sábado, 19 de marzo de 2016

Paco Roca. La casa

Desde que hace un par de años comenzase a trabajar en una librería una de las secciones que sigo con más interés es la referente a comics y novela gráfica. Nunca fui un gran lector de tebeos ni seguidor de superhéroes pero poco a poco estoy leyendo material más que interesante. Uno de los autores que más venden en este país es Paco Roca, galardonado con varios premios nacionales por obras como Arrugas o Los surcos del Azar. Muchos clientes me han comentado que todos sus trabajos merecen la pena he comenzado por leer La casa, hasta ahora su último título publicado.

La casa es una obra breve. La puedes leer en tres o cuatro viajes de metro y trata sobre temas mil veces expuestos en obras literarias o cinematograficas: las relaciones paterno filiales, la soledad, el paso del tiempo, la muerte... El pack completo. Paco Roca teje una obra sencilla que emociona a cada página que pasas. Esta tan bien contada y dibujada que sobran las palabras. Algunas viñetas son un compendio de lo que se puede hacer en este medio cuando se tienen las ideas claras y una facilidad pasmosa para contar una historia tierna y entrañable sin caer en ñoñerías. 

En La casa el autor nos cuenta el regreso de tres hermanos a la casa en la que vivía su padre recientemente fallecido. Los tres recuerdan a su padre de forma parecida, con cariño pero también con cierta desazón por no haberse podido comunicar con él como les hubiera gustado. En una entrevista que escuché con Paco Roca, el autor explicaba que había muchos padres de cierta generación similares al de la obra, hombres que crecieron como hombres en un mundo en el que estaba prohibido mostrar sus sentimientos. Es un tema que da para mucho. 

La obra me ha encantado y me ha recordado en cierta manera a mis viajes al pueblo de mi abuelo. Esa vida sencilla que yo siempre asociaba al verano y donde el tiempo pasaba de forma diferente. En cierto sentido una vida ideal despojada de la rapidez y la vorágine en la ciudad. Aunque es cierto que siempre se idealiza por ser una época concreta del año, generalmente vacaciones, muy alejada de lo que realmente es vivir en el campo.