Vayamos antes con esas canciones que no me convencen que afortunadamente no son muchas. El inicio con One Minute You´re Here parece salido de su anterior álbum y tal vez se debería haber quedado ahí. No es una mala canción pero quizás hubiese puesto otra como inicio. House Of A Thousands Guitars me parece muy repetitiva y la dupla Last Man Standing/The Power Of Prayer es prácticamente la misma canción. Son muy parecidas. Rainmaker ha sido señalada como de las más flojas a mi me gusta así que yo no me subo al tren de denostarla. Es una canción resultona que me recuerda a las del mismo estilo de The Rising.
También ha sido muy criticado el intento de Springsteen de tirar de los tópicos de siempre: la hermandad, esa reunión épica con sus compinches de toda la vida, el recuerdo para un compañero de su primera banda... Un relato bien hilado por el propio Springsteen en el documental que acompaña al álbum. Hace treinta años le habría puesto pegas al asunto. Hoy en día compro ese discurso tal vez por viejuno que se hace uno quizá (y no me duele en prendas en reconocerlo) porque mi admiración por este sujeto y su banda lejos de aminorar crece hasta límites insospechados. Y lo más importante porque hay al menos media docena de canciones excelentes que sacian mi apetito por la música de esta banda de forma sorprendente. Y eso además de inesperado es un dato muy a tener en cuenta. Bandas más jóvenes y con menos recorrido discográfico como Pearl Jam no consiguen nada parecido con su último Giganton. Pero en fin para gustos.
Despejemos la absurda polémica en torno a la recuperación de tres canciones inéditas de los setenta. Sucedió lo mismo cuando Van Halen publicaron A Different Kind Of Truth y grabaron varios temas que tenían sin publicar de sus inicios. La única pregunta que me planteo es ¿las canciones son buenas? Si. Pues para adelante. Es más me presento voluntario a revisar todos y cada uno de los cajones del Sr Springsteen. No te dejes ni una ahí olvidadas. Saca lustre a todas con la E Street Band. Nunca es tarde y excelente prueba de ello son Janey Needs A Shooter, If I Was The Priest y Song For Orphans. Las mejores del disco a un nivel excelso. Se ha escrito mucho sobre la marcada influencia de Bob Dylan sobre todo en Song For Orphans y es cierto es un sonido que en cierta forma remite al judío de Minnesota en sus grandes obras: Highway 61 Revisited o Blonde on Blonde. Perfecto para mi. No sé cuál de las tres es mi favorita, así que las tres al zurrón de clásicos.
Janey Needs A Shooter tiene los inconfundibles subrayados a piano del maestro Bitttan y va creciendo de forma prodigiosa, la aparición de la armónica es la rehostia y el sustento del órgano a cargo de Giordano, encantador. No me canso de escucharla a todo volumen. Los que tienen hasta el último bootleg de Springsteen ya la conocían pero como para mi es nueva lo flipo. If I Was The Priest es otro de esos temas perfectamente construidos con el hammond reinando, Springsteen cantando cada palabra con convicción y una parte final donde las guitarras se sueltan lo justo para añadirle el toque definitivo. Song For Orphans es una delicia de principio a fin. Se inicia arriba del todo con la armónica y no baja ni un ápice de intensidad para cerrar casi seis minutos después de nuevo la armónica, el piano y las guitarras en plena armonía. Es mi favorita.
Establezco otro bloque ilusionante con Letter To You, Burnin´Train, Ghosts y I´ll See You In My Dreams. Las cuatro son canciones que perfectamente se podrían colar en el set list del concierto en cuestión. Recuerdo que la primera vez que vi a Springsteen presentando Magic en el BEC se cascó ocho temas de se disco. Un álbum que no está mal pero prefiero este de largo, de tal forma que si además de las tres recuperadas de los setenta metiese estas cuatro yo feliz. Todas tienen el sello inconfundible de la E Street Band sonando como tienen que sonar muy alejado de cosas como High Hopes o Working On A Dream. Joder, es que escuchas ese espectacular inicio de Burnin´Train y te vienes arriba con Max Weinberg que esta como es habitual perfecto en todo el disco. Me imagino botando como un poseso en las primeras filas con esta canción tan adictiva. Me chifla como chispean las guitarras de Lofgren y Van Zant y Roy Bittan sigue siendo un maestro al piano. Para que nos vamos a engañar ni el mejor de mis sueños me esperaba algo tan excitante y rotundo a estas alturas.