cineasta valenciano que como muy bien subtitula Miguel Ángel Villena en su libro fue un creador irreverente entre otras muchas cosas. El autor de este volumen, galardonado con el XXXIII Premio Comillas, realiza un exhaustivo y atractivo repaso a la vida y obra de Luis García Berlanga

Miguel Ángel Villena se ha documentado profusamente sobre la vida de Berlanga, se ha entrevistado con más de treinta personas que le conocieron y ha revisitado sus películas para armar un libro que se lee del tirón con mucho interés y en el que confluyen perfectamente la parte biográfica con la profesional, de hecho como sucede siempre ambas están unidas. Berlanga siempre gozó de una posición privilegiada para llevar a cabo su sueño que no era otro que ser director de cine. Por parte materna, Luis García Berlanga tenía el sustento más que asegurado y nunca le falto de nada. De hecho sus estudios de cine y estancia en Madrid corrían a cargo de la familia. No hay duda de que el hombre aprovechó perfectamente esa oportunidad para desarrolar una filmografía más que excitante con cuatro o cinco largometrajes míticos e imprescindibles en la historia del cine español. 


Uno de los temas que más me llamaban la atención antes de leer el libro era la relación entre Luis Garcia Berlanga (autodenominado anarquista burgués) con Juan Antonio Bardem (comunista). Comenzaron su andadura cinematográfica juntos codirigiendo Esa Pareja Feliz y colaborando en Bienvenido Mr Marshall pero pronto sus caminos se separaron no tanto por sus divergentes opiniones políticas sino sobre todo por concebir el cine casi de forma antagónica sin que ello reste un ápice de grandeza a ninguno de los dos. En mi opinión Berlanga tuvo una carrera mas sólida, más buenas películas pero Bardem tiene dos obras maestras (Muerte de un ciclista y Calle Mayor) que no tienen nada que envidiar a las grandes películas de Berlanga (Bienvenido Mr Marshall, Plácido o El Verdugo).

Otro de los aspectos interesantes que se mencionan en el libro es por qué el cine de Berlanga nunca tuvo el éxito internacional que alcanzaron los otros dos creadores más laureados de España: Luis Buñuel y Pedro Almodovar. En este sentido el director manchego señala que era muy difícil subtitular el cine de Berlanga con esos grandiosos planos secuencia en los que todo quisqui esta hablando. Y creo que es un diagnóstico certero. Resulta complicado imaginar siguiera como se pueden poner subtitulos a ciertas escenas de Plácido o de La Vaquilla por mencionar dos de las que contienen algunos de los planos secuencias más caóticos en la filmografía del director valenciano. 

El autor del libro logra que tras leerlo te entren unas ganas tremendas de visionar las grandes películas de Berlanga que no sólo han envejecido la mar de bien sino que son un compendio irresistible del comportamiento humano con todas sus miserias, contradicciones y recovecos posibles sin que por ello no haya un cariño genuino hacia los personajes. Y para dar vida a esos personajes, Berlanga contó con una pléyade maravillosa de actrices y actores españoles que encajaban a la perfección en el cine de Luis García Berlanga que además tuvo en el guionista Rafael Azcona al compañero perfecto para contarnos de la forma más cachonda la vida misma. 



martes, 16 de noviembre de 2021

Sami Yaffa. The Innermost Journey To Your Outeromost Mind

Sorprendente y valiente debut en solitario de
Sami Yaffa tras una larga carrera como fiel escudero del eterno Michael Monroe, primero en Hanoi Rocks y después en la trayectoria en solitario de éste o como componente de Mad Juana, Johnny Thunders o New York Dolls o Joan Jett. Y por supuesto como parte fundamental de uno de mis discos favoritos de todos los tiempos: Demolition 23, que si no lo escribo, reviento.  Más de treinta años al pie del cañón aportando su clase al bajo y su innegable carisma escénico. Uno de esos tipos que siempre suman. Y que por lo visto tenía unas cuantas balas en la recámara que celebro por todo lo alto haya decidido compartir con nosotros, miserables roedores. Nunca es tarde y desde luego The Innermost Journey To Your Outermost Mind espero sea el inicio de la carrera en solitario de Sami. 

Lo primero reseñable es que el amigo Sami se hace cargo de la voz principal y sale más que reforzado del asunto. Según contó en la entrevista en Popular 1 de septiembre ha aprendido al lado de los más grandes y aunque al principio no confiaba demasiado en sus cualidades se tiro al monte y el resultado es bueno, muy chulo. Por momentos tiene un deje a lo Iggy Pop con ese tono vacilón y en otros se mueve con soltura en unas canciones sorprendentes y que rompen por completo lo que esperaba de este hombre. Hay temas que podrían figurar en cualquier de los últimos discos de Michael Monroe (Germinator o The Last Time) o un tema como Down At St.John que podría estar en el mejor disco de Izzy Stradlin. Palabras mayores.

Como supongo su admirado Izzy Stradlin a Sami también le va el reggae y hasta en cuatro temas se cuelan reminiscencias de Jamaica pero de una forma absolutamente personal y rompedora como en Look Ahead, para darle un giro total a la cañera Selling Me Shit, de forma misteriosa y deliciosa en Rotten Roots y para poner punto final al disco en la extraordinaria Cancel The End Of The World, una canción inclasificable con cierto toque floydiano en las guitarras, un tema brutal perfecto resumen del álbum, la creación de un tipo sin complejos que se ha dejado el alma en este trabajo. Ni se las veces que lo he escuchado estos dos últimos meses. Por cierto en este tema hay unas partes vocales femeninas a cargo de Nicole Willis.

Que nadie se deje despistar por estos temas con cierta querencia reggae, el disco fluye de principio a fin como las grandes obras que picotean de diversos estilos sin que nada resulte forzado. Ahí está ese poderoso inicio con Armageddon Together, la mejor forma posible de dar a conocer tu propia voz, la imprescindible aparición del saxo de Michael Monroe en Fortunate One que propulsa la canción hasta el infinito y más allá o esa extraña You Gimme Fever la clase de tema que jamás pensé que grabaría Sami. Y como me gusta. Inclasificable, sorprendente y valiente. Un paso delicioso en la carrera de Sami. Tengo mucha curiosidad por comprobar como presenta en directo este disco. Ojalá se pase por estos lares. 

domingo, 7 de noviembre de 2021

James McMurtry. The Horses and the Hounds

El de James McMurtry es uno de esos casos en los que el músico en cuestión tiene mucho más prestigio entre los compañeros de profesión que entre el gran público. Jason Isbell, John Mellencamp, Steve Earle o Jackson Browne han alabado el trabajo de este tipo que ya tiene una larga carrera. Debuto en 1989 y The Horses and The Hounds es su décimo álbum de estudio. El primero que escucho y para gozo total me ha volado la puta cabeza. Generalmente los discos que me acaban emocionando lo hacen a base de escuchas pero éste de McMurtry me entró a la primera. Las sucesivas escuchas no han hecho sino incrementar mi pasión por este álbum que llena un hueco imprescindible en mi hogar; el de los outlaws con clase que se mueven por el country rock armados con grandes canciones y cantando con mala hostia, con dosis punk sus tonadillas. Un ejemplo perfecto y favorito eterno sería el I feel Alright de Steve Earle. McMurty se mueve con soltura en ese territorio ahora que míticos como Earle o Mellencamp andan en otras lides. 

He llegado a este disco por la entusiasta y muy bien armada crítica que escribió Jordi Pudol Nadal en el Ruta 66 de octubre. Suelo chequear casi todas las reseñas y en esta me llamo la atención la portada. Leí el texto de Pujol Nadal y ante la entusiasta descripción busqué en el tubo el álbum. La emoción fue instantánea y eso es algo que no me suele pasar pero cuando sucede es una gozada. El que quiera un texto con enjundia y bien escrito que acuda a esa reseña o a la de Kepa Arbizu en El Giradiscos. Pero ya que me he puesto en este cochambroso blog voy a intentar juntas unas cuantas letras.


La chispa ha saltado desde la inicial Canola Fields que se abre con una soberbia guitarra acústica con un sonidazo a la que se le suman con ímpetu las eléctricas y una elegante base de teclados y acordeones. Pero no se me despisten. Se puede sonar desgarrador, con fuerza, con ese colchón sonoro. La cuestión es como abordas las canciones y McMurtry las ataca con firmeza. Un ejemplo perfecto de esto que escribo es la siguiente If I Don´t Bleed y la que da título al disco, The Horses and The Hounds que suena descomunal y en la que destacan unos coros femeninos la mar de bien puestos. Otra que me tiene loco es Ft Walton Wake-Up Call que tiene una cadencia como rapera que le queda molona a más no poder con guitarras poderosas y de nuevo los coros femeninos que elevan la canción a las cotas más altas. O What´s The Matter otro tema que podría estar perfectamente en uno de los brillantes discos que Mellencamp grabó en los noventa.

Todavía no tengo el disco original pero lo espero remediar pronto. Me informo en los créditos de Allmusic y compruebo que McMurtry ha estado bien rodeado. David Grisson (habitual de Mellencamp) a las guitarras, Kenny Aronoff a las baquetas o Bukka Allen a los teclados y el órgano. Todos hacen un trabajo perfecto acoplándose a canciones tan buenas como las mencionadas o esa tremenda Jackie que va creciendo de forma prodigiosa o ese espectacular final con Blackberry Winter. Leo en alguna reseña americana, concretamente en la de Allmusic que McMurtry por fin ha encontrado el armazón sonoro para sus brillantes textos. Se menciona que posiblemente sea su mejor disco. Ni idea, no he escuchado los anteriores pero ganas ya tengo porque éste me ha volado la cabeza. En bucle.


jueves, 4 de noviembre de 2021

A salto de mata

Pues eso. Desordenadamente, sin plan, escogiendo al vuelo e intentando acertar aunque nunca se sabe. Mi vida laboral se mueve por esos derroteros y más que nunca vivo a la semana, casi, casi al día. Tiene sus inconvenientes y también sus retos, pocas ventajas pero no me voy a quejar porque hasta ahora había tenido mucha suerte, así que estadísticamente tenía que venir la vuelta, si o si. Enganchar un par de bajas casi seguidas de dos años en total era apuntar muy alto y ahora toca enfangarse en el barro. Es el camino que he elegido y tenía claro que antes o después iban a venir tiempos más complicados. Pero no desespero y tampoco lloriqueo. Podría ser peor, como decía Igor en El Jovencito Frankenstein, podría llover. Joder que aquí diluvia. Veremos.