Ayer
terminé de ver la tercera temporada de The Wire. Cuando finalizó el último
episodio pensé que perfectamente podrían poner fin a la serie. Me pareció un
final tan bueno que por un momento me olvidé de que me quedan por visionar la
cuarta y quinta temporada. Y me acordé de que he leído y algunos amigos me han
comentado que la cuarta temporada es posiblemente la mejor. Me cuesta
imaginarlo pero con The Wire estoy sorprendiéndome ante los creadores de esta
maravilla, es difícil hacerlo mejor, hilar más fino, poner en la pantalla a
tantos personajes con enjundia.
Todas las
temporadas tienen personajes maravillosamente construidos. Los que ya conocemos
y los nuevos. En esta se llevan la palma Colvin
y Dennis Wise. Pero también es más
que interesante como van evolucionando McNulty,
Kima y Freamon. Las conspiraciones políticas y las trampas de ese mundo
están tan bien contadas que dan miedo. Además tienes la sensación de que ningún
personaje puede escapar a su destino. Como en las mejores películas de cine
negro. Un halo fatal lo envuelve toda y apenas hay lugar para la esperanza.
Curiosamente es Bubbles, un
marginado, un paria de la sociedad el que parece tener la visión más acertada
de la realidad.
Pensé que
la serie podría finalizar con el último episodio de la tercera temporada porque
la construcción del mismo y su final pone orden en un rompecabezas complicado.
Las principales tramas de las dos primeras temporadas y de la propia tercera
parecen cerrarse y hacerlo además de forma inmejorable con Fast train de Solomon Burke
sonando por todo lo alto. Mejor imposible.