Celebro por todo lo alto esta nueva chifladura con Johnny Blue Skies porque Passage Du Desir que así se llama el disco es tan jodidamente bueno y tan excitante como A Sailor´s Guide To Earth, con ciertas similitudes pero también con jugosas e inesperadas variantes. Sturgill ama la música y tras pasar unos años chungos y lesionarse las cuerdas vocales en su anterior gira, se fue a vivir a Paris y allí perpetró las canciones de este álbum. Hay una par de temas que pueden ser típicamente country, cercanos a Waylon Jennings o Johnny Cash, como Scoter Blues o Mint Tea pero incluso en ambas las guitarras suenan diferentes al género. Hay algo que te pone en alerta. Tal vez Who I Am es la más country del tracklist, con la profunda voz barítono de Sturgill advirtiéndonos de que lo ha perdido todo incluso su nombre. Aquí si que hay un riff guitarrero puramente country suavemente arropado por la steel guitar. En Right Kind Of Dream puede que haya incluso hasta cierto toque pop. Es quizá la canción más accesible del disco, entra muy fácil.
He dejado para el final lo mejor. Cuatro temas apoteósicos de esos que dan el plus definitivo para que este sea un álbum antológico. La inicial Swamp Of Sadness es cautivadora. Se abre con arreglos de cuerda y un evocador acordeón callejero a lo Tom Waits para avanzar de forma gloriosa y elegante. Desde que escuché las primeras guitarras de If The Sun Never Rises Again ya intuí que se podía convertir en uno de mis temas favoritos de la carrera de este hombre. Adoro como suenan las guitarras. Y eso es algo extensible a todo él álbum. Se encarga de las mismas el propio Sturgill y planea la sombra del mejor David Gilmour.
Jupiter´s Faerie y One For The Road son los dos temas más largos del álbum y no les sobra nada. En mi cabeza suenan como dos canciones maravillosas donde no hay rastro de country, pienso en Pink Floyd... En la primera los majestuosos arreglos orquestales dan paso en el último minuto a una maravillosa coda al piano. Sublime. Al igual que It Ain´t All Flowers cerraba de forma inmejorable Metamodern Sounds in Country Music, One For The Road hace lo propio con Passage Du Desir. Es una extraña e imaginativa pieza de folk psicodélico cuyo comienzo algo country puede despistar y que alcanza la gloria eterna a partir del minuto 4:50... ¡Cómo me gustaría escuchar en directo este apoteósico final! De nuevo la gloriosa sombra de David Gilmour es alargada....
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