viernes, 18 de octubre de 2024

The Dictators. The Dictators

Llevo varios días comenzado mis mañanas con el nuevo disco de The Dictators a todo trapo. Y no me canso. Es un inesperado regalo de estos neoyorquinos supervivientes a casi todo en la gran ciudad. Nadie esperaba nada de ellos a estas alturas. De hecho hace más de veinte años Andy Shernoff poco menos que anunció que D.F.F.D iba a ser en último álbum del grupo. Si a eso le añadimos que su última gira por tierras hispanas dejo muchas dudas, pues eso, cero expectativas. De modo que más gozada todavía comprobar que han sido capaces de juntar diez canciones la mar de molonas, algunas para mi clásicos instantáneos de la banda. Voy más allá. Supongamos que se acercan de nuevo y tocan el disco entero, (algo más de media hora de duración) y luego lo salpican con los clásicos de rigor, salgo del recinto con sonrisa milloneti. 

Como los avispados lectores de este cochambroso blog ya sabrán Manitoba anda peleado con la banda y ya sólo quedan Andy Shernoff, principal compositor, y Ross The Boss como miembros clásicos. Junto a ellos están el ex Blue Oyster Cult, Albert Bouchard a las baquetas y Keith Roth a la guitarra rítmica y la voz. A mi la voz de Roth no solo me parece que encaja, voy más allá. Me encanta. Ya me gustó cuando le vi en directo y aquí esta fenomenal en todo el disco que se abre con un tema que puede ser una fiesta en directo: Let´s Get The Band Back Together y se cierra con un emotivo y entusiasta homenaje a Joey Ramone en Sweet Joey. Otro clásico pero ya. Al igual que la irresistible God Damn New York con esa letra tan certera. 

He nombrado las que considero que encajan como clásicos ya pero lo cierto es que las otras siete son pequeñas joyitas de punk rock con cierto toque power pop en alguna como la fantástica Really Good. Lo cierto es que entran todas de maravilla, sin excepción. Una constante a lo largo del álbum son los vitalistas y contagiosos coros que tienen muchas canciones. Esa forma integradora, irresistible que gana a sujetos inestables como el menda a corear a fuego Let´s Get The Band Back Together o esos ooohhhhhh pegajosos de My Imaginary Friend... Por cierto las guitarras a cargo de Roth y Ross The Boss suenan de traca. Me chiflan especialmente en Sacred Crow otra canción pegadiza a más no poder que lo tiene todo... Bueno, igual esto es una chaladura mía pero al final de esa canción me hubiese encajado a la perfección una armónica a todo trapo. Estoy en bucle matutino con este álbum y no me quiero perder su fiesta si la montan por aquí. 



1 comentario:

Anónimo dijo...

Una gran banda. Los tenía un poco olvidados. Hora de recuperar ese Punk New York y escuchar éste nuevo álbum.
Óscar