jueves, 29 de diciembre de 2016

Soul Brothers on Top

El primer disco de soul que entró en mi casa fue Dock Of The bay, the definitive collection, recopilatorio de Otis Redding quizá el cantante más famoso entre la parroquia rockera y el que goza de mejor prensa en ese sector. No cabe duda de que es uno de los grandes del género y que trasciende el estilo. Redding ha sido uno de los intérpretes con más conexiones rockeras, citado a menudo por los grupos de la British Invasion y versioneado en muchas ocasiones.

Supongo que como muchos jóvenes descubrí el soul primero en los discos de mis bandas favoritas. Grupos como The Rolling Stones, The Faces o The Black Crowes entre otros tenían fuertemente arraigados rasgos soul. Versiones y temas propios que bebían de ese estilo con gracia, dándole una vuelta y haciendo que muchos nos interesásemos por un género en el que hay multitud de artistas por descubrir. La veta soul es inmensa y mi viaje por ella está siendo fascinante. No me canso de indagar en la historia de esta música, de leer todo lo que encuentro y sobre todo de descubrir a músicos espectaculares, algunos muy conocidos y otros no tanto que merecen ser aupados a la primera línea.

Un amigo es el que me ha descubierto infinidad de artistas de este estilo, grabandome cantidad de material con el que la estoy gozando. Y que luego termino comprando original. A los músicos más famosos del género más o menos antes o después les acaba conociendo todo el que se interesa por este estilo. Hay otros nombres más tapados, que tal vez no gozan de tanto reconocimiento pero cuya obra merece ser la pena ser reivindicada una y otra vez, esa es mi percepción al menos. Si, Otis era buenísimo pero no menos buenos eran Donny Hathaway, Al Green, Bill Withers, Wilson Pickett, Mavis Staples, Ann Peebles... Y tantos otros que me quedan. La lista aumenta cada día: James CarrOtis Clay, Syl Johnson, Betty Harris, Irma Thomas, Betty Wright... Y muchos que faltan por nombrar, los obvios y un sinfín de desconocidos. Un magnífico libro de Andreu Cunill titulado Espíritus en la oscuridad que me releo estos días me está sirviendo de fabulosa guía para adentrarme en la historia de esta música tan poderosa. Soul Power. Va por el colega en cuestión y por otro amigo que me regaló este libro. 






viernes, 23 de diciembre de 2016

Canciones para el día después de la Lotería, digo de la Salud

Quien más quien menos jugó ayer unos cuantos décimos. La inmensa mayoría fue un poco más pobre. Pero si tienen Salud, con un canto en los dientes. No hay más dicha que esa por mucho que nos vendan la moto. En mi caso juego muy poco, casi nada y por pura ambición. Me considero un tipo afortunado. Esta selección que escribo a continuación sonó ayer en mi casa cortesía de Su. Me dice que presté atención a las letras. Algunas las pillo pero otras debido a mi rudeza y falta total de sutileza me cuestan más. Como no quiero petar este maldito blog voy a poner la primera, la del medio y la final. Cuesta elegir entre tanto tan bueno. Avanti....

Sworn and Broken - Screaming Trees
Like a Suicide - Soundgarden
Better when you´re not alone - The Black Crowes
For the movies - Buckcherry
Merry Christmats Emily - Cracker
You´re still Standing There - Steve Earle & Lucinda Williams
Where did you sleep last night - Nirvana
Nightswimming - Rem
Downtown Train - Tom Waits
Candy - Iggy Pop
Elderdy Woman Behind the Counter in a small town - Pearl Jam
Angelina - Neurotic Outsiders
Hello From Venus - Screamin Cheetah Wheelies
Dopes to Infinity - Monster Magnet
Walls - Tom Petty & Heartbreakers
Suits are picking up the bill - Squirrel Nut Zippers
Zooey Suicide - Nash Kato
Goodbye Mass Jill - Diamond Dogs
Patience - Guns N´Roses
Where the wild roses grow - Nick Cave & Kylie Minogue
Herny Lee - Nick Cave & PJ Harvey







jueves, 22 de diciembre de 2016

viernes, 16 de diciembre de 2016

Tedeschi Trucks Band. Made Up Mind

Una de las bandas que más ganas tengo de ver en directo es Tedeschi Trucks Band. Harto complicado que este combo se pase por aquí si no es en el marco de algún festival (tocaron en el de blues en Cazorla). Es una banda con muchos componentes, que tiene un status alto en USA y que rara vez salen de allí o si lo hacen recalan en otros sitios de Europa. Sería la hostia verles en un recinto mediano, con buen sonido para deleitarse con la pericia de estos tipos y su lote de espléndidas canciones. Un amigo me comenta que siempre cree que les falta ese paso de grabar un álbum de esos que quita el hipo. Pero ya llevan unas cuantas muescas más que apetecibles. Sin ir más lejos este Made Up Mind. Y Revelator que sigue conservando todo su encanto. 

Made Up Mind es su penúltimo disco de estudio y está cargado con los ingredientes que manejan a las mil maravillas: blues, rock, ese inimitable toque soul, todo ello capitaneado por la fantástica voz de Susan Tedeschi y la guitarra de Derek Trucks, uno de mis hachas favoritos de los últimos 30 años. Y no exagero. En Made Up Mind hay de todo y todo bueno. Algunas canciones serían claros singles en un mundo medianamente coherente pero qué se va a hacer. 

La producción de Jim Scott junto a Derek Trucks es perfecta. De hecho eso es algo de lo que les acusan, de que el asunto suena demasiado nítido, muy elaborado. Yo no le pongo ninguna pega, es más creo que Jim Scott es un ingeniero de sonido excelente con un curriculum espectacular. Pero lo importante son las canciones y en eso nos regocijamos desde la primera que da título al disco. Made Up Mind es una apertura molona, nos pone en ruta con mucha clase con uno de los temas más rápidos y cañeros del disco, con la voz de Susan perfectamente secundada por las de Mike Mattinson y Mark Evans, algo que es una constante en todo el álbum.



La segunda canción (Do I Look Worried) me vuelve directamente loco. Uno de mis temas favoritos de los últimos años. No me la quito de la cabeza. Susan Tedeschi canta siempre bien pero aquí llega hasta el infinito y más allá. Ese comienzo con el piano al que en seguida se le acopla la voz de Susan, va creciendo poco a poco hasta llegar a un final alucinante con Susan dándolo todo acompañada por una apoteósica sección de viento y la efervescente guitarra de Derek Trucks. Tremendo. Madre mía que despliegue. Es que se acaba y la vuelvo a poner. No falla. Escuchar en directo esto tiene que ser la puta bomba.

En contraste con la anterior Idle Wind es otra delicia. Una pieza delicada que empieza con el sonido de la flauta de Kofi Burbridge. Un instrumento a priori poco o nada rockero. Da igual. Aquí hacen que encaje a la perfección. Curiosamente es un tema compuesto por el matrimonio Susan/Derek junto a Gary Louris. Ese es un aspecto que me llama la atención con Tedeschi Trucks Band. Siempre cuentan con varios compositores para muchos de los temas. No sé a que es debido pero la lista es extensa. Por aquí desfilan en esas lides John Leventhal, el mencionado Louris o un tal Erik Krasno que colabora en tres pedazo de temas: Misunderstood, It´s so heavy y Calling Out To You. Esta última cierra el álbum con elegancia supina, tan sólo la guitarra de Derek y la voz de Susan.

El álbum se beneficia de la perfecta compenetración entre toda esta pléyade de músicos. Aunque Susan y Derek sean la cabeza visible de esta banda no menos importantes son los músicos de los que se rodean. Garantía absoluta. Y todos tienen momentos destacables. En el apartado vocal Mike Mattison y Mark Rivers apoyan a la perfección la excelsa tarea de Susan e incluso Mattison se luce con el falsete en Part Of Me, un tema comercial que a mi me encanta. En el disco hay una clara veta soul que en mi opinión gana a la vertiente más rockera. Lo cual no supone ningún problema sino todo lo contrario. Y no puedo terminar sin mencionar a la sección de viento, debilidad particular, con Kebbi Williams al saxo, Maurice Brown a la trompeta y Saunders Sermons al trombón. 



viernes, 9 de diciembre de 2016

Gavin Edwards, Como ser Bill Murray

En apenas dos meses han coincidido en el mercado dos libros dedicados a Bill MurrayYo Bill Murray de Marta Jiménez y Como ser Bill Murray de Gavin Edwards. El segundo me lo acabo de leer y ha sido otro viaje divertido, por momentos alucinante, que me ha servido para conocer más anécdotas delirantes protagonizadas por el bueno de Bill. Edwards colaborador entre otros medios de la Rolling Stone se ha entrevistado con muchos compañeros de reparto de Murray, con directores de sus películas y con algunos de los protagonistas de esas rocambolescas historias protagonizadas por este peculiar tipo. Además entrevistó al propio Bill en el marco del Festival de Toronto de 2014 cuando celebraban el Día Bill Murray. Ahí queda eso.

Si el libro de Marta Jiménez merece la pena el de Gavin Edwards es imprescindible. Está escrito con el estilo adecuado para que todo el universo Murray resplandezca más si cabe. Lo que ves en la pantalla en las películas en las que aparece Murray es pecata minuta comparado con su modus operandi en la vida real. Ahí lo da todo. Si habitualmente una de las críticas más nocivas que les suelen hacer a los actores es que se interpretan a si mismo a Murray eso le parece un halago. Igualito que le sucedía a Robert Mitchum

Edwards estructura el libro en diez capítulos basados en la filosofía Murray. Todos ellos están explicados y salpicados de diferentes anecdotas. Y se hace difícil escoger porque todas son jodidamente buenas. Algunas surrealistas, otras descacharrantes, todas sorprendentes. Voy a contar aquí tres de ellas que tienen relación con la música. Porque la música une a la gente. O al menos así debería ser.

En un largo viaje que Bill Murray tenía que hacer de Oakland a Sausalito el actor entabló conversación con el taxista y este le confesó que era un saxofonista frustado. Su trabajo en el taxi le robaba catorce horas diarias y rara vez podía ensayar. Entonces Murray le preguntó qué donde tenía el saxo y el taxista le contestó que en el maletero. Murray le propuso conducir el mientras el taxista iba tocando el saxo en el asiento trasero. Resulta que el tipo era muy bueno con el instrumento y eso hizo que la situación se alargara. Tanto que Murray invitó a cenar al perplejo taxista que acabó soplando el saxo en un asador de Oakland a las dos y cuarto de la madrugada. Los dos se lo pasaron pipa y Bill declaro: Fue una noche preciosa. Creo que cualquiera hubiera hecho lo mismo. Creo que cualquier persona, en un momento así, conecta y hace algo parecido.



El batería de The RootsQuestlove había escuchado historias sobre las legendarias fiestas de cerveza que Bill Murray preparaba en Williamsburg y sobre otras anecdotas poco comunes del actor. Pero lo que de verdad le sorprendió es que el actor le siguiese a tres sitios raros de Brooklyn donde Questlove ejercía de Dj. Questlove declaró: Yo no me creía que fuera el. Siempre era el último en irse. Eso era lo raro. Estamos hablando de una fiesta de mil personas, y cuando daban las siete de la mañana el seguía ahí.

Mi favorita para el final. Andrew Groothuis trabajó en 2001 como ayudante personal de uno de los actores de la película Moonrise Kindgom de Wes Anderson.  Groothuis llevaba trabajando en el mundo del cine más de ocho años y las estrellas no le impresionaban pero tenía ganas de conocer a Bill Murray porque como confiesa en el libro es uno de los actores por los que pagaría una entrada de cine. 

Groothuis no quería abordar a Bill Murray en los descansos del rodaje porque el actor en esos momentos estaba siempre con su hijo Cooper. El encuentro con el actor no acaba de producirse. Una noche aprovechando que el actor del que era asistente se fue a dormir Groothuis se quedó en el bar del hotel en el que se alojaban. Era de noche y no había nadie excepto él, la camarera y el conserje sentado tras su mesa en el vestíbulo. Groothuis le pidió permiso a la camarera para tocar un poco el piano que había en la instancia.

El asistente comenzó a entonar Thunder Road de Bruce Springsteen y a los pocos segundos de una anexa sala de billares que ni sabía que existía apareció Bill Murray con dos mujeres de mediana edad. El actor se dirigió a la camarera y le pidió que les prepararan unos appletinis para todos. Durante cinco horas el improvisado dúo cantó un repertorio variado, desde Billy Joel, pasando por The FoundationsSpringsteen, y por supuesto todas las canciones que Murray había cantado en sus películas....

En un momento dado Groothuis comenzó a tocar el tema de los monitores novatos de Los incorregibles albóndigas, y el actor estalló en carcajadas... Hasta ese tema era capaz de recordar y cantar Murray. Hacia las cinco de la madrugada Bill comentó que tenía que irse a coger un avión. Antes de partir le dijo a Groothuis: Oye, nunca me acuerdo de los nombres, pero me quedo con las caras. Si me ves en cualquier parte, acércate a saludar.

domingo, 4 de diciembre de 2016

The Rolling Stones. Blue & Lonesome

Cuando me enteré de que los Stones iban a publicar nuevo disco en diciembre me sorprendí. No pensaba que iban a volver a la carga. Creía que se iban a limitar a explotar su legado de forma conveniente con golosinas tan apetitosas como la edición especial de Stripped o reediciones de sus discos clásicos con jugoso material extra. Para su regreso los Stones han vuelto a sus comienzos y han grabado temas de blues. Lo mismo que hicieron hace más de cincuenta años con la sabiduría de unos veteranos que siguen disfrutando de lo lindo. Blue & Lonesome ha resultado delicioso. Un divertimento hecho con sumo gusto, pulido al detalle. No supone ningún riesgo.  Es una receta básica y sencilla. Mil veces escuchada. Mil disfrutada. Y esta es una más. Don Was no va a reventar los parámetros de la producción y ni puta falta que hace. Son los Stones y el Blues. Un viaje apetecible.  

Seguro que algún crítico puñetero habrá escrito que este disco los Stones lo podrían grabar en la hora de la siesta, incluso echándola, y algún otro más cabrón que es ideal para ese momento. A mi me parece delicioso. Jagger canta fenomenal, no lejos de sus mejores años y a los calaveras de Keith Richards y Ronnie Wood les habrá venido al pelo tocar todos estos temas de blues sin estridencias, tranquilamente. De Charlie Watts poco más puedo añadir. Fiabilidad total. Siempre. Los colaboradores son los sospechosos habituales: Darryl Jones (bajo), el eterno Chuck Leavell luciéndose al piano en All Of Your Love o con el hammond B3 en Blue & Lonesome y las apariciones estelares de Jim Keltner a la batería en Hoo Doo Blues y Eric Clapton en I can´t quit you baby.



Al parecer este disco es el calentamiento para otro con material nuevo que saldrá el año que viene. Desconozco si ese dato es cierto pero si no lo es y A Bigger Bang fuese el último disco de los Stones con canciones originales me parecería una despedida fantástica. Un disco a reivindicar. Entretanto este Blue & Lonesome se escucha del tirón con una sonrisa mientras te deleitas con el cabroncete de Jagger que canta y sopla la armónica que no veas. Un tipo invencible. Está fabuloso tanto en los temas mas rápidos (I Gotta Go, Ride´Em On Down o Hate To See You Go) como en los blues cocidos a fuego lento, me vuelve loco en Everybody Knows about my good thing y All Of Your Love. Rara vez suelo escribir tan pronto sobre un disco que se acaba de editar pero es que en el trabajo lo tengo puesto las cinco horas que estoy a fuego. Es que acaba el puto disco y lo pongo otra vez. Bravo por los Stones.



jueves, 1 de diciembre de 2016

Tom Waits. Blood Money

Tres años después de arrasar con Mule Variations el siguiente lanzamiento de Tom Waits en 2002 fueron dos discos simultáneos, Blood Money y Alice, muy diferentes entre sí que no hicieron sino acrecentar su leyenda. Alice era un álbum centrado en la obra teatral del mismo nombre y Blood Money hacía lo propio con otra obra titulada Woyzeck. Musicalmente son bastante diferentes y desde el principio conecté mucho más con Blood Money aunque Alice también es muy bueno pero requiere otros días. Blood Money entra cualquiera. Y tiene alguna de mis canciones favoritas de este zumbado.

Blood Money despega de forma inmejorable con Misery is the River of The World. Una de esas canciones marca de la casa que se te incrustan de por vida. Y que tuve la fortuna de escuchar en directo en su concierto del Kursaal en Donosti hace ocho años. La inspiración continúa en Everything Goes to Hell. Al igual que el anterior tiene una atmósfera peculiar. En ninguno de esos temas como sucederá en algunos más aparece la guitarra eléctrica. Clarinetes, marimbas, campanas, curiosas percusiones son el armamento con el que Waits va tejiendo canciones inspiradas. Baladas de manual Waits como Coney Island Baby o la arrebatadora All The World Is Green con la destacada presencia del clarinete de Colin Stetson. Esta canción podría perfectamente ir en la banda sonora de una película de Woody Allen.





Tras la rasposa y trotona God´s Away on Business, Waits nos regala una delicada pieza, una de esas canciones que podría pertenecer a su primera etapa pero que suena igual de bien con el aderezo de esta: Another Man´s Vine. La instrumental Knife Chase parece sacada de un film de espías psicóticos. Afortunadamente la senda de la delicadeza y la balada que te agujerea el corazón tiene un exponente sobresaliente en Lullaby. De las caóticas y cacharreras Starving in the Belly Of A Whale es tan buena como las dos que abren el disco. 

Pero repito el Waits que rinde a una altura excelsa en este disco es el de las canciones lentas, las baladas. A las ya mencionadas podemos sumar varios ejemplares de postín más, empezando por The Part You Thorw Away, canción a reivindicar hasta el fin de los días, esa miniatura exquisita titulada Woe y un final a la altura de las circunstancias con A Good Man Is Hard To Find. La clase de tema que tiene que estar si o si al final del disco. Después de eso que me den un par de besos y me arropen. Buenas noches.